The fantasies | Mevie +18

𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟑𝟎

ʙᴀᴛᴀʟʟᴀs
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¿Qué dijeron? ¿Otra escena de sexo?

Pues no, porque quedaba más drama por venir, pero no se sientan mal, el sexo nunca falla en esta clase de historia.

Hoy era el baile real, o algo así se le decía. Sinceramente no estaba muy familiarizada con este tipo de cosas o terminaciones. La emoción no lograba llegar a mí, aunque sabía que hoy tenía que tratar de explicarle a Evie lo que sentía. Ahora mismo mis pensamientos se debatían en si ella quería una relación o si buscaba una clase de "amigas con derechos". No lo sabía, pero tendría que averiguarlo antes del baile de esta noche.

Evie había salido con Doug a entregar un par de vestidos, mientras yo me daba un baño burbujeante y luego caminaba hacia el taller de Evie para encontrar mi vestido, fue cuando escuché que alguien tocaba el timbre de la puerta.

—¡Mal!

—¿Ben?

El castaño se me arrojó a los brazos como un polluelo atemorizado.

—¡Mal, tienes que ayudarme! ¡Me van a matar!

¿Matar?

—Ben, ¿qué pasa? ¿Quién te quiere matar?

—Mi-mis.

—¿Ajá?

—¡Mis padres! —dijo viendo hacia la puerta completamente neurótico y entonces cerró la puerta recargándose en esta.

—Cálmate, Bennyboo. ¿Cómo que quieren matarte? —Me azomé por la ventana.

—¡Sí! Me van a matar cuando sepan que ¡ya no andamos! ¡Mal tienes que ayudarme! ¡Necesito que seas mi novia!

—Ah no, mi Benny. Yo paso esta vez.

—Mal, por favor. Te juro que le diré a mis padres luego del baile.

—Ben, no estoy segura de que sea buena idea.

—¡Ayúdame, Mal!

Y el pobre chico se miraba tan asustado, que no pude evitar sentirme mal por él, después de todo yo tenía culpa en ello. De hecho, yo tenía toda la culpa.

—Ay, Ben... —Lo vi— Está bien, pero luego de esto se acabó. Y no va a pasar de un baile, porque estoy pensando en ir con Evie.

—¡Síííí! —Ben sonrió y me abrazó de los brazos cargándome y dándome vueltas—. Gracias, gracias.

Me besó la mejilla y justo antes de separarse Evie llegó y nos vio.

—Hola, E.

Evie estaba callada.

—Buen día, Evie. —Ben me miró—. Mal, te veo más tarde.

El castaño salió por la puerta brincando de alegría, mientras que Evie me miraba fijo.

—¿E?

EviEe no dijo nada y me pasó por un lado caminando cocina.

—¿Cómo te fue? —pregunté.

—Bien.

—E.

—¿Ujum?

—¿Estás molesta?

—No.

—Evie.

—¿Por qué tendría que estarlo?