❥︎ᑕᗩᑭÍTᑌᒪO 26

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No me podía sentir peor, el constante pensamiento de la simple y linda imagen de Jimin en mi cabeza no me dejaba tranquilo.

No quería pensarlo más, pues simplemente me negaba a aceptar que podía estar sintiendo algo por un omega que no fuera la madre de Maya. Además, mi relación con Jimin se suponía que no debía de llegar a más que simples encuentros sexuales entre nosotros.

Jimin era un niño, Jimin era un pequeño omega con tan sólo diecisiete años que no sabía realmente siquiera lo que sentía por mí. Seguramente se había enganchado a nuestro encuentros, porque sí, era lo mejor de este maldito mundo el tener sexo juntos, pero no más que eso. Se suponía que no debía ser más que eso.

Pero era inevitable sentir aquel apretón en mi pecho que me dejaba algo desorbitado por el hermoso tono de su voz, por como sus labios se movían al compaz de los míos en busca de más contacto entre nuestros cuerpos e intentando llevar él mandó de alguno de aquellos besos tan increíbles que solíamos darnos tan solo al vernos.

Se sentía algo irreal el hecho de que un omega lograra desestabilizar a mi lobo. El mismo que nunca ha aceptado tener más más contacto físico con las múltiples parejas que he tenido a lo largo de mi vida, era el que ahora me rogaba a diario por volver a enterrar mi nariz en el suave y dulce cuello del omega rubio.

Y debía distraerme, no me podía enganchar con una persona que terminaría tarde o temprano olvidándose de mí, y no pensaba sufrir, por lo tanto, traté de buscar una distracción, su nombre es Yuna.

Una omega con un cuerpo esbelto, piernas largas, hermosas y suaves como el algodón, un pelo largo y pelirrojo que rozaba sus muslo y que bailaba al son del viento siempre que caminaba a mi lado, ella era una buena distracción,pues gracias a su presencia ya tenía semanas sin contactar con Jimin.

¿El lado malo?

Quizás lo extrañaba, quizás no se sentía igual hacerle lo mismo que le hacía a él a otra persona y quizás me estaba hartando del llanto de mi lobo a todas horas llamando por un omega que no era nuestro.

—Y mi madre tuvo la genial idea de que- Yoongi, ¿Me estás escuchando?

Ella estaba delante de mí, recostada de mí escritorio mientras sus piernas se situaban a cada lado de la silla, dándome una vista fabulosa de su entrepierna, cubierta por unas panties de hilo moradas.

Puse mis manos en sus piernas y y las subí lentamente hasta que mi dedo pulgar rozó el hilo de las panties, la miré y ella sonrió.

—Obvio te escucho, pero estoy algo liado con el trabajo.—Le dije y ella asintió con una sonrisa.—Dime, ¿Cuál fue la maravillosa idea de tu madre?—Dije con algo de sarcasmo que, obviamente, ella no captó.

—Pues ella me comentó que quería conocerte más a fondo y que nos invitaba a ambos a nuestra mansión en Cancún a una comida.—Comentó emocionada y mordió si labio inferior, tomando tomando entre la suya.

—Claro que me gustaría conocer más a tu madre, pero... ¿Cancún? ¿No está muy lejos?—Dije algo cansado, mi lobo me tenía molesto y digamos que el aroma a frutos rojos de mi querida compañera no me gustaba mucho.

—Sí, pero... pero pensé que te gustaría ir a un viaje contigo, para despejarte un poco y eso.—Acarició mi pelo y yo sonreí, tomando su mano y besando su palma.

—Está bien, pero no ahora por favor, tengo demasiado trabajo. Quizás cuando la renovación de contratos con nuestro socios acabe.—Le propuse y ella sonrió, inclinándose para dejar un generoso beso en mis labios.

El teléfono sonó.

No lo tenía registrado, pero digamos que de tanto mensajes que le he enviado, su número ha ido poco a poco quedándose en mi cabeza.

Sʀ. Mɪɴ| ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ| OMEGAVERSE✔︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora