Capítulo 26: En la playa

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***El del Gif es Jack***

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¿QUE HA OCURRIDO HASTA AHORA?

En ese momento sonó mi móvil. Lo busqué dentro de mi bolso y cuando lo encontré miré la pantalla para ver de quién se trataba. Era Mariona.

―No lo cojas ―Me dijo Jack al ver de quién era.

―¿Por qué no lo tengo que coger? ―Pregunté yo mientras me disponía a responder. Entonces él soltó la mano izquierda del volante y me lo arrebató de las manos pinchando el botón rojo para colgar―. ¡¿Pero qué haces?! ―Dije cabreada y sorprendida a la vez. Inmediatamente él se lo guardó en bolsillo del pantalón y volvió a coger el volante―. ¡Devuélvemelo! ―Él me miró, se rio, hizo como si nada y continuó conduciendo.


CAPÍTULO 26: EN LA PLAYA

No habían pasado ni cinco minutos, que oí el ruido que hace mi móvil cuándo recibe un mensaje. Jack se miró el pantalón y después siguió conduciendo.

―Parece que alguien está preocupado ―Me dijo divertido pero sin mirarme. Yo hice una mueca.

―¿Me lo das? ―Pregunté tendiendo la mano. Él me miró, después miró la mano, sonrió burlón y siguió conduciendo. Eso era un no.

Pasaban los minutos y yo cada vez me estaba poniendo más nerviosa. Más o menos veinte minutos después de la llamada de Mariona, el móvil volvió a sonar, pero como era de esperar, Jack ni se inmutó. Al final llegamos a la playa.

―Sí, muy bonita. Ya la hemos visto ―Dije yo―. Ahora, ¿puedes llevarme al Instituto de una vez para que por lo menos, llegue a la segunda clase?

―¡Ni hablar! ―Contestó él―. ¿Con esta peste que haces? Se ve que está mañana no te has duchado... ¿No querrás que todo el mundo te huela? ―Decía mientras se tapaba la nariz con cara de asco de una manera cómica.

―¡¿Pero tú eres imbécil?! —Dije sin reírme—. Llévame ya.

―Ya te he dicho que no. Primero te lavas un poco ―Y dicho eso salió del coche, dio la vuelta para llegar a mi puerta, la abrió y me estiró hacia fuera.

―¡¿Pero qué haces?! ¡Déjame! ―Grité yo. Él no me hizo caso, y antes de que me diera cuenta ya estábamos delante de las olas. Él corrió a quitarse la camiseta y se tiró en ellas.

―¡Vamos, ven! ¡Está muy buena! ―Me dijo desde dentro del agua. Realmente aquel día hacía mucho calor y el mar estaba muy bonito―. Mira que si no vienes tú, te voy a buscar yo.

―¡Ni se te ocurra! ―Le grite intentando parecer enfadada, aunque en verdad ahora ya estaba divertida.

―¡Ven aquí! ―Dijo mientras salía del agua y se me acercaba para darme un abrazo. Yo chille cuando noté su contacto, ¡el agua estaba helada! Era la primera vez que tocaba el agua del mediterráneo―. ¿Si? ―Dijo Jack mientras me cogía entre sus brazos y me lanzaba al agua con él―. A mí me parece que está rica ―Añadió, y se capuzó debajo del agua hiendo lejos de la costa―. ¡Vamos, ven! ―Dijo una vez ya estaba lejos. Yo hice casó y, con la ropa toda empapada, me capucé también para ir hasta él.

Cuando llegué en donde se encontraba, él se volvió a capuzar y se alejó de mí. Yo lo seguí. Cada vez que llegaba en donde se encontraba él, él se daba la vuelta y se iba hacia otro sitio.

―Ya basta ―Dije cuando ya llevaba un buen rato persiguiéndole. Él, como única respuesta, se rio. Se quedó un rato quieto y después se fue hasta la arena. Yo lo seguí.

Una vez estaba en la arena, noté que tenía toda la camisa mojada. Me la miré y vi cómo se me traspasaba el sujetador. ―"¡Mierda!" –Pensé mientras me tapaba. Vi como delante de mí estaba Jack riéndose. Yo hice pucheros.

―Ten ―Me dijo mientras cogía la suya que estaba seca en la arena―, ponte la mía.

―Gracias... ―Dije mientras la cogía. Entonces me giré para quitarme la mía y ponerme la suya―. ¡No mires! ―Le advertí primero. Por si las moscas, me fui a esconder detrás del coche.

―Pareces un fantasma... ―Dijo Jack una vez la tuve puesta y estaba de cara a él.

―¡No te ríes! ―Le espeté. Él se rio y yo volví a hacer pucheros.

Tendí mi blusa al sol para que se secara, y nos sentamos en la arena observando las olas. Estuvimos allí un buen rato. De vez en cuando lo miraba. Sin la camiseta, parecía un modelo de Hollister. Realmente, Jack era mucho más hermoso que mi Lucas, de eso no cabía duda.

Al cabo de un buen rato, miré mi reloj. Ya eran las nueve y media. ¡Qué rápido había pasado el tiempo!

―¿Qué hora es? ―Preguntó Jack al ver que lo acababa de mirar—. ¡Mierda! ―Dijo él después de que yo le dijera la hora, mientras se levantaba de la arena―. A las diez tengo clase.

―¿No me habías dicho que no tenías clase por la mañana? ―Pregunté entonces confusa.

―Era mentira ―Me respondió él tranquilo mientras me cogía de las manos para ayudarme a levantar―, sólo quería estar contigo.

***

Yo me quedé plasmada, estábamos uno frente al otro, cogidos de las manos. No supe que decir. Él no se lo pensó dos veces, aprovechó ese momento de proximidad y me plantó un beso.

―¡Qué haces! ―Le grité mientras me apartaba y le soltaba las manos. Pero enseguida volví a acercarme a él y le devolví el beso. Fue un instinto. Ese beso fue precioso. Nunca antes nadie me había besado de ese modo.

Cuando ya no pudimos más y nos separamos, nos miramos unos instantes y enseguida yo me fui a cambiarme la camiseta. La mía ya estaba seca tendida encima del capó del coche.

―Ten ―Le dije mientras le devolvía la suya―, gracias por prestármela.

Él no contestó nada y se la puso. Seguía en el mismo sitio en el que lo había dejado después del beso. Yo me dirigí hacía su coche y me monté en el asiento de copiloto.

―¿Subes? ―Le dije antes de cerrar la puerta. Él subió al instante a su coche.

―Ese beso... ―Empezó a decir sin mirarme nada más arrancar el coche.

―No cambia nada ―Lo corté yo.

Sí, profesor [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora