Luego de una eternidad aquí estoy nuevamente ^~^
Disfruten♥Había pensado en que debía decirles a mi madre y mi tío que vinieran un día de la próxima semana para comer con el Sheriff, pero no sabía que día estaba perfecto para él. Quería tanto tener una buena relación con el padre de Stiles que quería que todo fuera perfecto, no quería cometer ningún error o capas y me lo quitaba de mi lado. Aunque no creía que fuera capas de eso porque había dicho que él no se metería en las decisiones que tomara Stiles.
Las voces gritando de la película y una mano frente a mi cara me hizo regresar a la realidad. Parpade un par de veces hasta girar a mi derecha encontrando el rostro de Stiles.
-¿Estás bien?- preguntó preocupado.
-Si- mentí.
-No lo pareces- levantó una de sus cejas sin creerme.
-Es solo que estaba pensando sobre la cena con tu padre- confesé bajando la mirada al suelo dónde me encontré con Joel y Leo profundamente dormidos en una cobija abrazados con una que otra palomita a sus lados.
-Derek, ya pasaron dos semanas desde que vino, no a dicho nada y no tienes que preocuparte por eso- dijo tranquilamente pasando sus dedos por mi cabellera. Tenía mucha razón, pero no podía evitar pensar en eso, era normal intentar arreglar las cosas y hacer que tu suegro te acepte y más si cometí semejante tontería en el pasado.
Abrí los ojos cuando encontré a Stiles sobre mi regazo, no me había dado cuenta hasta hora que se había subido sobre mí.
-¿Qué haces?- sonreí al sentir como se acercaba a dejar pequeños besos en mi cuello.
-Nada- su aliento caliente me erizó la piel.
Me mantuve callado posando mis manos en sus caderas, sus besos aún seguían y se sentía tan bien. Hundí mi rostro en el hueco de su cuello. Olía tan maldita mente bien. Acaricié con la punta de mi nariz bajo su oreja sintiendo como se estremecía. Deje un suave beso bajo el mismo hasta su clavícula, pero tan pronto me di cuenta de algo me aleje lo suficiente para no seguir oliendo.
-Joder Stiles, estás apuntado de tener tu celo- proteste. Sus ojos estaban dilatados mirándome directamente.
Pasé saliva, debía ser fuerte si no quería cometer otro error.
Con mis manos en sus caderas lo senté a mi lado lo suficiente alejado de mí.
-Derek- nombró cruzando sus piernas.
-No...no quiero lastimarte otra vez- murmuré poniéndome de pie para tomar una sábana y tapar a lo niños que seguían dormidos en el suelo.
-No me lastimaras- aseguro algo de lo que yo no estaba de acuerdo- No serías el único que lo quiere- gire en redondo a él.
-¿Tú lo quieres?- pregunté intentando confirmar lo que escuche.
Mordiendo su labio inferior asintió lentamente.
-Puedo llamar a Theo para que venga por los niños- propuso tomando su celular sin dejar de mirarme. Sus ojos estaban normales y parecía que se estaba manteniendo en absoluto control.
-Pero ¿De verdad estás seguro? Puedo perder el control y te puedo morder y...- Deje las palabras a medias cuando me jalo a él.
-Estoy seguro Derek. Tú antes querías marcarme y ahora que yo lo deseó también tú ya no quieres.
-No es que no quiera, lo quiero tanto Stiles. Deseo tanto marcarte y permanecer a tu lado el resto de mi vida- deje un beso pequeño en sus labios rosados- Lo quiero tanto- acaricié su mejilla con mis nudillos.
-¿Entonces?- movió su celular casi pegado en mi rostro.
-Llámalo- y solo se tomó unos cuantos minutos en la cuáles parecía que le explicaba a su amigo todo y este le decía unas cuantas cosas que sonaban a regaños y reclamos.
-Está en camino- colgó jugando con sus dedos.
Asentí acercándome a tomar sus manos- Te prometo que nunca te volveré a lastimar Stiles, siempre te amare.
-Te creo- aseguró tomando mi rostro entre sus manos para acercarme a él y comenzar un beso lento que solo fue roto cuando la puerta fue tocada- ¿Puedes hacerte cargo? No quiero que Theo me vea en este estado.
-Lo haré- besando otra vez mis labios fue con los niños a besar sus cabezas y subió corriendo las escaleras a nuestra habitación.
Sonriendo caminé hasta la puerta para abrir y ver a un Theo sin alguna pizca de felicidad.
-Te lo advierto de una vez Derek Hale, si solo le pones un dedo en contra de él te entierro vivo
-Claro- suspiré dejándole paso.
Entro a la casa hasta el salón donde tomó a Leo en brazos y yo a Joel para llevarlos a la camioneta.
-Hablare con él cuando esté fuera de todo ésto y esperó que haya sido su decisión de verdad- cerró la puerta del coche donde los niños ya iban medio despiertos sentados en sus sillas de seguridad.
Aceptando todo lo que dijo me despedí con un movimiento de manos de mis hijos hasta que la camioneta desapareció de mi campo de visión. Soltando un largo suspiro me di la vuelta y corrí a la casa para cerrar con seguro y subir las escaleras hasta la habitación que compartimos. Al entrar Stiles estaba sentado con su celular en mano tecleando algo.
-Tardaste mucho- dejo su celular de lado al verme acercarme a él.
-Lo siento- subí gateando hasta estar a su lado luego de quitarme los zapatos.
Nego con una sonrisa pasando sus manos por mis hombros hasta mi nuca, pegué mi frente a la suya para empujarle gentilmente hasta que se acostó en la cama por completo. Debía ser sumamente cuidadoso está vez. Quería que él lo disfrutará tanto como sea posible. Quería darle satisfacción en todos lo sentidos.
Pegué nuestros labios con sus dedos enterrados en mi cuero cabelludo. Abría sus labios aceptando por completo mi lengua dentro de su cavidad, cerré mis ojos al ver como se cerraban los suyos. Pasamos de un beso cariñoso a uno lujurioso y húmedo. Mordí su labio sacándole una pequeña queja al morder lo suficiente para hacerlo sangrar, pero no fue de dolor si no que era un gemido que venia con sus caderas moviéndose cada vez más contra las mías. Abrí sus piernas con mi rodilla lentamente hasta que él fue el que me dió acceso a meterme entre ellas. Mis manos entraron bajo su camiseta acariciando sus caderas, su piel era suave como la porcelana que temía dejar algún daño en ella.
Publicada: 12 de enero del 2022.
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El Papá De Mis Hijos (COMPLETA)
Fanfic- ¿Hombre malo papi?- preguntó inocentemente Joel. - Es sólo un viejo conocido cariño- conteste caminando con los dos al sillón donde me senté con ellos en mis piernas. - ¿Viejo amigo?- preguntó Leo. - Así es, pero si lo llegan a ver fuera de casa o...