Lujos, alta sociedad, buena escuela, casa del tamaño de un castillo, padre recién fallecido, madre de lo más desinteresada más que en casarte con tu mejor amigo, huir a otro país y un chico de lo más arrogantemente lindo. 💛
Son todas las cosas que...
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Puedo ponerme sentimental, pero contigo esto algún día dejará de doler. ×××
El silencio se hizo presente entre los cuatro.
Me quedé con la boca abierta intentando comprender lo que acaba de escuchar.
Chris volteo a verme articulado lo sorprendida que estaba.
—No podrás usar tacones con el— me observo Jun ignorando las palabras de Sun hee.
—Puede usar zapatos bajos o tenis. No se notara por el largo del vestido.
Ellos preocupados por el vestido y yo aún estaba intentando asimilar la respuesta de Sun hee.
De todas las posibilidades que existían. Está era la que menos podía considerar. Y aunque quería saber cómo fue que todo eso sucedió, nadie volvió a mencionar el tema.
Una hora después ya estábamos saliendo de la tienda.
—Gracias por todo— dije sinceramente.
—Despues de todo, tienes un pequeño lado bueno— agregó Chris dirigiéndose a Jun.
—Que te digo. Ya lo sé— le respondió con el ego demasiado alto.
—Mi chófer ha llegado— señaló Sun hee al otro lado de la calle—¿Las llevo?.
La interrumpió Jun.
—Yo lo hago. Es difícil sacar a Alex del carro.
Lo fulmine con la mirada.
—Oye, ni que pesará cien kilos.
Sun hee comenzó a reírse.
—Las veré mañana entonces— dijo antes de cruzar la calle.
Jun se adelantó.
—Te llevo a tu auto.
La despedí a lo lejos.
—¡¿Puedes creer lo que nos han dicho?!— susurro Chris acercándose rápidamente.
El dolor en mi pierna no había desaparecido.
—Mmm— intenté disimular— ¿Por que nos mentirian?
—Es... Raro. Y a la vez... ¡Dios! Mi cabeza aún está intentando entender por qué lo engaño...
—Oye, hablando de eso...—le cambie el tema. Aún estaba intentando armar mi escenario en mi cabeza— el otro día ibas a decirme algo ¿Que era?.
Bajamos los escalones.
—Yo...
La presione con la mirada.
—Listo. Get out— nos interrumpió Jun.
—Si. Si— exclamo mi mejor amiga dejándonos atrás.
Chris nunca dudaba al contarme algo. Y me sorprendía que se contuviera. Esto era raro. Muy, muy raro.
