𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟑𝟔

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ʙɪᴇɴᴠᴇɴɪᴅᴀs
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El gran día había llegado, la carta que se envió al consejo real para la autorización de nuevos villanos en Auradon se había aprobado, así que dentro de unas horas más volveríamos de la Isla con nuevos descendientes de esta.

No me gusta usar mucho falda o vestido, a menos que fuera para seducir a Evie (cabe aclarar), pero en este caso, ella se había esmerado por me hacerme uno denominado "increíble", y como su dragón gobernado que soy, obviamente debía usarlo.

Hoy les quiero contar que admito que la vida de casada es lo mejor, siempre hay sexo, sexo y más sexo rico y altamente bueno y de la mejor calidad. Además, Evie cocina di-vi-no y me llena de amor. Soy un dragón feliz y que está aprendiendo incluso de modales por ella.

P.D. Evie si estás leyendo esto, no es lo que crees. Bueno sí es, me siento húmeda y con ganas de quemar un castillo.

Y bueno, precisamente ahora me acababa de terminar de cambiar y de ponerme un poco de labial rosa, cuando el timbre del castillo de Evie (nuestro nidito de amor) se escuchó en un ding dong.

—¡M, ¿puedes abrir la puerta?! —Evie se encontraba en la planta alta terminando de arreglarse.

—Genial, el dragón ahora era la chacha —refunfuñó el dragón. Pero ¿saben una cosa? Ya sabía de qué me iba a vestir esta noche.

Sin más, me acerqué a la puerta para ver fijamente por entre la mirilla. No, no iba a abrir, definitivamente no.

¡Ding dong!

¡¿M?!

—¡Ya oí!

Y cuando abrí la puerta no hizo falta decir absolutamente nada. Audrey me pasó por un lado entrando como si fuera su casa. O sea, ¿qué se cree esta?

—Voy a entrar.

—Ya estás dentro...

—Amor, ¿qué pasó? —Apareció Evie, y ay baby, qué exquisita, no te azoto aquí porque está esta... señorita—. Hola, Aud.

¿Aud?

—Vine porque ustedes dos me deben un favor y ya salió algo que necesito.

—Nosotras no te de-

—¿Qué favor? —preguntó Evie y Audrey sonrió.

—¡Uma ven aquí, cariño!

El pultiti entró por la puerta y los ojos me brillaron en un fosforescente que hasta me imaginé los miles de formas de carbonizarla en un instante. Agárrenme que la carbonizo y hacemos pulpo asado para la cena. El hambre nunca falla en Auradon.

—Ahora sí te mato, Uma.

—Calma —mandó mi gobernante.

—Audrey, no te debemos nada. —Estaba lista para carbonizarme a dos.

—¿Recuerdan cuando fuimos a la Isla y gracias a mí tuvieron la varita?

Evie me vio.

—Ay, vamos... —Uma sonrió—. ¿Seguras de que no me extrañan?

—¿Y por qué no se queda contigo?

—Es que están remodelando mi castillo, ya saben, unos cuantos pisos más alto, dignos de una princesa como yo. —Audrey giraba con su vestido rosa y yo quería vomitar un arcoíris de colores.

—Pues tienes más espacio para que el pulpo tenga una alberca si se te seca. —Comencé a empujarlas hacia la puerta—. Además, no quieres saber lo que hicimos el verano pasado con tu...

The fantasies | Mevie +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora