💔 TLG: El amor no es un juego. [ km; au ]

Extra: s e i s

Me encontraba apoyado en el vehículo esperando a Jimin. Él día de hoy vendría uno de sus amigos de visita y aunque a él le causaba nerviosismo presentarnos, a mí solo me causaba un poco de gracia. No sería la primera vez que viese a Dante en persona y aunque yo no le había dicho nada a Jimin, con el chico simplemente íbamos a hacer como si nada hubiese pasado. Después de todo habíamos acordado que fuese así en su momento.

Jimin sentía nervios de presentármelo, principalmente porque tuvieron un "algo" que ni ellos podían explicar. Cosa que no me molestaba, después de todo en su momento no estábamos juntos y lo más importante es que si desearon seguir siendo amigos es porque tuvieron un cariño especial, y yo por supuesto lo iba a respetar.

Pasaron aproximadamente quince minutos hasta que mi pareja salió del aeropuerto acompañado de un rubio de un metro ochenta y con un estilo un tanto extraño. Jimin parecía nervioso y bastante inquieto, pero una vez llegó se colocó a mi lado y sonrió ampliamente.

—Amor— me llamó sonriendo, yo sonreí de la misma manera y miré al chico— él es Dante— lo señaló y yo inmediatamente extendí mi mano para tomar la del chico.

—Un gusto Dante, soy Jungkook— me presenté y el abrió su boca haciéndose el sorprendido.

—Un gusto igualmente socio mio— contestó sonriendo y sin dudar se acercó para darme un abrazo que me hizo exaltar un poco— Finalmente! È incredibile che questo giorno sia arrivato, sei bello come quando ti ho incontrato— soltó casi a los gritos.

Miré a Jimin y este se mordió el labio pidiéndome disculpas, segundos más tarde el chico me dio un beso en cada mejilla haciéndome sentir extraño y un tanto confundido.

—Ya, ya...— susurró mi pareja alejándolo de mi— Gguks no está acostumbrado al contacto físico— explicó con una sonrisa— así que no invadas su espacio personal.

—Oh, lo siento tanto. En mi país estamos acostumbrado a las muestras de afecto— explicó con un acento extraño que no recordaba que tenía— intentaré ser menos expresivo con el contacto físico.

Yo esbocé una sonrisa y sin dudar seguí a Jimin quien comenzó a subir el equipaje del chico a nuestro vehículo.

Dante era extraño, comenzando por el hecho que hablaba mezclando idiomas. Por un segundo sentí que estaba escuchando cuatro lenguas completamente distintas y eso me hizo poner un tanto nervioso. Para mi suerte, con una simple mirada, Jimin me dio a entender que aquello era sumamente normal y que incluso ni siquiera él le entendía en muchas cosas.

El chico también era muy efusivo con todo lo que hacía. Contaba anécdotas actuándolas, e incluso cambiaba sus tonos de voz por cada vez que cambiaba el personaje, cosa que me entretenía demasiado. Era dulce y también bastante demostrativo, siempre que quería referirse a Jimin o contarme algo de él, lo buscaba para abrazarlo. No me molestaba, yo era totalmente consciente que entre ellos no había nada y que por un abrazo no me debía alterar ni preocupar.

—Cumplieron su promesa— señaló sonriendo mientras yo observaba como Jimin lavaba los platos con tranquilidad en la cocina.

—Supongo que la más importante la cumplimos— contesté con una sonrisa— costó hacerlo, pero ahora estamos más bien que nunca.

—Puedo notarlo— susurró dándole una bebida a su vaso— sobre todo en su sonrisa, creo que hoy día vi una verdadera y completamente genuina— comentó sin apartar la vista de mi novio— esa noche que nos conocimos, enserio tuve miedo de lo mal que podría haber salido todo— confesó con una mueca— recuerdo que ni bien te fuiste, él se movió en la cama y yo solo me recosté a su lado. Tú en ese momento tenías el pelo rubio, y yo también lo soy, así que esperaba que el despertara y pensara que solo se había confundido. Cuando lo hizo, se largó a llorar asustado, pensando que había pasado algo más que un abrazo y después simplemente se rompió al pensar que era un sueño— contó en voz baja— no comió en todo el día, solo intentó volver a dormir para soñar nuevamente contigo y ahí me di cuenta que tenías razón. Él no estaba bien.

—Lo sé y lamento mucho haberte puesto en esa situación— me disculpé con tristeza pero el negó de inmediato.

—En realidad te agradezco, nunca pude entender que pasaba con Jimin y lamentablemente hasta que yo no entendiese eso no iba a poder ayudarlo— se encogió de hombros— costó demasiado el que te superara, incluso en momentos te odié tanto porque envidiaba el amor tan puro y honesto que tenía Jimin para ti. Solo pensaba— suspiró e hizo una pausa— mierda, ojalá alguien me amara de esa manera. — rio— Yo pensaba que tu no lo amabas de la misma manera, hasta que noté lo que hiciste— sonrió— le rompiste el corazón solo para que el pudiese continuar sin ti y fue un acto tan idiota, pero tan inteligente que me hizo admirarte porque carajo, todo te podría haber salido tan mal.

Yo solté una risa y asentí.

—Él podría haberte odiado por el resto de su vida, pero aun así tuviste los huevos para hacer lo que muchos nos atreveríamos.

Yo negué y solté un suspiro.

—No fue un acto valiente, ni mucho menos inteligente— susurré con pena— fue tan incorrecto hacer eso que hasta el día de hoy me arrepiento, Jimin lo sabe y aunque él me dijo que fue lo mejor que pude hacer siento que podría haber manejado las cosas de mejor manera— hice una pausa— romperle el corazón a una persona nunca es una opción, y aunque salió bien también podría haber salido muy mal.

Dante asintió e hizo una mueca.

—Aun así quiero que sepas que tienes todo mi respeto, y sobre todo mi apoyo también. Nadie en este mundo va a cuidar y amar tanto a Jimin como tú— susurró bajito— pero aun asi me veo en la obligación de decirte que si le rompes el corazón de nuevo yo mi vendicherò e sarà nel modo più freddo, più duro e più crudele. Ti taglierò i testicoli e te li darò da mangiare. Non mi dispiacerà andare in prigione. — fruncí el ceño al no entender lo último que dijo, pero el solo esbozó una sonrisa.

—Imagino que algo lindo no dijiste ¿verdad?— cuestioné luego de tragar saliva. El simplemente se encogió de hombros y rio.

—He dicho cosas peores, pero me alegra que al menos entendieses que algo lindo no te pasará— me guiñó el ojo.

En respuesta solo murmuré un okay, y tan solo segundos después —gracias a Dios— Jimin llegó con nosotros para ponerle fin a esa conversación que había comenzado de la mejor manera pero terminó con una clara amenaza.

No sé qué me habrá dicho, pero estoy seguro que mejor no debería averiguarlo y mucho menos subestimar a un italiano que claramente tiene cara de mafioso.

Por suerte le caigo bien, imagínense si le cayese mal.