Malas noticias

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Adrián:

No podía dormir. No confiaba en este sujeto. Podría robarnos lo poco que tenemos o incluso matarnos.

-Iré afuera- Dijo para comenzar a caminar y sacándome de mis pensamientos.

No podía permitir que le pasara nada a Sam, si él también se fuera.... No lo soportaría.

Continúe perdido en mis pensamientos unos minutos más hasta que decidí seguirlo. Se encontraba cerca de la puerta con un cigarrillo en sus manos y observando la lluvia.

-Está asegurada. Ningún muerto podrá entrar- Menciono sin si quiera mirarme.

-¿Muerto?, ¿Así los llamas?- Me reí un poco y me acerque.

-Muerto, infectado, resucitado, monstruos, etc. ¿Qué más da? Les pateo el culo por igual- Tenia un gran humor este chico.

-Nosotros les decimos podridos- Bromee también.

-Podridos... Me gusta ¿quieres uno?- Me ofreció de sus cigarrillos.

-Claro- Lo tome sin pensarlo. Ayudaría a calmar mis nervios.

-Sé que no confían en mí, y yo tampoco confió en ustedes, pero así es esta mierda, ¿no es así?- Dijo mientras expulsaba humo de su boca por igual.

-Lo sé. Vives o mueres, así de fácil- Tal vez, antes de que los muertos comenzaran a levantarse, ya era así todo.

-Qué bueno que lo pillas- Continuo fumando.

-Hay otros grupos aquí afuera, ¿no?- Si el pertenecía a alguno peligroso, quería saberlo.

-Si. Algunos son unos verdaderos hijos de perra. Y otros, solo sobreviven. ¿A cuál pertenecen?- Era listo, podría apostar que no le costaría mucho deducir que veníamos del hospital.

-Sobrevivimos. Hacemos lo posible- Respondí lo más honesto que podía.

-Es obvio que están con un grupo, pero me da igual. Mientras no me molesten, yo no hare nada- Espero que cumpla su palabra.

-¿y tú? Déjame adivinar, no estás solo. ¿Hay alguien más contigo?- No respondió, continuo fumando.

-Todos tenemos secretos- No dijo más.

-Tienes razón- Continúe fumando también.

Jean:

Tenía un mal presentimiento. En cuanto vi que Sam se iba en el auto con los otros, quería correr detrás y hacer que se quedara.

Tuve que continuar mis tareas de forma normal y esperar lo mejor. Cuando por fin fue la hora de la comida, Rosy me hizo compañía y me trato de consolar.

-No sé por qué haces tanto drama. Ya han salido antes. Y no te preocupes, esta con....- No la deje terminar la frase.

-Si con Adrián, ya lo sé- Eso parecía que me irritaba un poco, pero no sabía por qué.

-Relájate gruñón, todo va a estar bien- Me golpeo el hombro como señal de apoyo.

-Vamos, seguro no tardaran en llegar- Me tomo de la mano para llevarme a la entrada principal.

Estuvimos toda la tarde esperando por ellos. Pero el anochecer se acercaba y el cielo gris no era una buena señal. Si antes mis nervios eran altos, ahora están por los aires.

-Seguro que se retrasaron saqueando una bonita tienda de ropa- Rosy aun trataba de sonar positiva.

-Claro que no. Algo debió salir mal. Ya ha pasado mucho tiempo- Era raro que fuera pesimista pero de verdad estaba preocupado.

Contigo hasta la muerte...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora