XXI. Theo.

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Entre a la casa encontrando a Derek con sus labios apretados y su ceño un poco fruncido. Leo y Joel no estaban, pero por el ruido de arriba sabía que estaban haciendo algo.

-Saldre por un momento Derek- avise tomando las llaves de mi Jeep.

Derek se levantó caminando a mi.

-¿Irás con ese alfa?- preguntó pasando lo que creía era un nudo.

-Es mi mejor amigo y no puedo dejarlo así- suspirando lentamente asintió.

-Esta bien, tengan cuidado- pidió. Iba a preguntar que quería decir con "Tengan cuidado" cuando Leo y Joel bajaban con un abrigo- Creo que en momentos así él querría verlos ¿No?

Sonriendo asenti- Regresaremos en poco tiempo, gracia Derek- bese su mejilla y salí de casa con los niños que iban gritando el nombre de Theo como a ellos les gustaba, que era; Papá Theo.

Di la vuelta en el auto viendo por la ventana en la puerta a Derek mover la mano con una sonrisa en sus labios.

Treinta minutos después por las paradas de los semáforos por fin llegamos a la casa en donde antes vivíamos. Joel y Leo se bajaron deprisa corriendo y abriendo la puerta mientras gritaban por su tío.

Al entrar encontré a Theo abrazado de los niños tirado en el suelo mientras lloraba. Me recordó a la vez que llegue a Beacon hace seis años después de salir de la pesadilla de ese entonces.

-Theo- llame acercándome. Tan pronto me escuchó cargo a los niños y corrió a abrazarme.

-Los extraño Sty, no quiero estar solo otra vez- pidió llorando.

-No estás solo Theo, estamos aquí contigo y siempre será así, puede que ya no vivamos juntos, pero siempre puedes ir a vernos o nosotros venir aquí. Los niños pueden venir a pasar su fin de semana contigo si quieres- pase mi mano por su espalda para tranquilizarlo.

-¿En serio?- preguntó.

-Muy en serio Theo, después de todo son tus ahijados- le pique. Soltó una risita feliz con eso.

Pasamos tres horas con él, ellos tres jugando y viendo la tele mientras yo recogía sus latas que estaban en el piso. Debía venir seguido a verlo ya que después de mi desaparición él se había puesto mal como los demás, pensé que había olvidado todo, pero al parecer con sólo unas semanas lejos de él pensaba que me había sucedido algo.

-Anda Theodoro, debes dormir- le dije. Theo formo un puchero negando- Traeré a los niños mañana a que pasen la mañana y la mitad de la tarde contigo ¿Te parece?

Sus ojos brillaron y asintió frenéticamente. Poniendo su atención en los niños les susurro algo al oido, les vi asentir con una sonrisa.

-Nos vemos mañana renacuajos- les molesto alborotando sus cabellos.

-Hasta mañana tío Theodoro- le siguieron con su juego. Rodando los ojos empuje a Theo para que subiera las escaleras.

-Mandame un mensaje o llámame por lo menos cuando tengas un momento libre por favor- pidió sentando en la cama mientras se sacaba sus zapatos.

-Prometo que lo haré- con una sonrisa asintió y se fue dejando caer en la cama. Verificando que estuviera dormido y bien tapado salí de la habitación para bajar, apague la tele y salí con los niños asegurándome de que la casa estuviera bien cerrada.

-Papá tío está muy triste sin nosotros- se quejó Leo. Iba cruzado de brazos viéndome por el retrovisor- ¿No podemos regresar con él para que no esté solo?

-Lo siento Leo, pero debemos estar con papá, si no él también se sentirá solo- dije doblando en una cuadra para entrar a la carretera- Pero como dije, pueden venir los fines de semana a quedarse con él y pasaría por ustedes el lunes en la mañana, ¿Les gusta la idea?

Descruzando sus brazos asintió feliz junto a su hermano.

Diez minutos después estábamos frente a nuestro hogar, desabroche mi cinturón para luego hacer lo mismo con los de ellos. Tan pronto estuvieron sueltos bajaron corriendo a casa. Derek apareció en la entrada alborotando sus cabelleras.

-Hasta mañana papás- se despidió corriendo a su habitación.

-¿Nos contarán un cuento?- cuestionó Joel en el inicio de las escaleras. Esperando una repuesta.

-Sube, cepillense los dientes y estaremos en poco con ustedes- dije cerrando la puerta de la casa. Asintió corriendo a su habitación.

-¿Cómo les fue?- preguntó cuándo no los vio.

-Bien, Theo tiene un problema cuando no nos ve- dije caminando a la sala a tomar asiento en el sillón, él miraba a un punto de sala- Te iba a comentar que los niños pasaran sus fines de semana con él- me miro deprisa con el ceño fruncido.

-No- negó apretando sus labios.

Solté un suspiro. Esto iba a ser más difícil de lo que pensé.

-Derek debes entender que no puedes negarles eso a los niños, ellos quieren pasar tiempo con su tío, hasta tendrán que estar con mi padre en algún momento cuándo sepa todo esto- me referí a los dos deñalandonos- Así que es mejor que vayas dejando que estén con ellos.

Me levanté de nuevo caminando escaleras arriba, sentía su mirada detrás de mi. Entramos a la habitación de los niños y cuento no iba a ver esta noche. Estaban profundamente dormidos en sus camas, los dos nos acercamos a cada uno para sacar la cobija de debajo de ellos para taparlos. Una vez hecho salí yendo a la nuestra.

-Esta bien, tienes razón- dijo al fin quitándose su ropa para entrar a la cama.

-Perfecto, gracias Derek- entre al baño cambiandome con mi pijama para entrar de igual forma a la cama bajo las sábanas. Mire de reojo como cerraba y abría su mano, al parecer no sabía si era buena o mala idea abrazarme como cada noche. Sonriendo le di la espalda acercándome un poco a él, pasaron unos segundos cuándo sentí como se movía para pasar su mano por mi cintura hasta pegarme más a él. Me deje llevar por su calor corporal para caer dormido en cuestión de segundos sintiendo su respiración en mi cuello. Ahora no tenía que estar en alerta de que hiciera algo que no me gustará.

Publicada: 13 de diciembre del 2021.

El Papá De Mis Hijos (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora