o n e u s

84 4 0
                                    

Tattoo

Seoho

Seoho termina de vestir a Gaeul y sonríe, satisfecho por la elección que hizo con la ropa antes de vestirla

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Seoho termina de vestir a Gaeul y sonríe, satisfecho por la elección que hizo con la ropa antes de vestirla. Saca el peine y le da el celular, para entretenerla mientras la peina, así no se mueve. Divide el cabello en dos y le hace dos trenzas, despacio, para no tirar del fino cabello de la niña. Ve los tatuajes temporales que Gaeul tiene, y no evita sentirse orgulloso. La madre de ella es tatuador profesional, y a Gaeul le llama mucho la atención hacerse un tatuaje, pero no puede por su edad. En cambio, Sun le pone tatuajes falsos, stickers de los diseños que hace. Pasa lo mismo con los aritos. Cuando termina de peinarla, le da un beso en la frente, mientras la niña le devuelve el celular.

—Ahora te pondré los aritos— dice Seoho, abriendo el alhajero de madera. Ve el par favorito de Gaeul y lo saca, luego le da el alhajero para que elija el arito que ella quiera.
—¿Y si le pedimos a mamá un septum?— la niña lo mira.
—Tienes uno ahí.
—Pero quiero otro.
—¿Otro qué?— pregunta Sun, apareciendo. La niña la mira.
—Otro septum.
—No puedo, no tengo ninguno falso. Son todos reales, y no puedo darte uno.
—Oh... ¿y me darás uno cuando tengas nuevos?— la niña mira la cajita, buscando uno de su agrado.
—Claro. ¿Papá te peinó?— Sun se sienta a su lado.
—Sí. También la vestí— dice Seoho, peinándose.
—Me gusta cómo se ve. ¿Podrías llevarla tú a la escuela? Hoy tengo la agenda muy apretada.
—No hay problema.
—¿Cuándo me llevarás?— pregunta Gaeul, con los aritos en la mano. Sun se agacha y la niña le da los aritos.
—Tengo la semana que viene libre. Te llevaré toda la semana, y también saldremos y tendremos tiempo de chicas, ¿quieres?
—Sí.

Sun sonríe y le pone los aritos a Gaeul, despacio, mientras Seoho agarra la mochila de su hija. Sabe que su novia tiene horarios flexibles, y que a veces está muy ocupada, siendo así que ya no puede hacer las mismas cosas que podía hacer antes de trabajar, y antes de que Gaeul naciera.

<💛>

Mientras Sun tatúa a su décimo cliente de la mañana, escucha lo que la chica le cuenta, concentrada en la aguja y la tinta, que transforman su piel pálida en una obra de arte. La música se interrumpe por una llamada en su celular y ella niega, terminando la última línea de la primera parte del tatuaje. Apaga la máquina y mira a su clienta, que la mira, interrumpiendo su historia.

—Lo siento, me llaman— dice, contestando—. ¿Hola?
¿Lee Seoho?
—Oh, no, habla Kim Sunhee. ¿Ocurre algo?
Es respecto a Lee Gaeru.
—¿Está bien? Soy la madre, pero ahora estoy trabajando, así que Seoho podrá ir.
Mañana en la mañana está programada una reunión con ambos, de cualquier manera, necesitaremos que vengan a buscarla. Dice que le duele el estómago.
—Está bien. Seoho irá por ella en un momento.

La persona se despide y ella le envía un mensaje a Seoho, rápido, pensando en qué puede haber causado que a su hija le duela el estómago. Una vez su novio responde, diciendo que ya sale, suspira, volviendo a reproducir la música. Agarra la aguja y continúa tatuando a su cliente, con la cabeza en su trabajo y en su hija.

𝕆ℕ𝔼 𝕊ℍ𝕆𝕋𝕊 (en curso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora