X. Respuesta

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Habían pasado exactamente dos meses desde el encuentro con Derek dentro de mi casa, siendo sincero no me he atrevido a mandarle mensaje a pesar de ya tener mi decisión. Había llegado a pensar que se irá cuando no le diera una respuesta en días o máximo semanas, pero me equivoqué, él seguía en el pueblo y lo sabía por mi padre y los pocos encuentros que tuve con él en las calles o cuando iba a la compra de la despensa para la casa. Nunca se acercó, pero si me veía con algo parecido a la esperanza, me llegaba a doler esa mirada porque sabía que no le daría el "Si" de volver a hablar o juntarnos. Theo se había estado quedando en casa a cuidar de los niños y de mí, me molesto al inicio porque soy un adulto y podía cuidar de mis hijos y de mi por mi cuenta, pero el que él este aquí tiene a los niños distraídos de Derek.

-Entonces te veo en unas horas Stiles- bajo por los escalones con una chaqueta café de piel.

-Claro, tú sal y diviértete que has estado aquí sin salir- respondí cambiando de canal.

-Eso no me molesta ya que tú haces las comidas y nos llenas de chocolate caliente siempre en las noches- le mire con una ceja alzada. Ya sabía por qué seguía aquí- Pero antes de irme...¿Quieres que yo pase por los renacuajos?

Bufé al escuchar sus tontos apodos- Te dije que dejaras de llamar así a mis hijos Raekin.

-Esto es entre ellos y yo, tú no tienes palabra en eso- sacó la lengua infantilmente. En serio, este chico parecía más niño que mis propios hijos- ¿Entonces?

-No tienes que preocuparte, ya iré por ellos yo- sacudí mi mano en señal de que se largara.

-Uy, ya vi que molesto aquí. Bye- y salió de casa corriendo.

Maldito cable, no había nada bueno que ver. Debería pensar si en seguir pagando o no, después de todo casi siempre vemos películas en vez de programas de televisión. Esta decidido, cancelaré el servicio. Apagando la tele me acosté por completo en el sillón con los pies cruzados.

Mala idea quedarme sin ruido.

Mi mente empezó a trabajar en muchas preguntas y respuestas diferentes.

¿Pero de verdad estaba considerando dejar entrar de nuevo a mi vida y a la de mis hijos a Derek Hale?

Debía estar completamente loco.

Él había abusado de mi sexualmente, además de encerrarme contra mi voluntad en su vivienda. Todo había sido una horrible pesadilla, obviamente Leo y Joel no entraban ahí porque ellos eran todo para mí. Absurdamente estaba pensando de más las cosas. Me puse de pie caminado escaleras arriba a tomar un baño y cambiarme de ropa, una vez listo salí de casa subiendo a mi auto para conducir a la escuela de mis pequeños. Cinco minutos para la una estacione en la entrada justo cuando las puertas se abrieron y los niños empezaron a salir con sus maestros para checar que estuvieran en manos de sus padres o tutores. Espere díez segundos cuando una maestra venía en mi dirección tomando las manos de los dos. Tanto Joel como Leo al verme se soltaron de ella para correr a mis brazos.

-¡Papi!- gritaron brincando a mis brazos. Justo los atrape a los dos, eran muy atravancados estos niños.

-Hola mis pequeños- bese sus frentes, ellos cerraron los ojos abrazándome.

Al escuchar un carraspeo levanté la mirada viendo que seguía la maestra parada en frente.

-¿Si, que pasa?- pregunté bajando lentamente a los dos.

-Queria comentarle que dentro de dos semanas se harán los exámenes- mi ceño se frunció.

-¿No es muy pronto para eso? Apenas tienen cuatro años y medio.

-A cambiado el procedimiento, el primer examen se les hace a esta edad y el segundo cuándo tengan catorce.

No me gustaba nada eso, Leo y Joel aún eran pequeños para eso.

-Olvidelo, sigo pensando que es pronto. Así que yo iré al hospital a checar eso con ellos- tome las mochilas de mis hijos. No me verían la cara de idiota. Algo no estaba bien y lo sabía.

-Pero señor...

-Ya lo decidí- les empuje al auto para que subieran- Pónganse los cinturones.

Asintiendo cerré la puerta abriendo la mía para entrar y arrancar el auto directo al super mercado. Theo se había acabado las galletas favoritas de mis hijos junto a sus jugos para la guardería. Era un glotón, nunca dejaba de comer y me sorprendía que no ganará peso. Una vez frente al super puse el freno de mano y apague el auto.

-Bien, nuestra misión es conseguir jugos y galletas...¿Entendido?

-¡Entendido señor!- sonreí.

-Entonces andando.

Los tres bajamos del auto, les ayude a cerrar bien la puerta. Caminamos dentro del super, tome un carrito empujándolo mientras ellos caminaban por delante en busca de sus galletas favoritas y sus jugos. Al encontrarlos se apoyaron del carrito para tomar los sabores que más les gustaban junto a tres paquetes de galletas, galletas que pondría en otro lugar para que el zorro no se las llevara.

-¿Podemos llevar un bote de helado papi?- preguntó Leo haciendo ojitos de cachorrito.

Claramente no me iba a resistir a eso y menos si su hermano se le unía a la batalla.

-Solo uno- y patitas para que las quieren. Salieron como flash por su helado, tuve que correr al pasillo dónde se encontraban los refrigerios. Al llegar al lugar mis ojos no se podían abrir mucho más al ver a Derek Hale parado ahí a un lado de dónde Leo y Joel estaban tratando de tomar su helado de lunetas. Me apresure a caminar a ellos en el momento en que él se giraba.

-Stiles- me llamo con una...¿Pequeña sonrisa? Woo eso era nuevo.

-Derek- devolví el llamado mientras tomaba el bote de helado que ellos querían poniéndolo dentro del carrito.

-Papi mira ahí está el sabor que a ti te gusta- dijo Joel jalando de mi playera.

-Lo llevaremos en otro momento cariño, ahora debemos volver a casa que su abuelo irá- respondí tratando de esconder mi nerviosismo. Estaban cerca de él y podría saber que eran de él, si solo observa bien a Joel- Vámonos.

-Stiles ¿Podemos reunirnos un día de estos?- tan pronto dio dos pasos cargue a mis hijos poniéndolos dentro del carrito.

-Si-si- me apresure a responder. El miedo me había entrado que mi respuesta salió tan rápido que no lo pensé.

-Entonces estaré fuera de tu casa mañana a las cinco para ir a tomar un café- tan pronto dijo eso se alejó.

Mierda, estaba por rechazarlo cuando se le ocurre irse.

Joel y Leo levantaron las cabezas mirándome.

-¿Saldremos con ese hombre Papi?- preguntaron.

-No, ustedes se quedaron con su tío- Dios, debía buscar una manera de no encontrarme con él.

Publicada: 4 de noviembre del 2021.

El Papá De Mis Hijos (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora