Onewe

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Hyungu<3
children

Entro a la casa y veo que la mayoría de las luces están apagadas, cosa que me hace fruncir el ceño

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Entro a la casa y veo que la mayoría de las luces están apagadas, cosa que me hace fruncir el ceño. Hacía un tiempo que las luces no estaban apagadas, cuando Sun está, siempre hay luz y ruidos, ya que suelen estar sus sobrinos y primos menores. Pero hoy no. Veo una nota en la mesa, que dice que la cena está en la nevera, y que la caliente. No me molesto en buscarla, solo voy a la habitación, donde Sun debe estar.

―¿Sun?― abro la puerta y la veo, acostada. Suspiro.
―Hola, Hyungu― responde, levantando la vista del celular. Enciendo la luz y me acerco.
―¿Qué haces aquí? Pensé que los niños estarían contigo.
―Sí, pero llamé a mis hermanos para que los vinieran a buscar. No estoy de humor.
―¿Pasó algo?― me siento a su lado. Levanta los hombros, bloqueando el celular. Veo que tiene ojeras y los ojos rojos―. ¿Has llorado?
―Sí. Pero estoy bien, no te preocupes. La cena está en la nevera, deberías comer.
―No tengo hambre. ¿Quieres contarme?

Se queda un momento en silencio, luego suspira, aunque la siento nerviosa. Sus ojos se llenan de lágrimas y mira sus manos, apretando los labios. Cruzo las piernas, mirándola de frente, y entrelazo mis dedos con los suyos.

―¿Qué ocurrió?― digo, suave.
―Volví a perderlo― susurra―. Estaba con los chicos, jugando, y sentí un dolor en el vientre, y cuando fui al baño... Es mi culpa, Hyungu.
―No, Sun, no es tu culpa. Escucha, quizás... aún no es tiempo. Deberíamos esperar un poco antes de volver a intentarlo, ¿te parece?

Asiente, con las lágrimas corriendo por su rostro, y la abrazo. No es la primera vez que ocurre, pero seguimos esperando que no vuelva a pasar, ya han sido suficientes veces.

~

Entro a casa y escucho al sobrino mayor de Sun, que grita algo de un personaje malo. Me asomo a la sala y están jugando al Mortal Kombat, y el niño va perdiendo. Sonrío y me dirijo a la cocina, con el libro de mamá en las manos.

―¡Tío, la tía Sun hace trampa!― exclama el niño, saliendo de la sala. Sun va detrás de él.
―No soy tramposa― responde ella―. Tú eres malo.
―¡Le voy a decir a mi mamá!
―¡Y yo a la mía!
―¿Y los demás niños?― interrumpo, mientras él se va de nuevo a la sala. Sun me mira.
―Vienen en un rato. ¿Qué traes ahí?
―Mamá me dio un libro de recetas. Las escribió antes, durante y después de estar embarazada de mí. Cree que nos podrían ayudar a mejorar nuestra dieta.
―¿Te lo prestó o...?
―Me lo regaló. En la noche podríamos hacer alguna de las recetas.
―Claro.

Dejo el libro en la mesa, observándola ir a buscar a su sobrino. Se ve mejor, y más contenta, aunque sé que probablemente no se sienta así. Es complicado para ambos no poder tener un niño, pero lo es más para ella. Ha estado en terapia por un año casi, y parece caer más profundo. Voy a dejar mis cosas en la habitación y paso por la que sería de nuestro hijo, si tuviéramos uno. Está completamente pintada de blanco, con algunos bolsos con ropa, que es nuestra. Me quedo en silencio, observando el lugar. Lo imagino con juguetes y los muebles necesarios para el niño o niña, pero no puedo imaginar a un niño aquí. Solo una habitación preparada, sin un dueño real.

𝕆ℕ𝔼 𝕊ℍ𝕆𝕋𝕊 (en curso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora