32 El Consejo de Ancianos

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Hola a todos, aquí Coco, quien está lista para volver con esta historia de nuevo ^w^ Y les agradece la paciencia y comprensión a todos para que la actualización pudiera llegar hoy. Cielos, la cosa está super oscura e intensa *u* No es por nada, pero quedé muy satisfecha con la dirección a la que va esto. Por fin conoceremos al mediador, a los clanes reunidos y el plan secreto de Merlín, pero como eso puede ser considerado spoiler, mejor cierro mi boquita y les digo: ya saben qué hacer °u^

Posdata: para los que aún no hayan leído COCONOTICIAS, les informo que esta obra será actualizada todos los domingos a las siete por lo que queda del invierno UwU Muchas gracias por seguir acompañándome <3 fufufu

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Es hora

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Es hora. Nos movemos en auto a través de la carretera como si estuviéramos a punto de salir del valle, y yo en lo único que puedo pensar es en la sensación cálida de la mano de Meliodas envolviendo la mía. Vamos a mi juicio. Lo que pase hoy determinará el futuro de ambos, y nosotros lo único que podemos hacer es ser llevados al matadero como dóciles corderos. Veo a mis amigos en sus asientos, veo pasar el bosque que se ha convertido en mi hogar, y todo lo que sé es que no quiero perder nada de esto. No soy culpable. Sólo espero que el Consejo de Ancianos pueda verlo antes de que sea demasiado tarde.

El camino se vuelve más empinado, estamos subiendo la cordillera y llegando casi al límite del territorio. Entonces la camioneta da un giro bordeando las faldas de la montaña y, a lo lejos, se revela el lugar que es nuestro destino final. Una enorme mansión de piedra gris se alza aparentemente en medio de la nada entre árboles sombríos y altos como iglesias. Pasamos varios controles de seguridad antes de verdaderamente traspasar las puertas y, en cuanto lo hacemos, me da la sensación de haber entrado a una trampa mortal. Las nubes negras sueltan un relámpago distante que me hace pegarme a mi mate, y el motor se apaga definitivamente mientras todos nos tensamos.

—Esperen aquí. —dice Estarossa bajando con Zel para asegurarse de que el camino está despejado. Los seguimos sin separarnos en ningún momento y, cuando llegamos a la escalera que precede la entrada principal, una especie de mayordomo sale a recibirnos. Este hombre es tan delgado y pálido que parece un muerto, y Meliodas hace un gesto de desagrado como si él pensara igual.

—Sean bienvenidos, honorables miembros del clan Demon. El Consejo espera, pasen por aquí. —Es macabro. Seguimos avanzando por la gran casa entre lujo y antigüedades, y sólo nos detenemos cuando llegamos a una especie de sala—. A partir de aquí, serán separados para unirse a la guardia o incorporarse en uno de los estrados del salón de reuniones. Por favor, esperen aquí hasta ser llamados.

—¡¿Qué?! —ruge Estarossa.

—No, no pueden separarnos —refuta Zeldris tratando de convencerlo—. Mi padre nos encomendó la tarea de proteger a Elizabeth.

—El Alfa Felec ya se encuentra en el salón, joven amo. Esta también es una orden suya —No hay nada que hacer. Me acerco a mis dos cuñados para sonreírles de modo tranquilizador, y apenas ceden, el sirviente vuelve a abrir la boca—. Las primeras que deben ir son las señoritas Elaine y Gelda. Síganme, por favor.

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