¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Mientras doy vueltas frente a la celda, escucho que insiste en que lo vendrán a buscar, que debería tener miedo, cuando el asustado es él. Y no me deja pensar, lo que está empezando a molestarme.
--De verdad, deberías estar asustada, ellos no tardarán en...
--¡Cállate!-- grito, mirándolo-- ¿De verdad crees que te vendrán a buscar? ¡Llevas aquí dos noches!
--¿Y? Pueden estar ideando un plan para...
--Señora, tiene una llamada-- Matthew aparece.
--Dios.
Aprieto el control y mi némesis aparece en la pantalla, sentado en una silla blanca y con su estúpida capa con peluche blanco. Es la segunda llamada desde que secuestré al elfo que está en la celda.
--Dime-- digo, luego de contestar.
--¿Tienes a Bon ahí?-- pregunta.
--Eh, no, lo dejé ir porque es un poco molesto. ¡Claro que lo tengo, idiota! ¿Por qué crees que lo secuestré?
--Tienes una actitud insoportable.
--Vaya, veo que pensamos igual. ¿Qué quieres?
--Quiero hablar con él-- pide.
Suspiro, poniendo los ojos en blanco, y me corro, dejando que lo vea.
--Bon-- dice.
--¡Señor! ¿Vendrá por mí, cierto?
--Lo lamento, Bon. No tenemos tiempo, y tampoco eres tan... importante para el equipo. Lo sentimos.
--¿No soy importante?-- exclama-- ¿Cómo puedo "no ser importante"? ¡Literalmente soy el más inteligente de nosotros!
--Lo lamento, Bon. No podemos perder tiempo.
Corta la llamada y la pantalla queda completamente en negro, acompañada por el silencio. Lo único que se escucha es la respiración agitada de mi querido prisionero. Suspiro, negando con la cabeza, y me dirijo a la puerta, con Matthew caminando detrás de mí.
--¡Espera!-- me llama-- ¿Adónde vas?
--Tu querido amigo super héroe quiere atacar mi hogar sin razón, debo defenderme-- digo, sin mirarlo.
--Pero no es por mí.
--Ya lo escuchaste.
Cierro la puerta y lo último que veo es cómo se arrodilla en el suelo. Entramos en el elevador y Matt aprieta el botón con el número siete, el piso donde está la sala. Vamos en silencio, mientras pienso en lo que dijo el idiota. "No eres importante en el equipo". No me sorprende, a los "buenos" no les interesan los demás, solo buscan su propia felicidad. Son narcisistas.
