𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟐𝟒

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ᴛʀɪᴜɴғᴏs
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No voy a decir que Uma no aguantó. Somos mujeres, aguantamos muchas veces más que los hombres en esto. Pero ella sabía de qué se trataban esta clase de "jueguitos". Así que en cuanto ella se recuperó, se levantó de la cama y tomó su ropa vistiéndose.

—Lo dejaré libre junto con la varita —me dijo antes de salir y yo asentí.

Por otro lado, Evie dormía. Me sorprendía creer que al hacerlo parecía incluso un angel, esa mujer me llevaba al cielo y al infierno a la vez. Jamás era un punto medio, ella sobrepasaba absolutamente todo, cada día me sorprendía más.

Justo ahora yo estaba recargada sobre su cuerpo desnudo cuidándola. Su respiración era calmada, a diferencia de la mía. A veces pensaba en que Evie fingía dormir para provocarme o torturarme no dándome más sexo.

Evie dormía, pero dormía porque se acaba de echar a un dragón y a un pulpo al plato, cómo juzgarle eso, ella puede con eso y más. Yo me recosté en su hombro y luego comencé a acariciar su abdomen, vi cómo sumió el estomago y eso la despertó. Besé sus labios lentamente, ahora no me la pensaba para hacerlo y me gustaba hacerlo.

—¿Estamos solas? —preguntó y yo asentí. Ella se acurrucó en mi cuerpo y yo bajé las yemas de mis dedos acariciando desde hombro hasta su muñeca.

—Despierta... —Besé su mejilla—. Debemos volver.

—No quiero.

—Iremos a Auradon.

Ella abrió los ojos inmediatamente y sonrió hermosamente. ¿Saben lo que es? Ella era perfecta, claro que todos lo sabemos.

—¿Iremos?

—Iremos —repetí y en ese momento se me echó encima.

—Me estás bromeando.

—Oh claro, que no. —Nuestras miradas se cruzaron, ella supo que decía la verdad y yo me quedé clavada en sus marrones—. Buscaré nuestra ropa.

—Nuuuu.

Amigas me hizo un puchero que me mató.

—Los chicos no saben nada de nosotras, deben estar preocupados.

—Tienes razón.

Volvimos a la guarida y en cuanto entramos Ben no tardó en correr hacia mis brazos y me abrazó fuerte, tanto que me sofocó el flaco ese.

—Todo está bien —dije y luego sacudí amigable su cabello.

—Mal —me hablaba—. No quiero presionarte más, si deseas quedarte...

—Iré con ustedes.

Vi cómo todos cruzaron miradas y sonrieron.

—Mal, te prometo que las cosas van a cambiar —dijo Ben y yo asentí.

Después de un rato más de alborotos y risas, los 7 nos subimos a la limosina y nos fuimos de regreso a Auradon. Audrey no tardó en sentarse en mis piernas y yo fruncí el ceño.

—Es que ya no hay mucho espacio.

—Audrey, creo que... —No sabía cómo decirle que se bajara.

—Mal... —Audrey me miró mientras ladeaba la cabeza y me acariciaba unos mechones rosas—. Lamento en serio que las cosas no resultaron como tú querías. —Mis ojos se posaron en Evie y ella solo desvió la mirada viendo hacia el mar mientras cruzábamos el gran puente.

—Bueno —conteste nerviosa—. Ben está a salvo.

—Sí, y al menos logré saber lo que hay allí dentro... —dijo Ben sonriendo.

—Ay, vamos. Uma es solo una chica enojada con un mal plan. No es tan diferente a Mal cuando llegó a Auradon.

—Pues si lo fue, eso ya pasó.

El resto del camino nos quedamos todos en silencio, yo sabía que lo que pasó en la Isla posiblemente solo se quedaría allí. Nadie dijo a Ben algo acerca de Evie y yo, y sinceramente no sé cómo me hizo sentir ocultarle esa parte, y el acuerdo al que llegamos con Uma. Lo importante era que rescatamos a Ben y que tenemos la varita.

Por ahora deseaba contarle a Evie lo que había estado pensando acerca de ella. Quería decirle que de verdad me gustaba y no estaba precisamente ahora para guardar más secretos de los que ya tenía.

Al llegar al castillo de Ben, la limosina parqueó y yo acompañé a Ben y Audrey a regresar la varita. Cuánto desee contarle a Ben que lo nuestro ya no podía seguir por obvias razones, pero Audrey no se alejó de mí en ningún momento y no me interesaba darle explicaciones a más gente.

Una vez lo anterior, caminé hacia mi habitación, mi esperanza era llegar y encontrar a Evie para decirle cada cosa que me pasaba. Pero como toda historia dramática donde no puede faltar el drama, antes de entrar escuché unos murmullos dentro y yo me quedé en la puerta.

—¿Cómo que tienes el retraso?

—Sí.

—No —escuché decir a Doug; el cuatriojo—. No estoy listo para algo así.

—¿Y crees que yo sí?

—Ay, Evie.

—Puede que solo tenga un pequeño retraso, estas cosas pasan.

—¿Te ha pasado antes?

—No.

Les juro, les juro que no era mi intención escuchar esa plática, pero estaban en mi habitación y yo no pude evitar escuchar. De pronto la puerta se abrió y el cuatriojo se fue pasándome por un lado y yo solo desee carbonizarle el culo, aunque ni tiene.

—¿Evie?

La peli-azul estaba sentada en mi cama y yo me senté a su lado sin decir nada, dejaría que ella me lo contara sola y solo si lo deseaba. Aunque estaba muy preocupada ahora mismo y esperaba que lo hiciera.

—¿Estás bien? —pregunté intentando verla. Las manos de ella estaban sobre sus rodillas y miraba al suelo con la mirada perdida en él.

—Mal... —escuché y aquello me enchinó la piel de una sola, no quería escuchar nunca algo así de ella—. Creo que estoy embarazada de Chad.

Dios santo. ¡¿Chad?!


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ᴍᴇᴠɪᴇ

The fantasies | Mevie +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora