Capítulo 38: Orquesta

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¿QUÉ HA OCURRIDO HASTA AHORA?

Cuando la clase terminó, me fui a hablar con el profesor (Miguel) para preguntarle algunas dudas que había tenido sobre la clase (si hay algún orden de cancines para ensayar, asegurarme de que los días de ensayo eran los lunes, miércoles y jueves, etc.). Después me dirigí a mi sitio, donde todavía estaba Pau guardando sus cosas.

Mientras tanto, habían empezado a llegar los alumnos de la siguiente clase, o mejor dicho, los músicos de la Orquestra Sinfónica.

―Te espero ―Oí que me decía Pau, que ya lo tenía todo guardado y estaba de pie frente a mí―, pero date prisa.

Cuando levanté la cabeza para darle las gracias, oí una voz conocida y miré detrás de Pau para ver quién era. Era Jack, que entraba por la puerta del escenario junto otro chico. Colgada en la espalda llevaba una funda que podría ser la de un violín.

CAPÍTULO 38: ORQUESTA

Yo hice caso omiso de su presencia, y me levanté para irme. En ese momento, él miró hacia el frente y me vio, pero no dijo nada. Yo me fui de la sala con Pau.

―¿Lo conocías? ―Me preguntó Pau a la salida.

―¿A quién?

―A ese chico ―Me contestó él, tranquilo―. He visto que os mirabais.

―Eh... ―No sabía qué decirle, así que al final le dije lo que realmente era, tampoco tenía nada raro―. Es mi profesor en el colegio.

―¿Y no lo saludas? ―Me preguntó―. Pensé que ya no ibas al Instituto ―Añadió después. Yo le dije que este era mi último año, que hacía segundo de bachillerato. Después le mentí y le dije que tampoco conocía tanto a Jack y que me daba vergüenza decirle algo, que no sabía que decirle. Esto último sí que era cierto.

―¿Forma parte de la Orquestra Sinfónica? ―Le pregunté.

―Sí ―Me contestó―, pero desde hace poco, antes estaba con nosotros. No hablé mucho con él, pero parecía simpático.

Solo me faltaba eso. Parecía que por fin había encontrado algo que me llenara, y resulta que seguramente me cruzaría con Jack cada día. Pero enseguida decidí que esto no me arruinara. Seguiría yendo a las clases de flauta, y si me cruzaba con Jack, haría como si nada, igual que en el Instituto y en el barrio.

***

Los siguientes días me pasaron muy lentos, y todos iguales. Bueno, todos no. Como siempre, mi madre había tenido razón. Los lunes, los miércoles y los jueves (que eran los días que iba al conservatorio) estaba muy contenta, tocar la flauta me llenaba mucho. Los otros días, me los pasaba esperando a que fuese uno de esos tres.

Mientras tocaba, me olvidaba de todo. Además, había aprendido las canciones muy rápido y me integré en el grupo con facilidad. Miguel me felicitaba continuamente por mi trabajo, aunque a veces también se enfadaba conmigo si algo no me salía.

―¡Nadia! ―Me gritó en medio de la melodía, haciendo que todos dejáramos de tocar―. Tienes que alargar más esta nota, y cambiar más rápido al Sol. Para el lunes quiero que te salga, lo mismo para vosotros dos ―Añadió dirigiéndose a Pau y a Laura―. Los demás bastante bien. Hemos terminado por hoy, hasta la semana que viene.

―Nunca me acuerdo de alargar el La ―Comentó Laura.

―A mí también se me olvida. ―Confirmó Pau, quién descubrí que era Homosexual y tenía pareja, un tal Roberto que tocaba el violonchelo en el mismo grupo que Jack.

Empezamos a recoger, yo ya tenía hambre y quería ir a casa a comer.

En el tiempo que recogía, Jack ya había entrado en la clase. Me crucé con él al salir, nuestras miradas se cruzaron, pero no nos dijimos nada. No me sorprendió. Siempre que nos veíamos pasaba lo mismo.

Sí, profesor [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora