Capítulo 16: La foto

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¿QUÉ  HA OCURRIDO HASTA AHORA?

―Vamos... —Insistió Lucas, cogiéndome las dos manos y apretándolas con fuerza. Yo no las quité, pero seguí sin mirarle, me limité a mirar nuestras manos entrecruzadas―. ¿Te gusta Jack?

Cuando dijo esto, entonces sí que no pude evitar levantar la cabeza y mirarle a los ojos. Me sorprendió por el tono en que lo dijo, no parecía enfadado. Usó el mismo tono que usaría una amiga. Yo lo negué rápidamente, desviando otra vez la mirada.

―¿Segura? —Volvió a preguntar él—. No pasa nada, si te gusta lo puedo entender.

Lo miré un segundo, y ante aquellos ojos grises que tantas veces me habían enamorado, no pude negarlo.

―Me gustó ―Dije.


CAPÍTULO 16: LA FOTO

―Pero no es lo que parece ―me excusé enseguida. Ya me había arrepentido de haberle dicho la verdad, e intenté explicarme para que no me juzgara―, tu aún no habías llegado y él no me paraba de decir cosas, lo encontraba simpático, y las cosas claras... feo no es. Pero cuando tú llegaste entonces ya me dejo de gustar, me gustas tú Lucas, yo te quiero.

―Está bien, Nadia, te creo, te creo. Yo también te quiero. No pasa, nada. Ahora ―Dijo Lucas haciendo señas con las manos, después se acomodó mejor en el sofá―, ¿Quieres estudiar?

―Querer, querer... ―Dije yo, olvidando ya todo lo ocurrido, sonriendo―. No mucho, pero es lo que hay ―Y me senté a su lado dispuesta a empezar.

Estuvimos casi dos horas sentados en el sofá. En media hora había olvidado ya la discusión, y me acurruqué encima de Lucas, quien me iba explicando detalladamente cada concepto. De esta manera se me hizo mucho más fácil que cuando lo explicaba en clase, ya que ahora se entretenía mucho más en cada palabra, como un profesor particular. Lucas me iba remarcando las partes que saldrían en el examen, o eso creía yo, porque no me lo había dicho pero insistía mucho en algunos temas. Al final lo comprendí todo, me llevó un buen rato pero valió la pena.

Cuando vi que ya se hacía tarde, cogí el teléfono para llamar a mi madre y decirle que no me esperara para cenar, porque me quedaría a cenar a casa de mi novio.

Como la mayoría de las veces que me quedaba a cenar a su casa, pedimos una pizza (una funghi con doble de setas), y mientras la comíamos, miramos una película de miedo.

Estábamos sentados uno al lado del otro, y en las escenas en que el corazón se me encogía, me aferraba con más fuerza a Lucas, estrechándolo. A su vez, el me abrazaba y me daba confianza y seguridad. Estos momentos eran los que más me gustaban. Sentía que estaba dentro de una historia de príncipes y princesas, caballeros, guerreros y doncellas. Yo era la doncella que estaba en peligro, y Lucas el príncipe azul que me protegía de las tropas enemigas.

*NARRA EULÀLIA*

Después de que mis dos amigos me abandonaran, me encontraba en mi casa intentando estudiar, pero no podía. Estaba tumbada en la cama pensando en nada. Se me ocurrió que quizás era una broma pesada de Nadia y que en realidad estaba en su casa esperándome para estudiar, por lo que me aproximé hasta su casa y llamé al timbre.

Rosa, la madre de Nadia, me abrió la puerta vestida con una bata blanca encima de un vestido de flores azul.

―¡Eulàlia! ―Dijo esta―. Estaba planchando la ropa, como podrás ver ―Decía mientras se miraba a sí misma―. Lo siento... Nadia no está.

―Oh, bueno... ―Dije entonces perdiendo la esperanza. Me iba a ir cuando le pregunté―: ¿Sabe cuándo volverá? Si volverá pronto... ¿Antes de las 20h?

―Lo siento querida... en eso no te puedo ayudar. ¡La verdad es que no tengo ni idea! Le he dicho que me llamará para a ver si se quedaría a cenar o no, pero aún no lo ha hecho.

―Oh... ―Dije perdiendo ya del todo la esperanza ya que vi que sería imposible estudiar con ella―. ¿Pero sabe dónde ha ido? –Añadí entonces.

―¡Por supuesto! Una madre tiene que estar al corriente de todo... ―Me dijo sonriéndome y guiñándome u ojo―. Ha ido a casa de su novio a estudiar.

―¡Ah! ¿Ya ha llegado aquí en Barcelona? ―Dije contenta por mi amiga, aunque extrañada de que no me lo hubiera contado. Por un momento me defraudé, pensé que Nadia confiaba más en mí como para contarme que su novio ya había llegado a Barcelona.

―Sí —Contestó la madre—, ¿a ti tampoco te lo había contado?

―No―Dije extrañada. Era muy raro que no me lo hubiera contado ni a mí ni a su propia madre. Con un poco de curiosidad, le pregunté cómo se llamaba, puesto que me acababa de dar cuenta que tampoco me había dicho esto.

―Lucas —Contestó—, ¿tampoco te lo había dicho? —Añadió, pero yo ya no le prestaba demasiada atención, me había quedado sorprendida. ¿Lucas? ¿Podía ser una casualidad? La cabeza me daba vueltas. Si realmente era el Lucas que yo creía... Estaba empezando a atar cabos.

― Ven —Se ofreció Rosa, la madre de Nadia—, quieres que te enseñe una foto? —Preguntó cuando vio que estaba tan sorprendida.

Yo no le contesté, me había quedado sin palabras, pero asentí con la cabeza y, acompañada de Rosa, entré a la casa y me acomodé en el sofá.

―¿Quieres algo de beber? ―Se ofreció, pero yo rechacé educadamente su invitación. Estaba impaciente por ver la foto de Lucas, el novio de mi amiga Nadia―. Está bien, espérate un segundito que voy a buscar un álbum a ver si encuentro unas fotos suyas ―Me dijo la madre mientras desaparecía por la cocina―. Mira ―Dijo cuando volvió al salón, hojeando el álbum que acababa de traer―, éste es, ¿no te parece mono?


NOTA DEL AUTOR: 

Aquí les dejo otro capítulo, espero que lo disfruten.

Les recuerdo que mi nueva historia está colgada jejeje (no quiero ser pesada)

Esta parte se la dedico a @EimyDiaz, que ya le dije todo lo agradecida que estoy. ;) Y si no, se lo vuelvo a repetir, jajajajja : Gracias por comentar y votar cada uno de los capítulos de cada libro que tengo publicado, espero que tarde o temprano me llegue la hora de tener un nuevo seguidor =) (no, que es broma, si no lo quieres ser, no).

Bueno, pues eso, hasta otra!

Besos a todos

Sí, profesor [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora