Plan

263 20 11
                                        


Cuando abrió los ojos, Misa Amane detectó un fuerte olor a alcohol justo frente a sus narices. Este aroma, impregnado en un pedazo de algodón, se intensificó a medida que iba recobrando el razonamiento, haciéndola estremecer para alejarse lo más pronto posible.

Arrugó las narices. ¿Dónde estaba exactamente?, mejor dicho, ¿qué había pasado?

No tardó mucho en darse cuenta que estaba en el piso de la habitación de hospital donde su esposo reposaba. A su derecha, Namikawa Reiji se deshacía del algodón y procedía a peinar su cabello detrás de su oreja. Sus ojos, cerrados en un suspiro, le recriminaban algo en silencio.

-¿Qué pasó?- atinó a preguntar la rubia después de varios segundos en una completa e incómoda ausencia de palabras, no recordaba siquiera qué hacía en compañía de aquel hombre. -¿Reiji?- volvió a hablar. Una imagen cruzó por su cabeza tan rápido que le renovó todas las fuerzas para poder sentarse e incluso, de permitírsele, de levantarse y correr.- ¿Dónde está mi bebé? ¿Reiji?... ¿Qué pasó?...

-Te desmayaste, eso es todo-respondió colocando un dedo en la frente de la actriz y empujándola lentamente hacia atrás- debes descansar, niña necia

-Oye, ¡no soy una niña!- reaccionó con un puchero- soy una mujer adulta, casada y madre de dos hijos...

-Pues a estas alturas, quizás tus hijos se vuelvan más conscientes que tú. ¿Qué pensabas al actuar de esa forma con tu esposo? No creo que sea correcto golpear a alguien en su condición, pudiste lastimarlo aún más

-Yo...

-Y pudiste hacerte daño tú también, Misa

-Yo...

Quería terminar, gritar que esperaba que aquello fuera una broma, pero su garganta le impedía emitir siquiera dos palabras juntas. Pronto comenzó a llorar. ¿Qué podía esperar ella de alguien que no estaba pasando por aquella situación? Ni siquiera él, que se hacía llamar su amigo, hacía el esfuerzo por entenderla.

-Comprendo lo que sientes- dijo bajito. Misa en ese momento recordó lo que habían hablado el día que se conocieron: Reiji había visto morir a su esposa y a su hijo nonato- pero aunque sé que no debo recordártelo, debes ser fuerte porque tienes dos hijos a quienes tendrás que explicarles que su padre no despertará en un tiempo, y bien sabemos que cabe la posibilidad de que...-Calló, ¿qué estaba a punto de decir? ¡Misa acababa de despertar de un desmayo!-

-¿La posibilidad de qué?- reaccionó, sus ojos denotaban furia y tristeza al mismo tiempo, como quien aparenta ser fuerte- ¡¿LA POSIBILIDAD DE QUÉ, REIJI?!

-De nada, olvídalo. Vamos, salgamos de aquí, no puedes quedarte tanto tiempo en esta habitación

-Misa no se irá de aquí, DIME, ¡¿LA POSIBILIDAD DE QUÉ?!

-Misa...

-¡DIME!

-...La posibilidad de que no despierte...

-La...

-Eso te encantaría, ¿verdad, Namikawa Reiji?- interrumpió una voz masculina desde la entrada. Al girarse, ambos pudieron ver a Mello alternando las miradas entre ellos y el hombre que yacía en la cama. Sus pupilas se habían contraído y sus puños temblaban con fuerza-

-Este no es momento para...

-¿Qué hace Amane en el piso?- intervino al pelinegro- ¡Rubia, levántate! Tu mocosa ya puede irse. Wammy está vistiéndola, así que vámonos.

-Misa no quiere irse...- reafirmó- Misa quiere quedarse con Ryuuzaki

-Tú no estás para decidir eso, los doctores te echarán de igual forma

Tomorrow / LxMisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora