La paciencia de Mello comenzaba a agotarse. La conversación con Misa Amane seguía activa pero no había ni un ruido por parte de ella. Su primera teoría: mala recepción, no era factible. El sonido no fallaba, podía oírse el bullicio del set a lo lejos, pero ella no respondía después del golpe. Su segunda teoría: un accidente causado por la shinigami, era mucho más posible.
-¿Qué sucede?- preguntó Matt, recostado en un sofá con la cabeza colgando y un videojuego portátil frente a sus ojos. Desde su lugar podía sentir la exasperación de Mello-
-No lo sé. No responde.
-¿Crees que le habrán hecho algo? Ella no suele dejar las puertas sin seguro cuando no está en casa.
-Eso lo sé-
Mello dio un salto de su lugar, se dirigió hacia el sofá donde se encontraba Matt y, sin previo aviso, metió su mano dentro de los bolsillos de su amigo y sacó una pequeña bocina en la que el castaño solía conectar su celular o videojuegos para obtener una mejor experiencia de sonido en exteriores.
-Oye, eso es mío
-Cállate- sentenció antes de conectar su móvil, sus movimientos eran temblorosos- Tal vez haya algo que no escucho...
-No lo creo, yo tampoco escucho nada... Si tuviéramos nuestras cosas...
-Pero no las tenemos. Matt, todo se quedó en Japón. Aquí no tenemos más de lo que Watari nos proporcione y dado que ellos también se mudaron a Japón, tampoco hay mucho aquí. Watari está accediendo a la red central en este momento, pero no puede hacer todo. De no ser porque la rubia dijo que tenía información relacionada a Kira, ya hubiera colgado.
-¿Información de Kira? ¿Ella?-
Matt maniobró estupefacto para poder tocar el piso de la habitación, algo realmente no cuadraba en todo ello y Mello lo había notado. Su ansiedad lo hacía rechinar los dientes en vez de hacerlo comer chocolate, pero aun así intentaba disimularlo.
-¿Te preocupa Misa?
-De ninguna forma
La respuesta casi inmediata del rubio intrigó al castaño, quien se acercó a él. Su videojuego, así como sus googles habían quedado atrás.
-¿Qué? – preguntó. La distancia entre ambos se estaba haciendo tan diminuta que poco a poco podían sentir sus respiraciones chocar
-Generalmente dirías "no seas estúpido", "¿estás loco?" o similares, Mello. ¿Qué te sucede?
-Estás dramatizando.
-No estoy dramatizando nada
-Te quitaste los googles para verme a los ojos
-Ah, ¿fue por eso?
-Aléjate de mi espacio vital, perro estúpido
-No quiero, te pasa algo
-No me pasa nada
¿Te gusta Misa?
-¡NO!-
-¿Enton-?
El ojiverde no pudo terminar la palabra. Entre su cercanía, no había advertido la patada que Mello le propinó para alejarlo de su cuerpo. Realmente parecía furioso.
-Del estúpido de Namikawa lo esperaba, pero de ti no, Matt.
-Sólo quería asegurarme – afirmó una vez se recuperó y se colocó los googles de nueva cuenta-
-Basta de celos, Matt
-...No son celos, idiota, sólo te estoy cuidando de enamorarte de un imposible... como sea, ¿Qué fue exactamente lo que te dijo?