Together alone

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Jean:

Me había quedado congelado. No podía gustarme Sam, era imposible, no, todo menos eso. Además sobre todo, ¡era un chico!

-¿Estas bien?- La voz de Sam me saco de mis pensamientos.

-S.. Si. Solo estaba pensando en que otra cosa te puede servir- Esto no me dejara concentrarme en mucho tiempo.

-Entiendo. Nunca antes me ha gustado alguien, ni siquiera había tenido pareja antes- Parecía apenado de lo que decía pero me imaginaba como era su vida antes de que el mundo se fuera a la mierda.

-Pues al menos creo que lo que te dije, es lo principal, aunque no soy un experto- Hice una breve pausa y el seguía meditando todo- ¿Te gusta alguien- Me atreví a preguntar.

-Aun no lo sé- Se veía muy confundido. Seguramente seguía pasando por mucho.

-Espero que lo entiendas pronto. Algo así, no es fácil para nadie- Coloque mi mano en su hombro como señal de apoyo.

-Gracias- Se sonrojo y bajo la mirada. Verlo así, me hizo sonrojarme también y no pude mirarlo.

-Sam ... Yo- Estaba a punto de preguntarle por quien era y decirle como me sentía pero alguien toco a nuestra puerta.

Tanto él como yo nos sorprendimos, ¿Quién podría ser a esta hora? Ambos nos quedamos en silencio hasta que volvieron a tocar y Sam abrió la puerta, era Adrián.

-Hola. Lamento molestar tan tarde- Lucia agotado- ¿Puedo hablar contigo?- De inmediato saco a Sam de la habitación para que hablaran en el pasillo.


Sam:

Me sorprendió mucho ver a Adrián fuera de la habitación. Además de que casi no teníamos luz, él es un poco alto, o al menos más que yo y me asusto al abrir la puerta.

-Hola- Me hablo aun que no podía ver su cara.

-Hola, ¿está todo bien?- No lo había pensado pero, ¿y si quería hablar sobre lo que paso hace rato? Cuando nos tomamos de las manos, tenía miedo.

-Sí, no te preocupes- Mis nervios estaban por los cielos.

-¿Qué pasa entonces?- Podría morir de nervios justo ahora.

-Oh eso. Olvide decirte algo hace rato- ¡No! Mala elección de palabras. Mi corazón saltaría de mi pecho en cualquier momento.

¿Q... qué es?- No podía hablar bien.

-Pues mañana debemos ir al otro hospital. Creo que ya has ido antes. Carlos dijo que había olvidado decirte y me pidió que te dijera. Salimos mañana a primera hora- Bueno, eso no era lo que quería escuchar pero aun así, fue repentino.

-Está bien- Respondí un poco bajo.

-Tranquilo, nos ira bien mañana. Yo te cuidare- Puso su mano sobre mi cabeza.

-Gracias- Volví a decir casi inaudible

-Descansa- Me despeino un poco y se fue.

El salir a la ciudad, lejos del hospital, seguía creyendo que era muy peligroso.

Al regresar Jean de inmediato noto la preocupación en mi rostro que al verme, se acercó preocupado hacia mí.

-¿Qué te dijo? No luces nada bien- Ambos nos sentamos en la cama. No podía concentrar mi vista en nada.

-Mañana debemos ir al otro hospital- En cuanto le dije, pude sentir la tensión en él, debido a que apretó con fuera la sabana de la cama.

-Es una locura. Pero estarás bien, la última vez fue así. Y ahora, Adrián ira contigo- Eso último lo dijo con un tono diferente.

-Sabes, aún tengo miedo. Si, ya elimino a algunos podridos más fácil y con más seguridad pero, aun me dan miedo- Imaginar estar solo ahí afuera, me aterraba.

-A mi también me disgusta pero, no pasara nada malo. Y si te llegaras a perder allá afuera o te pasara algo, te prometo que iría a buscarte- Pude alzar la vista y verlo a la cara.

-¿En serio?- Pregunté.

-En serio- Me abrazo después de decir esas palabras. En sus brazos, sentía que todo estaba bien, que ningún monstruo de ahí afuera podría entrar y hacernos daño, solo estábamos nosotros.

De nuevo, tuve que volver a despertar más temprano de lo usual pero Jean también lo hizo y me ayudo a preparar una pequeña mochila con provisiones. Fue entonces cuando recordé el diario. Iría al mismo lugar de donde vino.

-¿Listo?- Me pregunto antes de salir de la habitación.

-Sí, estoy listo- Salí con miedo pero confiaba, en que todo saldría bien.

Al llegar a la entrada principal ya estaban todos. Incluso Rosy estaba ahí para vernos partir.

-Muy bien, ya están todos- Comenzó a hablar Carlos- Iremos al otro hospital por provisiones. Es al menos medio día de viaje completo. Esto debido a que algunas calles de la ciudad están bloqueadas o son muy peligrosas. Usaremos la ruta segura que trazamos- Su voz era imponente. Demostraba su autoridad y me ayudaba a sentirme más seguro.

-Todos llevaran un arma de fuego y un cuchillo- Dijo Martínez, otro de los hombres de Carlos que hasta donde tenía entendido, era parte de su equipo incluso antes del Ultimo día. Él nos entregó las armas.

-Si algo pasa en esta misión, nos mantendremos juntos. Todo afuera es hostil y puede matarlos sin dudar. Hagamos esto de una vez señoritas- Golpeo el vehículo y todos subimos. Junto conmigo y Adrián, éramos 5 en total.

No lo recordaba pero si, era un largo camino aun en auto. La ciudad era muy grande y ahora, que debíamos evitar ciertas calles o lugares, volvía todo más peligroso.

-¿En qué piensas?- Me hablo Adrián.

-Nada realmente. Solo admiraba la ciudad- Seguía manteniendo mi vista en la ventana del auto.

-Es asombroso, ¿no es así? Incluso antes de que estuviera abandonada, era genial. Este lugar tenía mucho que ofrecer- Sus palabras sonaban nostálgicas.

-Me hubiera gustado visitarla antes- Recordé que antes de todo esto, era un gran antisocial.

-Te hubiera encantado- Parecía disfrutar mucho el viaje.

Pasamos algunos minutos en silencio hasta que volvió a hablar.

-Mira, hacia algunas cuadras por allá, había una librería hermosa. Vendían café, podías escuchar música, jugar videojuegos, incluso hasta tenia karaoke- De nuevo, emoción en sus palabras.

-Suena genial. Seguro ibas ahí con frecuencia- Mi imagen sobre Adrián antes de esto era que seguramente era popular y siempre salía con amigos.

-Sí, solía ir ahí con alguien- La melancolía en sus palabras volvió, pero ¿Por qué?

-Hey Adrián- Interrumpió Carlos nuestra conversación- ¿Conoces algún bar cerca? Podríamos pasar después de cumplir la misión- Comenzaban a hacer bromas para hacer más relajado el ambiente.

-Claro, hay uno cerca a unas calles. Y sirven unos nachos exquisitos- Respondió Adrián la broma.

El resto del viaje continuamos bromeando. Yo también era incluido y participaba. De verdad sentía el cambio.

Tiempo después, por fin llegamos al hospital. Era bueno saber que aún seguía en pie.

Contigo hasta la muerte...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora