XXII. Debía pasar en algún momento

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Dado a que habíamos llegado a la decisión de que los niños se irían a casa de Theo estábamos preparando sus maletas con lo que necesitarían para esos dos días con él. Derek de vez en cuándo los abrazaba dándoles cariño a su manera.

-Recuerden que deben cepillarse tres veces al día ¿Bien?- pregunté por tercera vez a Joel y Leo que rodaron los ojos con una sonrisa.

-Papi ya nos lo dijiste tres veces- rechistaron abrazando mis piernas.

-Mmm- asentí arrodilladome- Deben portarse bien.

-Siempre nos portamos bien- formaron un mohin.

-No lo hacen desde hace tres días- les dije al recordar su comportamiento de los dos. Habían estado regando sus juguetes por toda la casa, habían pintado la barra, regado el agua en la bañera, en fin. Hicieron muchas cosas que me hicieron trabajar doble, también a Derek.

-Perdón- pidieron los dos con miradas de cachorros regañados.

-Tranquilos, sólo cuiden a su tío y a ustedes. No salgan de casa sin él.

-Si papi.

Derek apareció con una pequeña maleta donde ya estaba todo lo de los niños. Cinco cambios de ropa, jabón, su champú de ricitos de oro, tenis, cepillos que ocuparán los dos.

-Escuchen lo que dice papi- les dijo alborotando sus cabellos.

-Si papá- rieron.

Estábamos por abrir la puerta para esperar a su tío cuándo está fue tocada dos veces. Al abrirla se encontraba una mujer y un hombre con unas enormes sonrisas. Nunca los podría olvidar en mi vida.

-¿Mamá?- preguntó confundido por su presencia.

Oh, vaya sorpresa.

-Derek, Stiles- nombró el hombre al ver a su hermana mirando a los niños que le devolvían la mirada con la cabeza inclinada un poco.

-¿Son ellos?- preguntó con un brillo en los ojos. Llevándose sus manos a su boca para contener un sollozo.

Al ver que me miraba asentí lentamente y dos segundos después se encontraba agachada a sus alturas.

-Hola pequeños ¿Cómo se llaman?- les dio una sonrisa cariñosa y emocionada.

Joel y Leo nos dieron una mirada hasta parar en mi. Sonreí acariciando sus mejillas con los nudillos para asentir.

-Yo me llamo Joel y mi hermano se llama Leo- presentó Joel seguro de sus palabras mientras señalaba a su hermano- ¿Y usted cómo se llama?

-Mi nombre es Thalia, su...- le volví a asentir- Su abuela y él es mi hermano.

Desvíe la mirada para encontrar a Derek observando con una sonrisa de lado. Esos ojos verdes brillaban como si se hubieran humedecido por unos segundos, al sentir mi mirada se giró a mi esbozando una gran sonrisa.

-Gracias- susurro tomando mi mano.

Negué.

-Pero bueno ¿A dónde van?- está vez Peter se fijó en sus mochilas.

Y antes de poder responder, la camioneta azul de Theo se mostró. Él bajo de la camioneta caminando hasta nosotros.

-¡Papá Theo!- gritaron corriendo a él. Theo los cargo a los dos dando vueltas.

-Mis renacuajos- rodé los ojos cansado. Ya no tenía chiste intentar para que dejara de llamarlos así, además, parecía que a mis hijos no les molestaba ser llamados así por él.

-Hoy irán con su tío, es mi amigo- comenté al ver como miraban la escena frente a nosotros.

-A ya...- le dió una mirada de reojo a Derek que se encogió de hombros quitándole importancia. Al ver eso abrió los ojos sorprendida para después formar una sonrisa en sus labios- ¿Estarán aquí en un rato o se irán el fin de semana?

-El fin de semana, quedamos en que él pasaría esos momentos con ellos- respondí bajando las escaleras hasta llegar frente a Theo que cerró la puerta de atrás luego de abrochar a los niños en sus asientos- Cuídalos y por favor...- suspiré llevando mi mano a mi frente- Comportate como un adulto.

Theo rodó los ojos ofendido- No entiendo tu desconfianza Stiles, soy un adulto y se comportarme como tal- saco su lengua yendo al lado del conductor.

-Claro, ni lo dudo en ningún momento- soltó una carcajada al escuchar mi sarcasmo, cerró su puerta abriendo la ventana de mi lado.

-Tú tranquilo y yo nervioso Sty- sacudió su mano a las otras tres presencias mientras bajaba el vidrio de los niños.

-¡HASTA EL LUNES PAPÁ!- gritaron moviendo sus manos- ¡ADIÓS ABUELA, ADIÓS TÍO!

-Hasta luego pequeños- les devolvieron la despedida. En tres segundos la camioneta desapareció de nuestro campo de visión dejando solo la presencia de la tierra al aire.

-Bueno- me di la vuelta- ¿Gustan una tacita de café?- sonreí.

Peter soltó una carcajada- Me doy por bien servido Doña Florinda, pero le debo las flores- hizo una reverencia para que entrara primero. Negué con una sonrisa.

-Espero tenerlas en su siguiente visita Señor Jirafales.

-No lo dude.

Dentro del salón tomamos asiento con nuestros vasos de agua. Al final ni café había, se había terminado. Para la otra tendría que revisar antes de hablar, los tres se habían reído al ver la alacena. Ver a Derek tranquilo mientras les explicaba todo fue relajante, no había fruncido de cejas aunque esas solo salían cuando Peter le interrumpía. También le contó sobre el trato al que me había hecho llegar para que estuviera a su lado recibiendo la fuerte llamada de atención de su madre. Quien solo se calmo cuando intervine para decirle lo que había pasado el día de ayer. Así paso la tarde entre charlas y charlas sobre los niños. Thalia me había pedido para no decir—exigido—que le mostrará el álbum que había hecho desde el primer día de nacimiento de Joel y Leo. Tanto Peter y Derek se amontonaron para verlas, en alguna se mostraban dormidos, sonriendo sin sus dientes, con sus primeros dientes de leche al salir, cuando empezaron a gatear, a caminar, con mi padre, mis amigos y las que más habían eran dónde Theo, los niños y yo salíamos sonriendo. Esas no fueron de mucho agrado para Derek que se levantó al ver qué eran muchas y en diferentes lugares. Le entendía, él hubiera querido estar en el lugar de Theo, ya que él los había cargado luego de nacer y muchas veces más, hasta hoy en día que se les pega mucho.


Nueva actualización, espero les haya gustado 👀😌

Publicada: 17 de diciembre del 2021.

El Papá De Mis Hijos (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora