❥︎ᑕᗩᑭÍTᑌᒪO 42

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—No me puedo creer que hayas vuelto con ese idiota.—Taehyung tomó entre sus manos la copa de cristal fino que estaba lleno hasta la mitad de vino blanco, Burbujeante y frío.

—No es un idiota y aprecio que realmente lo esté intentando.—Mis palabras se reproduciron en mi cabeza, creyéndome cada vez más lo que estaba diciendo.

Yoongi lo estaba intentando, sus mensajes todos los días en la mañana diciéndome Buenos días y deseándome buen día, exactamente a las ocho horas, lo decían a gritos.

Su paciencia conmigo parecía ser infinita, respetaba mi espacio y se preocupaba cada día más por mí, cosa que yo realmente agradecía. Sus palabras calmadas y sus mimos interminables me tenían flotando en una nube de la que no me quería bajar nunca. Sus toques tímidos, sus múltiples besos por mis mejillas o mi cuello hablando más de lo que su boca lo hacía.

—Y entiendo que lo este intentando, pero tres años de depresión no se te pueden ir en menos de uno, Jimin.—Llevó la copa a sus labios y tomó un ligero trago del contenido burbujeante.—Mi perdón no se lo va a ganar tan fácilmente.

—Por ahora somos amigos, Tae. No es que cojamos todos los días.

—Pero ya lo han hecho, tres veces.—Recriminó.

—Sí, en tres meses.—Me defendí.—Tengo mis deseos y definitivamente me encanta calmarlos con Yoongi.

—Tienes a ese alfa, Suho.—Propuso y tomó la botella de vino sobre la mesa y rellenó su copa.

—El y yo nunca hemos tenido nada, solo tuvimos sexo una vez y ni siquiera nos intercambiamos los números.—Mi amigo hizo una mueca de decepción.

—¿No lo hizo bien o qué? Yo le hubiera dado mi número y me hubiera visto con él un par de veces más, al menos para darle celos a Min.

—No me gusta crear ese tipo de ambiente.—Yo también rellené mi copa.—Yoongi se puede imaginar cosas que no son.

—¿Qué? ¿Qué estás iniciando una relación con ese tipo? A él que le importa.

—Por ejemplo, no quiero que cree conflictos con su empleado.—Taehyung negó.

—Eso no importa, lo que importa es que piense que te está perdiendo, que ya no volverás a tener nada con él.—Propuso.—Quizás así se esfuerza un poquito más en conquistarte.—Sonreí.

Tímido mire mis pies, envueltos en unos calcetines rojos con dibujitos de gatitos. Junto a los míos, lo pies de Taehyung, también cubiertos por unos calcetines de gatitos, pero esta vez de color amarillo.

Ambos nos encontrábamos en el salón de mi casa, medio acostados cada uno en un sofá individual con una mini mesa llena de patatas y dos botellas de vino blanco con un 47% de alcohol.

Era una de nuestras tantas pijamadas en mi casa, en esas en las que hablamos de nuestros amores y desamores, de como nos ha ido la vida en esos dos días en los que no nos hemos visto y de cómo resolver esos problemas que obviamente teníamos.

—Por otro lado, tu tampoco quieres aceptar un cita de tu príncipe azul.—Mis palabras salieron cantadas, causando un sonrojo mayor al que el alcohol causaba en la mejillas de mi mejor amigo omega.

—Sabes lo que pienso sobre ello.

—Obvio, hasta el mismo Hoseok lo sabe. Sabe que tienes miedo...

—No tengo miedo.—Declaró, algo incómodo.

—Sí lo tienes. Te justificas diciendo que no tienes madera para poder mantener una relación ya que no has tenido una en tu vida y que aquello no va a salir bien.—Hice una pausa, bebiendo de mi copa.—Y obvio lo hará, porque Hoseok es una de las personas más dulces que he conocido nunca. Tu te encargas de eso.

Sʀ. Mɪɴ| ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ| OMEGAVERSE✔︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora