Contigo hasta la muerte...

Estoy en casa

Jean:

No quería separarme de Sam, sentía que en cualquier momento iba a comenzar a llorar de alegría. Creía que nunca lo volvería a ver.

-Jhon quiere verlos, a ambos- Dijo un soldado que había salido del hospital.

-Pero, apenas han llegado, ¿no puede esperar? Deben estar muy cansados- Comencé a alegar.

-Tranquilos. Yo hablare con Jhon para que puedan verlo hasta mañana y hoy puedan descansar- Se ofreció Rosy para regresar con el soldado.

-Muchas gracias- Le dijo Adrián para abrazarla después.

-Descansen. Sabia que volverían- Dijo Rosy para después irse.

-Deben estar hambrientos. Iré a la cafetería y les preparare algo- Mencione mientras tomaba a Sam de su brazo y lo guiaba para entrar.

-Gracias- Respondió apenado mientras me seguía.

Seguimos caminando hasta que Sam decidió que iría primero a la habitación para tomar un baño mientras yo preparaba la comida.

Trate de darme prisa y hacerlo lo más rápido posible. Había hecho los sándwiches preferidos de Sam, pero antes de ir con él, pase a la habitación de Adrián.

-Hola- Salude después de que me abriera la puerta.

-Hola- Respondió mi saludo para después invitarme a pasar.

-Gracias por cuidar de Sam- Le dije mientras le daba uno de los sándwiches y un poco de café.

-Cumplo mi promesa, y tampoco dejaría que nada de le pasara. Daria mi vida por él y lo sabes- Lo último había sonado más serio que el resto.

-Lo se. Me alegro mucho de que ambos estén bien- Dije por último para salir y por fin, ver a Sam.

Mi corazon estaba muy acelerado por una extraña razón. Aunque solo había pasado 1 día, sentía que desde hace mucho que no lo veía.

-Hey hola- Me saludo en cuanto entre a la habitación. Había salido de la ducha y estaba usando la playera que le di. Eso me hizo sentir "raro".

-Prepare tus favoritos- Dije para después sentarme junto a él sobre la cama.

-Te lo agradezco. No podía morir sin haber comido por ultima vez uno de estos- Comenzó a comer y yo solo lo admiraba en silencio. Tenia un extraño sentimiento de felicidad y alivio al tenerlo junto a mí.

Pasaron algunos minutos en silencio mientras Sam comia hasta que me atreví a preguntar.

- ¿Qué paso allá afuera? – Se quedo algunos segundos en silencio mirando la taza con café que ahora tenía en sus manos.

-Tuvimos un problema. Nos rodearon los podridos y cuando quise notarlo, Adrián me había salvado y estábamos corriendo. Paso todo muy rápido- Note que había comenzado a temblar, definitivamente había sido aterrador. No dije nada y lo abracé, el correspondió el abrazo y soltó algunas lágrimas, yo lo seguí abrazando en silencio.

-Entonces, ¿viste algún "Bob" allá afuera? - Rio en cuanto le pregunte eso. Era una vieja broma que teníamos cuando estábamos fuera. Nombrábamos "Bob" a algún podrido que le faltara alguna prenda; como un zapato, playera o incluso los pantalones.

-De hecho, solo vi a uno. Era un hombre adulto que solo estaba en calzoncillos- Ambos comenzamos a reír. No podía imaginar eso.

-Debió infectarse mientras estaba en el baño- Dije entre risas.

-Eso mismo pensé. Y lo peor, es que eran unos bóxeres de corazones- Eso me hizo reír aún más.

-Que mala suerte de ese sujeto- respondí feliz. Me alegraba haber cambiado el ambiente.