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El joven adolescente baja por las escaleras casi corriendo, mientras sus amigos lo escuchan hablar. Va emocionado sobre algo, por lo que no ha dejado de hablar en toda la mañana. Aunque es bastante energético, ellos saben que se le pasará en menos de quince minutos. Hay algo que lo calma cuando su hiperactividad comienza a crecer.
—¡Mamá me inscribió a una academia de baile! La misma de Yeosang, así que iremos juntos y podremos ser más amigos– dice, luego de saltar el último escalón. Cuando pasan al siguiente tramo, gira, frenando–. ¡Y al fin lograré que me hable! —Hermano, si Yeosang es tímido, deberías darle su tiempo para acostumbrarse a tu hiperactividad– dice Mingi, haciéndole señas para que avance de nuevo. —Mingi tiene razón. Mientras más hables y más seas inquieto con él, más incómodo se va a sentir– dice Yunho, levantando los hombros. —¡Tienen razón!
Los chicos altos se miran, tratando de deducir si es que realmente los escuchó o que, simplemente, hará cualquier cosa.
—¡Mañana le voy a morder el brazo!
Suspiran, negando con la cabeza. Definitivamente, hará cualquier cosa menos lo que sugirieron. El chico no tiene remedio, pero les gusta así. Cuando van por la mitad de las escaleras, ven al sedante de Wooyoung, así que cruzan miradas. En cuanto él la vea, su corazón se relajará y su hiperactividad se irá. La chica sube por las escaleras, rápido, con una carpeta en la mano. Se ve seria, hasta que escucha las voces de sus conocidos y su chico energizante. Baja la velocidad y mira entre las escaleras, hacia arriba, viendo las manos de Yunho, Mingi y Wooyoung, sujetándose de las barandas para no caer en caso de tropezar. Cuando bajan al tramo en el que ella va, los más altos la ven, luego se miran entre ellos. Wooyoung va muy entretenido hablando de su nuevo amigo como para verla. Ha estado así por semanas, desde que Yeosang entró a la escuela.
—Alguien está emocionado, ¿no?– pregunta, subiendo, despacio.
Los ojos de Wooyoung la encuentran y jura que no podría haber nada más bonito que ese brillo en sus ojos y la sonrisa que comienza a crecer en sus labios. "Es como una luz deslumbrante" piensa, lo que la hace sonreír.
—¡My Light!– dice Wooyoung, acercándose y abrazándola. —Hola, Lluvia*– le dice ella, rodeando su espalda–. Veo que no te rindes en ser amigo del chico nuevo. —Ha estado así de emocionado toda la mañana– comenta Yunho–. Sabíamos que estabas en exámenes, así que no podíamos ir a buscarte. —Yo me encargo, no se preocupen. —Los dejamos, entonces– dice Mingi, aunque suena a pregunta. —Claro– asiente Sun, sonriendo.
Ambos chicos se despiden con la mano y se van, dejando a ambos chicos solos. Wooyoung está relajado, con sus ojos cerrados. Es el mismo efecto de siempre. Le ocurre esto hace dos años, cuando se conocieron. Cuando se separan, le agarra los hombros y se contiene para no besarla. ¿Cuánto más tiene que esperar para poder juntar sus labios?
