Antes de leer: Esta actualización es pequeña, muy, muy pequeña, ya que realmente perdí el archivo donde tenía bastante escrito y pues quiero deshacerme de esto que ya tenía escrito para poder iniciar de cero el siguiente capítulo. Lamento si después de dos años esto no es lo que esperaban.
Recuerden que la primera parte del capítulo (en itálica) siempre es de flashback
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-Ryuzaki, al menos pudiste ayudarme a bajar las cosas de la camioneta. ¿No lo crees?
-Fue tu idea. Fui arrastrado al centro comercial y pagué por absolutamente todo, creo que la otra parte del plan te corresponde a ti.
-Bueno, supongo... Pero vamos, parece que compraste la tienda completa. Aún no cumplen ni un año
-Tú seleccionaste todo.
-Ah, cierto...
Ryuzaki miraba curioso, pero notoriamente fastidiado, cómo su descendencia exploraba con total fascinación las cajas y envolturas de todos los juguetes que habían comprado aquella tarde.
Se encontraban en la sala. Sólo había bastado recorrer algunos sillones y la mesa de centro para que quedara un gran espacio céntrico destinado a ser su parque de juegos al interior de la casa. No obstante, los juguetes apenas habían sido notados, pues ambos hermanos gozaban más metiendo sus cabezas en las cajas de cartón.
Matsuda lo convenció de seguir observando lo que era su primer acercamiento con ese mundo de formas, figuras y colores y así lo hizo por un poco de tiempo hasta que ellos empezaron a explorar sus nuevas adquisiciones.
L sólo asintió para sí mismo cuando miró a Ren apoyándose de un carro-andadera para poder levantarse y presionar todo botón que este encontraba en el volante. Pero la sensación de una mirada fija en él lo hizo dar un paso atrás con un creciente escalofrío en su piel. Su compañero de compras lo estaba mirando atentamente mientras le sonreía mostrando sus dientes. Definitivamente la expresión de Ryuzaki no había pasado desapercibida para él. Así que sin más que el desvío de su mirada, tomó otro sorbo de su café sumamente endulzado.
-¿Y bien? ¿Me dirás cómo funcionará esto?- Preguntó el policía, jugueteando en la barra con su taza vacía
-¿El qué?
-Esto. Es decir... Esos niños son hijos de una idol famosísima, sí, pero también son hijos del gran L. ¿Los criarás para que sean tus secuaces o tus sucesores o algo así en el futuro? Porque con un padre tan inteligente seguro querrás enseñarle varios idiomas y esas cosas de lógica, así que su educación será...
-No.
Matsuda frenó en seco ante la negativa. L no parecía siquiera haber considerado sus palabras.
-No tendría por qué hablar esto con alguien que no fuera Misa, pero estoy seguro que te lo contará cuando se lo diga ya que insiste en mantener lazos contigo.
-Sí, bueno...
-No pretendo involucrarme en la educación de mis hijos de forma especial ni más allá del aprendizaje a un ritmo normal. No habrá infinidad de idiomas, no habrá ejercicios de deducción. Lo único que genuinamente quiero es que crezcan lo más alejados del asunto de L como sea posible y se mantengan salvos de ese peligro. Y sé que Misa estará de acuerdo con eso.
El oficial se quedó sin habla por un momento, dándole la razón mentalmente a L por esa decisión.
-Eso no quiere decir que no me involucraré, sólo no tienen porqué ser exigidos de la forma en como lo sería alguien guiado para tomar mi lugar. Además, dos de los jóvenes que viste en mi boda y en el nacimiento de mis Ren y Ayumi son candidatos a la sucesión de L. Han sido educados especialmente para ello. Mis hijos por otro lado no tienen por qué cargar con más presión de la que llevarán por tener una familia rica y una madre famosa.
