𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟑𝟒 | ♛

3.8K 187 44
                                    

ᴍᴇᴠɪᴇ
╔══════✮❁•°♛°•❁✮══════╗

Y así nos llevamos la noche, Evie encima de mi cuerpo mientras yo acariciaba de su lívido y cálido cuerpo de porcelana. Una vez más se había entregado a mí.

El jodido poder me tenía en un sueño del cual deseaba no volver a despertar. Evie era mía, la había hecho parte de mí y la seguiría haciendo mía cada que ella me lo pidiera. Y claro, nunca estaba de más resaltar que ella era la que me tenía a sus pies; ahora solo le iba a pertenecer a ella.

Después de un par de horas en que hicimos de la cama un reguero mientras esa princesa de cabellos azules y este dragón dormían, desperté, y al girarme ahí estaba.

—Amor... —esta vez era yo la que le hablaba al oído mientras le dejaba besos por toda la espalda y sobre algunas marcas que se habían hecho en su delicada piel—. Despierta.

—Nu. —Vi cómo se escondió en las cobijas y se cubría hasta la cabeza aprovechándose de que estaba boca abajo.

—¿No tienes hambre? —Me recosté un poco sobre su sensual y curveada espalda.

—Shí.

Dios, ¿no era Evie lo más hermoso?

—Pues entonces levántate y vamos a comer.

—Nu, tú hazme el desayuno. —Salió de entre las cobijas viéndome y yo sonreí.

—¿Yo? —Sonreí.

J-Mal explotando la cocina en tres, dos...

—Y apúrate que me duele todo.

¿Y todavía me mandaba?

—Usted manda, Su majestad.

Me senté para besar su frente y la cobijé hasta los hombros de vuelta. La mañana era fría y perfecta como para pasar todo el día abrazando a la chica que te hace latir el corazón a mil hora. En mi caso, Evie.

—Apúrale y tráeme nieve de postre.

Entonces el dragón feliz y desnudo se metió las braguitas y caminó hasta la cocina mientras meneaba la colilla de un lado a otro y daba brinquitos de alegría.

Llegué a la cocina y comencé tararear una melodía mientras volteaba un par de huevos en el sartén, hasta que escuché unos pasillos detrás y cuando volteé era ella. Que venía con una manta larga cubriendo su espalda y se sentaba en la barra de la cocina para verme con una sonrisa.

—Estaba por subir a llevarte el desayuno.

—Sí, pero... —Evie me miraba de arriba abajo—. No quería estar tanto tiempo sin ti.

—¿Ah, nu? —Me acerqué hasta sus labios y ella dejó un beso corto en la comisura de los míos.

—Nu.

Luego nos dimos otro beso que me hizo sentir tanto, tanto que si fuera un dragón en ese momento la patilla me hubiera temblado, esta vez de puro amor que comenzaba a sentir por esta hermosa mujer.

—Muero por volver a la cama y terminar lo de anoche...

—Me duele todo —dijo con una cara de chantaje y descarada—. Creo que no tendremos sexo en un mes.

—Sí, claro, luego de lo de anoche no hay ni quién te crea.

No íbamos a esconder el hecho de lo que pasó en la noche y el cómo Evie casi convierte mi habitación en una clase de burdel privado, ¿verdad?

Me giré para sacar las salchichas del sartén y cuando volteé Evie me miraba el trasero sospechosamente. Ah no mijita, esto te va a costar mucho más.

The fantasies | Mevie +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora