Rechazo

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Notas: Itálica son flashback. 

Tomorrow

Aquella semana de Diciembre había sido especialmente fría en Japón. Las nevadas habían aumentado a comparación de otros años y la temperatura descendía conforme avanzaba la noche. En su habitación, Misa Amane repasaba una y otra vez las letras de las canciones de su nuevo álbum, sin embargo la concentración que le dedicaba era menor a otras ocasiones. El frío la hacía sentir triste. A pesar de que físicamente estaba acompañada por sus dos hijos, no podía evitar creerse sola. Su esposo desde hacía apenas unas semanas atrás no había aceptado a irse de viaje para celebrar su reciente matrimonio y, muy al contrario de lo que creyó que pasaría, se había dedicado en cuerpo y alma a resolver casos uno tras otro bajo sus tres identidades a la par, sin siquiera prestarle atención por un solo día.

Revisó su celular por decimocuarta vez en una hora y suspiró como en cada una de esas ocasiones. Dejó a un lado las hojas de papel y se dirigió a su cama desde donde tenía una buena vista de Ren. Aquello por lo que estaba pasando era simplemente imperdonable. Era el colmo.

-Mi amor- llamó delicadamente a su pequeño hijo que no paraba de babear su puño- ¿no crees que esto es horrible? Es 24 de diciembre y tu padre de viaje por no sé dónde... Ni siquiera me contesta una sola llamada...

Sus ojos comenzaron a cristalizarse y reprimió con todas sus fuerzas las ganas de llorar. En momentos como esos deseaba poder tener a sus padres para que le dieran un abrazo o para que al menos le desearan un feliz cumpleaños. Pero ellos ya no estaban, igual que Ryuuzaki y todo amigo a su alrededor.

-Al menos Misa cuenta con ustedes, mis ángeles- sonrió y caminó en medio de las dos cunas para verlos con más detenimiento, luego hizo un tierno puchero. – Rayos, ¿por qué tienen que ser tan parecidos a su padre? ¿Acaso Misa es tan fea como para que no sacaran algo bonito de ella?...

La rubia sonrió para sí misma hasta que volteó a observar a la gemela mayor. Su respiración no era como otras veces, sino que se había tornado irregular. Su rostro se había teñido de un rojo intenso y con sólo tocarla pudo presentir que su temperatura corporal se había disparado hacia unos peligrosos 38°C.

Misa pegó un brinco inmediatamente y la tomó en brazos para percatarse de lo tanto temía: su bebé no despertaba ni con el movimiento al que ella era sumamente sensible.

Tomó su celular y llamó al primer contacto que pudo ver en su lista de amigos. Al llegar, no hubo tiempo para palabras, Misa partió al hospital con ambos pequeños, junto con un Touta Matsuda igual de preocupado que ella.

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-Lo siento, Ryuuzaki, no comparto tus opiniones. Sigo insistiendo en que deberías ir introduciendo otro tipo de alimentos a tu dieta

-Que no, Watari. ¿Por qué siempre me llevas la contraria?

-Bueno, es que te falta mucho que aprender de la vida

Los dos hombres entraron en la residencia y se detuvieron al instante. Todo estaba muy silencioso.

-¿Misa?- preguntó el pelinegro levantando la voz al tiempo que se quitaba los tenis gastados que siempre solía usar. –Parece ser que no están en casa. Esto no es usual en ella... Watari, ¿podrías traerme un poco de café?

-Ah... Enseguida.

El anciano tomó su camino hacia la cocina y el hombre se dirigió a su habitación matrimonial con el propósito de dejar una pequeña caja blanca sobre su cama. Quizás él era inmune a los encantos que las cosas materiales provocaban en la gente, pero sabía que Misa no lo era, así que, siguiendo el consejo de su tutor, le había comprado una gargantilla de oro blanco con una pequeña perla al centro, aunque él sabía que nunca se la iba a poner, pues prefería gargantillas góticas a los accesorios elegantes.

Tomorrow / LxMisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora