Se complicaron las cosas (Parte 2)

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Sam:

No creí que el responsable de ese hospital fuera tan joven, un hombre alto de cabello negro con ojos del mismo color y con lentes con un buen porte, en definitiva no era nada parecido a Jhon. Me sorprendió demasiado eso.

-¿Así que Patrick lo envió eh?- Hablo aquel joven que era el líder del hospital.

-Sí, necesitamos suministros, por eso hemos venido- Respondió Carlos con un tono bastante retador y desafiante.

-Oh, espero hayan traído algo con que negociar, porque es obvio que en este tipo de situación, el regalar cosas no es una opción-

-Claro que sí, hemos traído algunas semillas para cultivos, balas y ropa- Dijo Carlos mientras bajaba las maletas del auto.

-Perfecto. ¡Elías!- Grito para así llamar a un chico de algunos año más joven que el que se encontraba en la puerta del hospital y este de inmediato corrió- ¿Podrías ayudarme con la administración de los suministros?-

-Si- Dijo un poco tímido el chico. No parecía tener más de 23 años, además de que era bastante delgado y más bajo que el otro.

-Él les ayudara con la negociación- Lo señalo y después volteo a verme- Tú-

En ese momento me intimido mucho por como lo dijo y por qué se acercó un poco a mí.

-Eres muy joven como para ser un soldado como ellos, ¿Cuál es tu nombre?-

¿Qué? ¿Mi nombre? ¿Para qué querría saberlo?- Me llamo Samuel Kim-

-Oh vaya, que grata sorpresa. ¡Hey! Comandante- Ahora le hablaba a Carlos que estaba revisando los suministros con Elías

-¿Qué pasa?- Este levanto la mirada para responder.

-¿Puedo instruir yo mismo a Samuel?-

-Adelante, no veo inconveniente alguno- Respondió sin siquiera mirarme.

-Se lo agradezco. Vamos Samuel, acompáñame a mi oficina, hay algo que te debo mostrar-

Al entrar al hospital note que era igual al otro, excepto por unos cuantos detalles. Nos dirigimos a su oficina y el saco de una gaveta una botella de wiski y se sirvió un poco en un vaso con hielo.

-Siéntate, ¿Quiere un trago?-

-No gracias, no tomo. Disculpe ¿Para qué me trajo aquí?-

-Para charlar, para que más- Dijo mientras tomaba un sorbo de su vaso y se sentaba en un sillón que se encontraba a un lado del escritorio- Tu familia, ¿Dónde está?-

-Muerta. Mis padres murieron en un accidente automovilístico al comenzar esto y mi hermana no a veo desde hace años-

-Interesante. ¿Entonces has estado solo desde que esto comenzó?

-Algo así- Me incomodaba que me preguntara cosas personales, pensé que hablaríamos de los hospitales o algo así.

-Está bien, supongo que eres fuerte entonces, pocos somos los que hemos llegado hasta aquí- Dio otro sorbo a su vaso- ¿Vivías en esta ciudad o como llegaste al hospital de Jhon?-

-No. Yo vivía en la ciudad vecina, pero al ver un helicóptero que aterrizo en alguna parte de la ciudad, supusimos había sobrevivientes y no nos equivocamos-

-El helicóptero del hospital del este-

-¿Perdón?- No imagine el tuviera conocimiento de ese helicóptero.

-Sí, el helicóptero es del hospital del este. Sabes, esta ciudad tiene más secretos de los que te imaginas- Este se levantó y dejo el vaso en el escritorio y después se dirigió a los estantes que estaban a las orillas de la oficina mientras seguía hablando- Supongo sabes que existen 4 hospitales ubicados en los puntos cardinales dentro de la ciudad-

-Si- Este seguía buscando un libro en los estantes.

