Sí, profesor [TERMINADA]

Capítulo 6: No puede gustarme Jack

¿QUÉ HA OCURRIDO HASTA AHORA?

―¿Eres Nadia, verdad? Yo soy Jack ―Me dijo. Ahora que me encontraba más cerca pude ver el color de sus ojos: color miel. Desde esa distancia también parecía aún más alto y musculado―. Necesito que me des el papel de asistencia del primer día.

―Sí-sí, claro...

CAPÍTULO 6: NO PUEDE GUSTARME JACK

―¿Te quería ver por eso? ―Preguntaba Eulàlia alucinada, cuando volví con ella en la cafetería. Estaban todos los chicos que me había presentado antes mi vecina―. ¡Qué morro! A mí nunca me ha cogido a solas para decirme algo. Ya me gustaría....

―Dicen que está muy bueno este profesor ¿no? Yo nunca lo he tenido, como estoy haciendo el tecnológico no tengo geografía ―Dijo Mariona, pero se corrigió cuando Marc le miró―. Me refiero que, para ser un profesor, no está mal...

―¡Ya ves! ¡Está cañón! ―Dijo Eulàlia mientras daba un mordisco a su bocadillo de atún―. Y Nadia llega y el primer día ya habla con él. Está claro que quiere ligar contigo —Añadió en tono bromista.

―¡Pero a mí no me gusta! ―Dije intentando seguirle la broma―. ¿Hay máquinas de comida? Me he dejado el desayuno a casa y tengo hambre ―Dije para cambiar de tema, la verdad era que era muy guapo y simpático. Lo que había dicho Eulàlia en broma, me lo había tomado más en serio de lo que me habría gustado, ¡pero aún no lo conocía! No me podía enamorar de él así como así, además, a mí me gustaba Lucas, y no lo cambiaría por nada del mundo. Y Jack era mi profesor.

Los días siguientes pasaron rápido. Nunca me lo habría imaginado pero Barcelona no estaba tan mal; Eulàlia se había convertido en mi mejor amiga, y Jack seguía mirándome mucho en clase y llamándome para hablar de cualquier cosa, pero yo intentaba no hacer caso a eso. Aunque extrañamente, me estaba confundiendo mucho.

Pero me consolaba saber que muy pronto llegaría Lucas y entonces estaría convencida de que no me gustaba Jack, que estaba enamorada de mi Lucas, como tenía que ser. Y aunque me gustara Jack, era imposible porque era mucho más mayor que yo, era mi profesor.

***

¡Nadia! Llegaré ésta noche a Barcelona. No me esperes, llegaré tarde, ya nos veremos mañana por la tarde. Te echo de menos. Un beso, te quiere, Lucas

Era un mensaje de texto de Lucas. Ya habían pasado tres semanas desde que nos mudamos a Barcelona, y la verdad era que no lo había echado en falta tanto como yo me esperaba. ¡Pero ahora me daba cuenta de que lo quería ver enseguida! Me tendría que esperar hasta el día siguiente por la tarde. Tampoco era tanto, teniendo en cuenta que llevaba tres semanas sin él. Me fui a dormir feliz, sabiendo que mañana volvería a ver a Lucas.

***

―¡Ahora nos toca lengua! ―Dijo Eulàlia, contenta, de camino al Instituto. Últimamente siempre íbamos juntas. Si íbamos con tiempo íbamos a pie, que eran unos 30 minutos; pero la mayoría de veces cogíamos el autobús, ya que era más rápido y en la calle hacía mucho calor.

―¿Y porque lo dices tan contenta? ―Le pregunté yo. Normalmente lengua no es una asignatura que agrade mucho... Ni a mí, ni a nadie ni a Eulàlia.

―¿No te acuerdas? ¡Hoy viene el nuevo profesor! ―Dijo ella alegre, alzando la voz y las manos, con las que sujetaba la raya de ojos que se estaba poniendo―. A ver qué tal...

Eulàlia no perdió ni un minuto, se reunió con Adrià, Jordi, María, Mariona y Marc (que siempre llegaban antes que nosotras) y se fue rápido hacía la clase para sentarse, como siempre, a la última fila. En la clase de Lengua estábamos todos juntos, ya que es una materia comuna y obligatoria. Era una suerte que en este Instituto mezclaran todos los diferentes bachilleratos (tecnológico, científico, social, humanístico y artístico), y que además, me hubiese tocado con todos ellos en clase. También era una suerte para Adrià, ya que él era el único que hacía el bachillerato artístico (audiovisuales).

Estábamos hablando de una película que dieron la noche anterior por la televisión, "El Secreto de Thomas Crown", cuando vi que entraba alguien en clase. ¡Era Lucas! ¿Qué estaba haciendo él aquí? Entonces oí que Eulàlia me decía al oído:

―¡Joder! ¡Qué bueno está el profe! Éste para mí, ¡tú ya te tiraste a Jack!