26 Té y magia

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Fufufu, otro domingo de hombres lobo 7u7 Hola a todos, aquí Coco, quien ya está lista para una nueva entrega de la nuestra historia licantropos, y quien se la esta pasando bombi trayendo contenido de este tipo para ustedes durante la temporada spooky. Ando con la inspiración rampante cocoamigos, todo lo que veo son calabazas sonrientes y magia por doquier *w* Creo que se darán cuenta cuando lean, ¡pero cuidado! 0.0 Estará lleno de sexyness y melizabeth, pero también podría sacarles algún susto si no están preparados, ¡buajajajaja! >:) Ya saben qué hacer °3^ <3 

***

Meliodas salió lentamente de entre los árboles mientras miraba la puerta blanca de la casa ancestral de los Fairy y pensaba en todo lo que ello le evocaba. Hacía mucho que no iba ahí, no desde que aún era el líder de la manada, desde que iba a jugar con Liz a los campos de lavanda, cuando King y Elaine aún eran de sus mejores amigos. Inhaló fuerte, tratando de alejar los recuerdos de su infancia, y avanzó con paso decidido hacia la entrada. No pasaron ni dos segundos cuando el propietario la abrió de golpe con el ceño fruncido y los brazos cruzados.

—Antes de que preguntes, no, no tengo nada que ver. Lo que sea que haya ocurrido ayer durante la cacería y que tu manada no me quiere explicar, definitivamente no fui yo. No sé porqué se me acusa, yo no salí en toda la noche, y si insisten en decir que "mis conjuros" fueron los que provocaron tanto jaleo, entonces de verdad les mandaré a mi espíritu guardián para que vaya a partirles el...

—Tranquilo King —dijo el rubio riendo y alzando las manos—. Yo no creo que hayas sido tú el que provocó lo de anoche, y no vine por eso. Lo único que quiero es tu consejo. Dime, ¿puedo pasar?

Esto debió ser justo lo contrario de lo que el castaño pensaba oír, ya que de inmediato bajó la guardia, lo miró con ojos como platos, y se hizo a un lado indicándole que continuara. El interior estaba tal y como el rubio lo recordaba, y eso le generó una deliciosa sensación agridulce que no supo controlar. Liz y él habían jugado ahí tantas veces, era donde su lazo se había fortalecido. Y ese lazo la mató. Tal vez si no la hubiera invitado a salir, o si se hubiera buscado otra novia, o si desde un principio hubiera hecho caso a su padre, rechazándola por ser descendiente de brujas, ella no habría tenido que...

No, no podía permitirse pensar así. No se arrepentía de haberla querido como lo hizo, y no dejaría que pensamientos tan nefastos lo inundaran ahora que por fin había encontrado la paz y el perdón en su corazón. Además, estaba Elizabeth. La persona más valiosa para él en el mundo se encontraba exactamente bajo las mismas condiciones, y ya había decidido amarla, por lo que nada de eso le impediría seguir a su lado pasara lo que pasara. Debía dejar ir el pasado, enfrentarse al presente, y tratar de salvar a aquella de las hermanas Danafor a la que aún podía proteger. Como presintiendo que su invitado acababa de poner sus pensamientos en orden, King siguió a la cocina y le hizo un gesto para que se sentara a la mesa mientras ponía una tetera en el fuego.

—Meliodas, gracias por venir. Me siento terrible por lo que he hecho y yo... bueno, necesito disculparme contigo.

—¿De qué estás hablando? ¿No se supone que tú no fuiste el que provocó lo de anoche?

—No por eso. Lamento mucho la forma en que te trate cuando comenzaste a salir con la hermana de Liz. No era mi intención causarte tantos problemas, y siento mucho lo ocurrido, pero debes comprender. Hasta ese momento yo aún pensaba que eras quien la había asesinado, y...

—No tienes que disculparte, King. Incluso yo lo pensaba hasta hace poco. Ahora estoy seguro de que no fui yo, tan seguro como que tu "espíritu del oso" no era la bestia que apareció ayer en el bosque. —Tal vez el castaño habría intentado insistir en sus disculpas, de no ser por el tono misterioso y apremiante con el que el lobo había marcado sus últimas palabras. Se veía a leguas que lo que estaba por decir era algo serio, así que tomó dos tazas de porcelana, la tetera, y sirvió mientras le preguntaba directamente.

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