-Bien. Sur: Tiene una gran antena de radio que permite una gran comunicación que se extiende por cientos de kilómetros. Este: Tiene un helicóptero y grandes almacenes de combustible. Norte: Este es el mejor de todos, está equipado con más y mejores filtros para agua, paneles solares, suministros, medicamentos, armas y vehículos. Y Oeste: Tu hospital tiene una de las más grande bóvedas de muestras médicas, demasiados virus para mi gusto- Encontró el libro que buscaba y lo puso sobre el escritorio volviendo a tomar su vaso- Todos los hospitales estaban preparados para desastres, epidemias o algún caos como el que vivimos, pueden sobrevivir solos por meses tal vez hasta años-

-Entonces ¿Por qué no salvaron la ciudad? Con todos los recursos a su alcance podrían hacerlo, ¿No es así?-

-Lo intentamos, al principio la misión era salvar a todos lo que fuera posible pero por eso, el hospital del norte callo-

-¿Qué?- Aun sin saber mucho de los otros hospitales me parecía increíble eso.

-Si. Recibió demasiadas personas, sanas e infectadas, no pudieron hacer un control apropiado. Después de eso los otros hospitales decidimos cerrar las puertas y matar a los que intentaran entrar sin excepción alguna, puedes preguntarle a los soldados con los que llegaste, apuesto que mató a más de un inocente- Lo último lo dijo de forma sarcástica y con una sonrisa que me dio escalofríos.

-Tuvieron sus razones...- Dije eso en un tono un poco bajo.

-Si tienes razón pero aún hay personas muy malas allá fuera-

-Los carroñeros- En ese momento ambos nos miramos y el después sonrió.

-¿Los conoces?-

-No exactamente, solo escuche de ellos-

-Que desgracia, espero que nunca los conozcas en la manera que yo lo hice. Como sea, tu apellido es Kim, ¿no?-

-Si-

-Y tus padres eran científicos que trabajaban en un importante fármaco, ¿Me equivoco?-

-¿Cómo es que...?- Esto se volvía cada vez más extraño.

-¿Cómo lo sé? No te lo diré, no por ahora pero no te preocupes, no te debo dar miedo por saber esto, yo soy tu amigo, puedes confiar en mí y por ello, te doy un consejo, no confíes en Jhon, él te terminara matando y eso te lo aseguro-

-No entiendo- Me confundía cada vez más.

-No tienes que hacerlo- Se acercó un poco a mí y sostuvo mi hombro mientras le daba un sorbo a su vaso- Todo lo que te dijeron es mentira-

Me soltó y camino hacia la puerta pero se detuvo antes de abrirla.

-El libro sobre el escritorio, es un regalo, léelo cuando puedas pero no se lo muestres a nadie o te volverás uno más de los mordedores- Abrió la puerta y antes de salir y comenzar a caminar me dijo algo -No confíes en nadie-

Tome aquel libro de forro completamente negro y lo guarde debajo de mi chaleco y después para alcanzar al líder del hospital.

Llegamos a la entrada y el vehículo en que había llegado ahora tenía más cajas que antes, parecía que todo había salido bien.

-Parece que los negocios fueron un éxito-

Carlos al notar que salimos camino acercándose a nosotros.

-Gracias por los suministros, fue un éxito esto- Extendió su mano para estrecharla con el director.

-Claro, espero volverlos a ver pronto- Ambos estrecharon sus manos.

-Sí, digo lo mismo. Vámonos Sam-

-Si ya voy- Voltee a ver al líder y este volvió a extender su mano hacia mí. Hice lo mismo y ambo estrechamos nuestras manos pero en ese momento él se acercó a mi oído y me susurro algo.

-Mi nombre es Jeffrey Anderson- Después se separó de mí y volvió a hacer esa extraña sonrisa.

Sin saber que decir me aleje y subí al vehículo para ya irnos del hospital.

Comenzamos a recorrer las calles pero yo no podía dejar de pensar en todo lo que había dicho Jeffrey.

-Hey Sam, ¿De qué hablaste con Patrick?- Carlos finalmente hablo.

"No confíes en nadie"

-Me conto que han matado inocentes, también ustedes-

No me di cuenta de lo que dije hasta terminar la oración.

Mierda.

Contigo hasta la muerte...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora