Un nuevo comienzo

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Sam:

Termine de leer la carta y estaba conmovido. No imaginaba a Jean del tipo que podría hacer algo así pero me había encantado. Antes me equivoque respecto a lo que pasó entre Rosy y él, y ahora sabía que de verdad estaba arrepentido de todo lo que paso, al igual que yo. Ambos cruzamos la línea antes con nuestras palabras pero ahora, podría ser diferente, podría ser mejor.

-Gracias Jean. Esto es muy lindo- Ahora lo miraba a la cara y aun que no había mucha luz en el cuarto a excepción de los rayos de luz nocturna que se colaban por la las persianas, podía ver su cara sonrojada.

Sin decir una palabra me abrazo. La calidez de su cuerpo me invadió y me hacía sentir bien, incluso conmigo mismo. No espere más y lo abrace también.

Tardamos algunos segundos así hasta que por fin nos separamos.

-Por cierto, te queda bien mi playera, se te ve linda- Fue lo primero que dijo después de separarnos. Aun seguía avergonzado, eso era seguro.

-Gracias y lo siento. Planeaba devolverla pero se me olvido por completo- Negó con la cabeza.

-Quédatela. Te queda mejor a ti que a mí- Dijo para después reposar su cabeza sobre mi hombro. Se estaba quedando dormido y yo moría de nervios.

Suponía que era por los efectos del alcohol pero Jean estaba muy cariñoso. Tal vez hasta debería hacerlo beber más seguido. No, no, ¡no! Debía alejar esos pensamientos y dormir también.

Intente recostar amablemente a Jean en la cama aun que termine tirándolo sin cuidado. Afortunadamente ya estaba profundamente dormido por lo que no se despertó. Le retire sus zapatos arrojándolos junto con los míos lejos.

Justo cuando me disponía a levantarme para recostarme en la otra cama, Jean me tomo de la cintura y con una fuerza sobre humana, me jalo para hacer que me recostara también, aprisionándome en un abrazo que no me dejaría salir. De nuevo, mis mejillas se encontraban ardiendo por sus actos repentinos pero aún estaba dormido así que no fue voluntario, o eso quería pensar. Estaba tan cansado y mareado como para luchar por mi libertad que termine cediendo y durmiendo con él.

Jean:

Leves rayos del sol que se colaban por la ventana, golpeaban mi rostro. Mi cabeza aun daba vueltas y tarde un poco en volver a incorporarme y entender que estaba pasando. Cuando por fin me di cuenta, el pánico me invadió y quería salir corriendo. Estaba acostado junto a Sam. Él se encontraba abrazándome y descansando sobre mi pecho.

Parte de su cabello cubría su mejilla que no se encontraba sobre mí y se veía tan lindo, espera, ¿Por qué pienso eso? Seguramente seguía mareado sin reaccionar aun bien. Me quede viendo el techo algunos minutos hasta que decidí terminar esto y escapar antes de que Sam despertara. Comencé intentando salir de su abrazo pero eso solo provoco que me abrazara con mayor fuerza.

Frustrado, deje de intentarlo y volvía a mirar el techo. Mis pensamientos me seguían agobiando y me hacían pensar una y mil cosas. Volví a mirar a Sam y le acomode su cabello detrás de su oreja y tuve un ¿Déjà vu?, sentí que esto ya había pasado. Deje de pensar eso y delicadamente quite su brazo de encima y me logre salir. Victoria, lo conseguía. Me escape y de inmediato corrí al baño para encerarme dentro.

Una ducha caliente era lo mejor en ese momento, y lo fue. Esto siempre me ayudaba a despejar mi mente y era una verdadera bendición que aun la tuviera en el apocalipsis. Ahora, con mi mente más tranquila y despejada decidid volver y enfrentar esto. Para mi suerte, aun seguía dormido y me dio tiempo suficiente para ordenar un poco la habitación y justo cuando abrí un poco las cortinas fue que despertó. Se frotaba su ojo mientras aun bostezaba de sueño.

-Buenos días- Dijo al terminar de bostezar y ahora se frotaba su nuca. Se veía de una forma tan peculiar con su largo cabello largo y desordenado.

-Hola. ¿Dormiste bien?- Respondí para sentarme ahora en la otra cama que estaba en paralelo a él.

-Si pero aún me siento cansado- Comenzó a estirar sus brazos y después sentarse como yo.

-Bueno, aun no es hora del desayuno así que puedes tomar una ducha- Sugerí mientras me levantaba y tomaba la bolsa de la basura que habíamos generado anoche.

-Gracias- Su pequeña pero radiante sonrisa fue suficiente para entender que se encontraba mejor que los días anteriores.

-Bien. Te veré abajo. Debo deshacerme de esto junto con lo que se use hoy en la cocina. No tardes- Dije para después salir de la habitación y dirigirme hacia la cafetería.

Me alegraba mucho que las cosas estuvieran bien entre ambos. Incluso después de lo que paso esta mañana pero no quería darle importancia a esto ya que hubo algo más que llamo mi atención. Al pasar por los pasillos logre ver la entrada principal y ahí múltiples soldados quitando algunos cuerpos de la entrada. Seguramente habían llegado por la noche y solo estaban limpiando pero podía contar al menos 10, eso me preocupaba.

Al llegar a la cafetería todo fue normal y pude deshacerme de la basura al juntarla con la que teníamos del desayuno aun que era raro que aún se tuvieran esas costumbres tomando en cuenta que ya no existe un servicio de recolección como antes pero creo que la almacenaban en contenedores y por las noches alguien salía a dejarla por alguna parte de la ciudad pero no sé qué es lo que en verdad se hace.

Tuve que ayudar un poco a preparar el desayuno para los residentes aun que no era mucho que hacer y por suerte, no debía salir a dejar el desayuno a quienes se encontraban en la entrada por que seguramente aun había podridos y el olor era insoportable. Al terminar, pude sentarme junto con Rosy, Adrián y Sam, que ya se encontraban esperándome para desayunar.

-Bien, la pandilla está reunida- Dijo Adrián para después comenzar a comer. Le seguimos los demás después y rodo iba bien hasta que Sam hablo.

-Quiero decirles algo sobre ayer- Me comencé a ahogar de inmediato por recordar lo de esta mañana.

-¿Estas bien?- Pregunto Sam preocupado que se encontraba justo a mi lado.

-Si... Solo mastique mal- El corazón parecía que saldría de mi pecho por lo que sea que diría Sam. Por favor que no fuera lo que nos pasó a ambos.

-Entonces, ¿Qué paso Sam?- Preguntaba ahora Rosy.

-Bueno, tal vez esté equivocado o fue por lo de ayer pero, anoche, justo antes de regresar adentro, vi una luz a lo lejos- Como un balde de agua fría, fue justo así el escalofrió que sentí en mi cuerpo justo cuando termino la oración. Me daba miedo pensar que pudiera haber personas allá afuera junto a los podridos. Tal vez estaban solos, sufriendo, corriendo, o simplemente, sobreviviendo. 

Contigo hasta la muerte...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora