Capítulo 19: Una disculpa para la señorita

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***El del Gif es Lucas***

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¿QUÉ HA OCURRIDO HASTA AHORA?

―¿Estas segura de eso? —Le pregunté. Eulàlia había dicho las palabras clave—. Ponte en mi lugar: Tú vives en un pueblo, pero te tienes que mudar aquí. Vas a un instituto y resulta que, en un par de meses, el chico que te gusta, que es tu novio desde hace 3 años, se convierte en tu profesor. Pero no te da tiempo de decir nada que tu mejor amiga ya te está diciendo que se lo quiere tirar. ¿Qué harías?

―Pues... ¡Bueno da igual! ―Dijo Eulàlia sacando la primera sonrisa del día―. Devuélveme el libro ―Añadió tendiendo la mano.

Yo le devolví el libro riendo, pensando que mi amiga me había perdonado. Entonces, cuando recuperó el libro, empezó a estudiar y yo me la quedé mirando sonriendo en mi interior.

No pasó ni un minuto que Eulàlia me miró de reojo y me dijo:

―¿No te pienses que te he perdonado, eh?


CAPÍTULO 19: UNA DISCULPA PARA LA SEÑORITA

Por un momento no supe qué decir, pero entonces vi que Eulàlia, que se había puesto a estudiar, se reía a escondidas.

―¡Eh! ―Le dije dándole un golpe cariñoso. Estaba segura que sí que me había perdonado, que seguramente se había dado cuenta de que ella hubiera hecho lo mismo.

―¿Qué pasa? ―Me dijo Eulàlia riendo. Ya volvía a ser la misma chica se siempre―. ¿Que no puedo estudiar? No, si es que tiene morro la tía... Me escondes lo de Lucas y encima no me dejas estudiar.... ¡Anda que no!

Yo hice una mueca para hacerle ver que no me creía que estuviera estudiando. Básicamente porque estaba leyendo el libro del revés.

―¡Como que no! ¿Pero tú estás cegata? Mira, mira ―Dijo poniéndome el libro a la cara―. UN LIBRO. ¿Entiendes? LI-BRO. Sirve para estudiar. ¿Para qué lo iba a querer yo entonces?

No pude resistirme a darle una colleja cariñosa, así que lo hice.

―¡Eh! Pero mira que llegas a ser cabrona... ―Se defendió ella riendo, mientras intentaba devolverme el golpe.

Justo en ese momento, cuando estábamos intentando dándonos golpes, llegó Mariona.

―¡Eh, eh, eh! ¡Chicas! Entiendo que no estéis en vuestro mejor momento, ¡pero tampoco hace falta que os peguéis!

―¡No, no! Tranquila ―Le dije riendo, mirando de reojo a Eulàlia―. No pasa nada, todo solucionado. ―Dije mirando a mi amiga Eulàlia.

―Bueno.... ―Dijo ella riendo―. Tooodo todo.... Es mucho, ¿eh? Piensa que me has engañado. Y nada más y nada menos, que con uno de los profesores más guapos del colegio...

Entonces llegó María, y todas nos callamos de golpe, sin disimular.

―¿De qué hablabais chicas? —Preguntó en cuando llegó a nuestro lado—. No hace falta que os calláis así... ¡Parece que me estuvierais escondiendo algo!

―¡¿Nosotraaas?! ¡No! ¡Qué va! ¡Tonterías! ―Dijo Eulàlia enseguida, riendo―. No, en serio. Solo hablábamos de Lucas, ¡Que menudo pivon! —No pude contenerme a echarle una mirada asesina a Eulàlia—. A ver —Siguió diciendo mientras me guiñaba disimuladamente un ojo—, ¡No me digas que no es verdad! Te lo he dicho mil veces... ¡Lo quiero para mí!

Con ese guiño, entendí que lo hacía para que María no sospechara. Sería muy extraño que de un día para otro, Eulàlia dejara de decir que Lucas era muy guapo y estaba muy bueno. Aun así, no me hacía mucha gracia que dijera esas cosas de mi novio delante de mío.

Sí, profesor [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora