Reencuentro

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Misa Amane lanzó un sonoro suspiro de cansancio y se dejó caer en el piso frente al espejo. Su cuerpo estaba empapado en sudor y sus mejillas se sonrosaban por el esfuerzo. Meses atrás podía resistir mucho más, pero ahora su condición física era mala.

Pensó en las palabras que Mello le había dicho en la mañana y le dio la razón: no estaba en forma, había subido muchos kilos durante el embarazo doble y eso no estaba bien. Ella era un idol, una modelo, actriz y cantante famosa en todo Japón. Necesitaba mostrar un buen cuerpo como siempre lo había hecho y para ello tendría que esforzarse. Ya era suficiente de estar flojeando, el ser madre no le impedía ejercitarse. Además, no quería que Ryuuzaki la dejara. ¡Ah, eso sí que no! Bastante trabajo le había costado el formar una familia como para perderla por algo como su poca dedicación a su imagen personal.

Por esa razón, aquella vez había decidido hacer algo diferente. Aprovechó que era domingo y llamó a Touta Matsuda para que cuidara de sus hijos mientras ella iba al gimnasio. No sería nada del otro mundo: entraría al local, se acostumbraría a que decenas de hombres voltearan a verla, y regresaría a casa después de una hora de ejercicio. Sin embargo no se esperaba que las cosas resultaran así.

-No me digas que ya te cansaste. Pero si sólo llevas 45 minutos aquí. Vamos, arriba

Misa se quejó. La intensión la tenía, mas no así la fuerza. Una botella de agua fue sostenida frente a sus ojos y tras unos segundos la tomó. Miró hacia arriba encontrándose con Reiji Namikawa, empapado en sudor. La playera a tirantes que traía dejaba al descubierto sus moderados pero bien trabajados músculos; y su cabello largo estaba recogido en una coleta.

-Vamos, ¿no dijiste que querías hacer un regreso triunfal al medio del espectáculo e impresionar a tu esposo? ¡Entonces arriba!

-¡Misa está cansada!

-Ya veo, me equivoqué contigo. Pobre de tu marido, ¿qué pensará de que no lo amas lo suficiente como para hacer 15 minutos de ejercicio más?...

-¡¿QUÉ?!

-Qué triste debe sentirse...

-¡Nada de eso! ¡Misa lo hará!... ¡Por Ryuuzaki!

Entonces, la rubia se levantó y siguió con su sesión de cardio. Ese día pintaba para ser más cansado de lo que pensaba. .

Media hora había pasado y Misa luchaba para mantenerse de pie. La ducha, sin embargo, la había relajado y le había quitado un poco de peso de encima. A la salida, Reiji Namikawa la esperaba recargado en una pared a brazos cruzados, con una maleta deportiva a sus pies.

-¿Sigues aquí?

-Pensé que sería oportuno llevarte a tu casa, después de todo te esforzaste y estás muy cansada para andar sola por ahí. Para ser tu primera vez en meses lo hiciste muy bien... Permíteme llevar tu maleta – dijo y sin esperar respuesta agarró la bolsa de Misa y la guió hasta su auto-

-Misa se hizo una promesa, volverá a ser hermosa...

-¿Mh? –el pelinegro enarcó una ceja mientras abría la puerta del copiloto para que entrara la modelo- ¿Acaso dejaste de serlo?

-¡Claro que sí!- cerró y esperó a que el hombre abordara su lugar- Misa subió mucho de peso, se llenó de manchas en la cara y... no le digas a nadie... pero creo que Misa tiene estrías por el embarazo... ¡Eso es inaceptable!

-Eso no te hace una mujer fea... de hecho, creo que la maternidad te sentó bien...

-Gracias...

Tomorrow / LxMisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora