Capítulo 5 ADDISON

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Todo ocurrió a cámara lenta. Ella fue casi arrancada de mí, esos malditos machos tomando a mi compañera, protegiéndola como si tuviera algo que temer de mí.

Ella era la criatura más segura en esta habitación... en este mundo. Me arrancaría mi propio corazón y se lo daría en ofrenda antes de herir un pelo de su cabeza.

¿Pero alguien que se interpusiera en mi camino para llegar a ella? Recibirían toda mi ira.

Fui muy consciente de que los demás se acercaban, y su inquietud por mí impregnaba la habitación. Podían sentir lo inestable que era en ese momento, y pensé que serían más inteligentes que acercarse a mí.

Pronto descubrirían lo equivocada que era esa decisión.

Sentí que todos los hombres del Otro Mundo se acercaban aún más, haciendo una barricada a mí alrededor.

No quería apartar la mirada de mi compañera, pero esos cabrones tenían que entender bien a qué se enfrentaban.

Giré la cabeza de un lado a otro, observando a cada uno de los machos que pensaban que podían contenerme. Vampiros, Lycans, demonios, brujos e incluso algunos otros cambiaformas se estaban agrupando.

Eran fuertes.

Yo era más fuerte.

La conmoción en la sala de banquetes de Mark era ensordecedora, pero mi necesidad y mi propósito de llegar a ella eran aún más fuertes. Más fuerte.

Y entonces su olor desapareció, persistiendo antes de desvanecerse. La habían alejado de mí desviando parte de mi atención.

Gruñí por lo bajo, el sonido crecía en intensidad cuanto más lo hacía.

Mark se puso en mi línea de visión, y entrecerré los ojos, moviendo la cabeza lentamente, una advertencia silenciosa antes de enseñar los dientes cuando no hizo caso a mi agresión.

-Aléjate, hermano. - Ni siquiera estaba segura de que me hubiera escuchado por completo, me hubiera entendido a través del timbre distorsionado de mi voz Lycan.

-No es el momento ni el lugar, Addidon. - dijo Mark en voz baja.

Incliné la cabeza hacia atrás y olfateé el aire mientras mantenía mi atención en mi hermano. Mi compañera ya no estaba en la finca, y parecía que también se había llevado a su hembra.

- ¿Me tienes miedo?- Siseé, mis ojos brillaban tan intensamente ahora que arrojaban un brillo de luz sobre Mark.

-Todas las hembras han sido sacadas. Es solo para asegurarse de que las cosas se mantienen controladas.

Mostré los dientes y volví a mirar a mí alrededor. Solo quedaban los machos en la sala, todos ellos rodeándome, como si temieran que yo fuera tan inestable como para hacer daño a otra hembra.

Oí el siseo de un vampiro macho justo antes de que se abalanzara sobre mí. Extendí la mano y le rodeé la garganta con los dedos, sabiendo que podría haberle aplastado la laringe en ese momento. Su especie era fuerte, pero ahora mismo nadie era tan poderoso como yo.

Me controlé y acerqué su cara a la mía, mostrando mis caninos, dejándole ver exactamente a quién y a qué se enfrentaba. Tenía que reconocer su mérito. No se acobardó. Lo eché a un lado, al igual que el resto de los machos del Otro Mundo, que se abalanzaron sobre mí como mosquitos, y los espanté con facilidad.

Nada en este planeta me alejaría de mi objetivo.

- ¡Addison!- Mark gritó lo suficientemente alto como para que la habitación pareciera inmóvil, y su voz reverberó en la gran sala.

Eres mía - Meddison G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora