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Le termino de poner la remera a Daehyun y le paso la mano por el cabello, arreglándolo. Me mira, en silencio, mientras busco la crema para ponerle en sus bracitos y rostro. Cuando giro hacia él, se sienta en la cama, como todas las veces que hacemos esta rutina. Me agacho frente a él, abriendo el pomo de crema, y me pongo un poco en las manos.
―¿Te echo primero en la carita o en tus brazos?― pregunto, antes de echarle. Estira los brazos. ―En mis bracitos― dice, marcando las ces y eses. Sonrío. ―Muy bien. ―Papá ayer se tiró un pedo― me cuenta, en español. Levanto las cejas, masajeando su piel para que no quede ningún rastro de crema. ―¿Así que cambiamos al español? ―Sí. No le digas que te dije. ―¿No te vio? ―Me había escondido para asustarlo― dice, a modo de explicación. Asiento con la cabeza, ahora echándole crema en el otro brazo―. Estaba hablando con el tío Changkyun por teléfono, y dijo "Tengo ganas de ir al baño, pero justo está Daehyun, así que no puedo", y se tiró un pedo. ―¿De qué hablan?― pregunta Kihyun, entrando. Daehyun ríe, mientras yo niego con la cabeza. ―Practicábamos español― contesto, poniéndole crema en el rostro a mi niño, que cierra sus ojitos―. Daehyun me contaba de lo que hicieron con Changkyun en el parque. ―¿Cómo crees que va con el español? ―Perfecto, cada vez mejora más. Aunque me da miedo que se burlen cuando se le mezclan los idiomas. ¿Tú qué crees, Daehyun? ―Que soy un genio― dice, mezclando ambos idiomas. Me río, parándome. ―Totalmente. Bueno, ya estás, bebé. Ve a cepillarte los dientes.
Daehyun asiente y se baja de la cama, luego se va al baño, bajando un poco la remera, que se le subió cuando bajó. Kihyun me mira, sonriendo, y no puedo evitar pensar en lo que me contó Daehyun. Claro que no es algo que me sorprenda, llevamos conviviendo casi nueve años, así que no es la primera vez que escucharé algo así.
―¿Vas a cambiarte?― dice. Niego con la cabeza. ―No. Si tú lo vas a hacer, deberías hacerlo ahora, porque mamá no quiere que lleguemos tarde. ―Claro. No te olvides de llevar las cosas de Daehyun. ―Claro que no. Te esperamos.
Asiente con la cabeza y yo salgo de mi habitación, no sin llevarme el celular y el bolso de Daehyun. Siempre llevamos una muda de ropa y sus juguetes ahí, así no nos preocupamos por si se ensucia o no. Cuando entro a la sala, Daehyun está alimentando a sus peces, así que me acerco, dejando el bolso en el sofá. Me agacho a su lado, viendo a sus mascotas comer. Son los únicos animales que puede tener sin que le den alergias. Me mira, en silencio, y me abraza.
―Quiero un perro― dice. Suspiro. ―Sabes que eres alérgico, hijo― digo, rodeándolo con mi brazo―. Quizás cuando seas más grande, ¿quieres?
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