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Las clases de literatura eran fascinantes.

El profesor Choi hacía que todo fuera un viaje de ida... La forma en que comentaba cada cosa y cómo hacía que un libro pareciera un maldito mapa para encontrar la felicidad.

Por eso es mi profesor favorito. 

Estaba prestando atención a lo que explicaba el profesor, pero no podía hacer oídos sordos a las murmuraciones de mis compañeros. 

«¿En serio lo etiquetó?»

«Todos sabemos que siempre estuvo enamorado de él». 

«Si yo fuese su novio simplemente iría a todos lados con él; qué envidia le tengo». 

Me volteé y fruncí el ceño molesto cuando sus voces comenzaron a aumentar en volumen. 

¡No me estaban dejando de escuchar!

—Oigan —llamó la atención el profesor—. ¿Qué está ocurriendo? Guarden esos celulares antes de que se los confisque. 

Todos mis compañeros callaron. Sabían que lo mejor era no hacer enojar al profesor Choi.

Luego de que el timbre sonara, todos comenzaron a guardar sus cosas. Comencé a hacer lo mismo, pero con una mueca en la cara... La clase estaba sumamente interesante y por culpa de un par de idiotas no pude seguir escuchándola.

Cuando quise salir del salón, el profesor me retuvo.

—Park, ¿puedes venir un minuto? —Inmediatamente asentí y volví sobre mis pasos para quedar frente a él.

—¿Pasó algo? —pregunté.

El profesor Choi no era un hombre adulto, apenas estaba pisando sus veinticuatro años. Era atractivo e inteligente, y eso hacía que fuera llamativo ante los ojos de cualquiera.

No se confundan, nunca lo ví como algo más que un profesor, pero eso no quita que lo considere mi favorito, de la misma manera que no quita que yo sea su alumno favorito. 

—Leí tu ensayo. Déjame decirte que si hay días en donde me siento orgulloso de ser profesor es cuando leo tus trabajos.

Un calor se situó en mis mejillas y reí avergonzado.

—Muchas gracias por eso.

 —La manera en que planteaste todo fue perfecta. Tu pensamiento objetivo sobre las clases sociales, la injusticia que estas albergan... Sobretodo tu crítica a la sociedad. —Llevó una mano a su pecho—. Tu mente es fascinante, Jimin. Ansío leer el próximo. 

Sonreí e hice una pequeña reverencia en muestra de agradecimiento.

—¿Tienes pensado el tema de tu próximo ensayo?

—Honestamente no, pero estoy seguro de que se me a ocurrir algo pronto.

—Siempre me sorprende que, entre todos los alumnos, tú seas el único que escoge temas sociales importantes. Nadie me entrega trabajos de la violencia de género, de los problemas sociales, del trabajo infantil... Creo sinceramente que son temas que los jóvenes no se detienen a pensar —me señaló—, pero ahora quiero leer algo diferente de tu parte, ¿sí? Cuéntame, Jimin. ¿Alguna vez te has enamorado?

... ¿Eh?

Confundido negué ante su pregunta.

—¿Y eso por qué? —preguntó, curioso.

—Nunca me llamó la atención —confesé—. Nunca vi al amor como algo necesario en nuestras vidas, incluso considero que está bastante subestimado.

💔 TLG: El amor no es un juego. [ km; au ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora