❥︎ᑕᗩᑭÍTᑌᒪO 43

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Quedamos de vernos en vernos en la cafetería Sunshine, aquella cafetería en la que nos habíamos visto a la cara por primera vez sin ningún tipo de sustancia en nuestra sangre que nublara nuestros sentidos.

Jimin se veía simplemente deslumbrante, como siempre, pero esta vez resaltaba mucho su pelo recién pintado, esta vez, de su color natural, negro.

Me quedé sin palabras, una sonrisa genuina plasmada en mis labios mientras lo veía entrar a pasos medio rápidos en la cafetería. El mundo a mi alrededor pareció congelarse y mis ojos solo podían ver una cosa, mi omega. Hermoso, etéreo, con aquel gesto en sus labios que me hacía caer a sus pies.

—Permíteme decir, querido omega, que con tu color natural de pelo te ves superior.—Poniéndome de pie, tomé su mano.

—Oh por Dios, Yoongi. Por favor.—Soltó mi mano, su rostro tomando un color rojizo fuerte, un sonrisita tímida en su labios.

Quise tomar su mano de nuevo, mis ojos fijos en la suyos trabando de conectar nuestras miradas, sin embargo él me lo impidió. Movió sus brazos tratando de evitar que lo mirara a los ojos y que tomara sus manos entre las mías nuevamente, muerto de la vergüenza.

—Lo digo en serio, puedo quedar ciego sigues brillando de esa manera, cariño.—Sonreí triunfante en cuanto inhaló con fuerza, un gesto de sorpresa y vergüenza en su rostro.

Miró a los lados, preso por la timidez.—Yoongi, para.

—Simplemente deslumbrante, nunca creí que alguien tan magníficamente bello como tú pudiera fijarse alguna vez en mí.—Rió, bajando sus rostro hacia el suelo y mordiendo su labio inferior mientras negaba.

—Ya, vamos a merendar algo, no sé.—Se encogió de hombros, aún negándose a mirarme a los ojos.—No sé porqué querías verme antes de cenar.

—Siéntate, quiero que hablemos.—Suspiré, viéndolo tomar asiento con su celular en la mano y un sonrisa tímida en el rostro.

Pasó la mano abierta por su pelo, pasándolo hacia atrás y haciéndolo ver tan suave y sedoso como yo creía que era. En ese momento, me pregunté que era lo que estaba haciendo. Me estaba arriesgando a obtener una repuesta negativa de Jimin y lo más probable, a alejarlo de mí por una simple pero importante propuesta de cena con los que yo anhelaba, fueran sus suegros.

Respiré hondo, perdiendo todo tipo de esperanza que alguna vez haya tenido. No sabía ni como se me había ocurrido pedirle algo como ser mi novio a quien se había convertido en mi mejor amigo en cuestión de meses y con quien había estado manteniendo relaciones sexuales por matar el tiempo juntos y romper la tensión de millones de voltios que tomaba nuestro cuerpo al vernos.

—Tengo varias preguntas que hacerte y no sé cuál soltar primero.—Reí nervioso.

—Pues... la que se te venga primero a la mente, vamos.—Me animó, sus rostro sereno y lindo, como siempre.

—Jimin, ¿Quisieras cenar con mis padres esta noche?—Solté, atento a las expresiones en el rostro de mi menor. Más que nervioso por como pudiera reaccionar ante mi propuesta, la cual podría declinar en seguida por el atrevimiento que requería el hecho de preguntarle por cenar con dos totales desconocidos para él y lo importante que podía sonar hacerlo.

—Yo...no.—abrió los ojos sorprendido.—Digo...no sé si sea, que se yo, conveniente que me presentes a tus padres.—Se encogió de hombros.—¿Es-estas consciente de lo importancia que me supone esa propuesta?—Preguntó, sus ojos iluminados por la luz que se ceñía al techo justo sobre nosotros y que inundaba la mesa y el rostro angelical de mi omega.

—Jimin, yo voy en serio.—Afirmé.—Quiero aprovechar que están aquí de viaje y te los quiero presentar, así conocen a mi omega y futuro esposo.—Dije en serio, pero haciéndolo sonar como si fuera broma, para ir tanteando.

—No me lo puedo creer...—Rió.—¿Me vas a pedir matrimonio?—Preguntó juguetón.

—Pues... posiblemente.

—¿Cuándo?

—Cuando sepa que realmente quieres estar conmigo, que por fin me has perdonado.—Admití, mi labio inferior temblando ligeramente y siendo apresado por mis dientes.

—Sí me conoces tanto... ¿Cómo es que no te has dado cuenta que estoy completa y estúpidamente enamorado de ti?—Soltó, provocando un vuelco en mi corazón y haciendo que mi pulso se acelerara de forma repentina.

—No... no quería hacerme ilusiones con eso.—Paseé nervioso la mano por la mesa hasta rozarla con la suya, mis dedos colándose entre los suyos bajo su atenta mirada.

—Voy a tener mi celo pronto.—Fijé una vez mi mano ya se había entrelazado con la suya.

El levanto la mirada, viéndome atento, esperando por que siguiera hablando.

—Quiero pasarlo contigo, solo si tu quieres, digo.—Respiré hondo.—Sino, lo pasaré solo, mi lobo ya no acepta a nadie más que no seas tu y la verdad no tengo muchas ganas de estar con otra persona, Jimin.—El me miraba atento.—Yo... yo te amo, Jimin y quiero que esto vaya en serio. Que no solo sean encuentros sexuales por mayor las gas que nos tenemos, quiero que sea porque tengamos ganas de estar el uno con el otro, porque nos amamos, porque estamos juntos de una maldita vez por todas.

—¿Esto...es alguna especie de propuesta?—Apretó mi mano, pude notar cierto temblor en la suya.

—Supongo que sí, mi amor.—Mis ojos se cristalizaron.—Si-si te pido que seas mi novio y que me hagas el honor de asistir a la cena junto a mis padres para que ellos conozcan a la persona que más amo en este mundo y con la quiero pasar el resto de mi vida, ¿dirías que sí?

Lo pensó uno segundos.

—Pues... sí a todo, supongo.

Salté a sus brazos, casi lo levanto en su lugar por la fuerza que ejercí alrededor de su cuerpo. Lo senti sonreír contra mi hombro y las lágrimas salieron por fin de mis ojos, estaba feliz, más que feliz por conseguir por fin aquello con lo que he estado soñando los últimos años, tener a Jimin para mí.













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EDITADO.

Sʀ. Mɪɴ| ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ| OMEGAVERSE✔︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora