A.C.E

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Junhee

Friendship with Love

Friendship with Love

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―Debemos hacer que lo note― dice Junmin, pasando un labial rojo fuego por mis labios.
―La idea es que no lo note, Junmin― respondo, aunque casi no se entiende.
―Jun es un chico bonito, y tú igual. Sólo que él no lo nota.
―¿Qué cosa no nota? ¿Su belleza o la mía?
―Tu belleza.
―Mira, Junmin, no me molesta que no lo haga. No es necesario para lograr que avancemos en lo nuestro. Además, tampoco es un problema si no gusta de mí, lo sabes.

Niega con la cabeza, ahora poniéndome un poco de rubor. No entiendo por qué me maquilla a su manera, yo no uso el mismo estilo que ella. Aun así, se ha ganado varias miradas por parte de Jun al pasar nosotras cerca de él. Es mi mejor amigo, y mi problema no es si me mira como a ella o no. Mi problema es saber qué siente por mí, porque esto nos ha confundido lo suficiente como para que ambos no sepamos qué somos. Mientras mi cabeza vuela hacia el pasado, hacia varios momentos en los que parecía que era más que mi amigo, siento sus brazos apretar el cinturón que sujeta mi pantalón. No le dije lo que sí me molesta, en realidad. Es que esté tan empeñada en emparejarme con él que no se da cuenta de que, en realidad, debería ser ella la que termine emparejada con él al final. Cuando se aleja y me mira, sonríe satisfecha. Me siento rara en mi propio cuerpo, pero no lo digo. Alguien toca la puerta y, antes de que me dé cuenta, Junmin ya corrió a abrir, dejando a la vista a Jun, que tiene un bonito ramo de flores. Junmin sonríe, contenta, mientras lo deja entrar.

―Te ves rara― me dice mi amigo, observándome con atención.
―Probablemente sea el hecho de que no estoy usando mi maquillaje habitual― levanto los hombros.
―Sí, es eso.
―Bueno, yo lo dejo― dice Junmin, agarrando su bolso―. Debo volver a casa.
―Estas son para ti― Jun le da las flores y yo siento un puñetazo en el corazón.
―No puedo recibirlas, dáselas a Sun― niega, sonriendo.
―Insisto.
―Debo ir al baño― digo, luego huyo a mi habitación.

Cierro la puerta con seguro y me quito la ropa de Junmin, las mismas prendas que me prestó para mi salida con Jun. Salida que ahora es de ellos. Busco ropa más mía, en la que me sienta cómoda, y me visto con rapidez. Luego, me quito el maquillaje y uso mis cosméticos para volver a mi maquillaje habitual, sin exageraciones ni cosas que llamen la atención de nadie. Ni siquiera de mi mejor amigo. Cuando ya estoy lista, me sujeto el cabello en una media cola y salgo, en silencio. Entro a la sala y Jun está sentado en el sofá, hablando con Junmin, que está apoyada en la puerta. Me mira y frunce el ceño, claramente preocupada, o confundida.

―Te ves mejor― dice Jun, antes de que ella abra la boca.
―Gracias― digo, sin sonreír―. ¿Ya se van?
―¿Nos estás echando?― pregunta Junmin, confundida.
―Bueno, supuse que, como te traía flores a ti, en realidad quería salir contigo y no conmigo. ¿O me equivoco?
―No, pero... Podemos salir si quieres― Jun tartamudea la última palabra. Niego con la cabeza.
―Estoy bien, gracias. Pueden irse, no quiero que se les haga tarde.

Asienten y salen, en silencio. Con Jun habíamos acordado salir al parque y, luego, volver a casa a ver alguna serie. Pero, ahora, tendrá que hacer planes con su enamorada. Veo el ramo de flores y sonrío, amarga. Junmin sabe claramente que Junhee no siente nada por mí. Le saco el papel al ramo y corto todas las flores, furiosa, ensuciando el suelo y la mesa con hojas y pétalos de colores. Mientras termino de arruinar los últimos capullos, mi enojo se va, siendo reemplazado lentamente por la tristeza. Me siento en el suelo, apoyando la espalda en el sofá, y rodeo mis piernas con los brazos, ocultando el rostro en el hueco que hacen mis miembros. El celular suena en una llamada, pero no me esfuerzo en ver quién es. No tengo ganas de hablar con nadie. "Jun quería salir con Junmin y no contigo" susurra mi consciencia, haciéndome sentir un dolor agudo en la cabeza.

Luego de Dios sabe cuánto tiempo, escucho el código de la puerta y que se abre, haciéndome levantar la cabeza. Me duele el cuello y tengo los ojos cansados, ya que estuve durmiendo un buen rato. Veo que Jun se queda en silencio, viendo las flores y, luego, me mira. Se ve confundido. Detrás de él se asoma Junmin, pero no entra, solo observa todo y vuelve a desaparecer detrás de la puerta. Jun la sigue y cierra, lo que me obliga a pararme y acercarme a la puerta. Apoyo la cabeza en la puerta y agudizo mi oído, para escuchar lo que dicen.

―Te lo dije― Junmin suena como si estuviera apretando los dientes―. No deberías haberte ido.
―¡Ella me dijo que lo hiciera! Yo tampoco quería irme, no te creas tanto― contesta mi amigo, defendiéndose.
―Claro. No entiendo qué tanto te costaba rechazar la propuesta y ya. ¡No es tan difícil!
―Para ti no es difícil. Sun cree otra cosa.
―¿Te gusta o no?― pregunta, lo que me hace fruncir el ceño. ¿Dijo "Te gusta" o "Te gusto"?
―¡Como amigos! ¿Es tan difícil de entender? No quiero tener nada.

Se me escapa un sollozo. Me tapo la boca y empujo la puerta, cerrando al todo, luego pongo el código de nuevo y el seguro, así no entran. Prefiero estar alejada de ellos. Agarro el celular y voy a mi habitación, sin darle atención a los golpes de mis amigos en la puerta. En cuanto piso la alfombra de mi habitación, me llega un mensaje de Jun. "podemos hablar?". Contesto, cerrando la puerta. "no. Váyanse antes de que llame a la policía. Por favor." Luego, apago el celular y me acuesto en la cama. No quiero hablar con nadie. De nuevo estoy sola, en mi habitación, sin hablar con la única persona que me entiende. Todo porque mezclé amistad con amor.

Cuando llego a la universidad al día siguiente, algunos me miran, pero no les doy atención. Escucho pasos que se acercan y me agarran del brazo, luego me llevan a un pasillo con pocas personas. Miro y es Junhee, lo que me hace fruncir el ceño.

―¿Qué pasa?
―Tenemos que hablar― dice, soltándome.
―¿No? Tú estás con tu novia, y...
―¿Qué novia?
―Junmin― digo, y niega con la cabeza.
―No somos nada.
―Claro. ¿Qué hicieron ayer en su salida?
―Nada, solo fuimos a tomar un café y después volvimos a tu casa.
―¿Para qué?
―Para ver si estabas bien.
―Bueno, no podrán volver a hacerlo― levanto los hombros―. Cambié el código.
―¡Sunhee!
―No quiero que vuelvan a entrar a mi departamento sin que yo los deje. Es mi privacidad. Ahora, si me permites, iré a mis clases. Nos vemos.
―¡No!― exclama, mientras me alejo― ¡Me gustas!
―Lo siento, Jun. Nos vemos en el receso― digo, sin girar.

Siento que varias personas, que iban pasando, nos miran, aunque camino sin darles atención. No me interesa si le gusto. Demostró totalmente lo contrario en cuanto le dio las flores a Junmin y no a mí.

𝕆ℕ𝔼 𝕊ℍ𝕆𝕋𝕊 (en curso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora