Lujos, alta sociedad, buena escuela, casa del tamaño de un castillo, padre recién fallecido, madre de lo más desinteresada más que en casarte con tu mejor amigo, huir a otro país y un chico de lo más arrogantemente lindo. 💛
Son todas las cosas que...
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Por siempre serás mi héroe, aún cuando me hagas daño. ×××
Entrar a la casa fue un desastre. Mi largo pantalón chorreaba agua por toda la casa al igual que mi cabello.
— Sabes que fue divertido— alzó la voz mientras subíamos a hurtadillas las escaleras.
—¡Shhhhh!— sisee volteandolo a ver furiosa antws de seguir mi camino
— Te ves como un gato recién lanzado al agua— se burló cargandome de espaldas sobre su pecho. Sus manos hacían cosquillas en mis cintura.
—¡¿Estás loco?!— sisee casi como un susurro pataleando mientras subía las escaleras. Para luego ponerme en el suelo al llegar al pasillo— alguien puede vernos.
Sus mirada era serena. Aunque mis palabras provocaron una sonrisa en el.
— ¿Te da miedo que alguien nos vea?— comenzó a acercarse más a mi.
—Hasta mañana Jun...— puse los ojos en blanco antes de empujarlo hacia su habitación y darme la vuelta para dirigirme a la mía.
Camine dejando más agua en el proceso por todo el piso. Era un completo desastre. Me tuve que quitar los calcetines mojados antes de entrará a la casa.
Mis ojos se abrieron como platos al ver a Xin, Kai y Hayato salir de una de las habitaciones.
— sul-e chwihan sangtaeeseo bidio geim-eulhaneun geos-eun nappeun saeng-gag-ilaneun geos-eul sang-gisikyeojusibsio (Recuerdenme que es mala idea jugar videojuegos mientras están ebrios)— dijo Hayato siguiendo a ambos quiénes apenas y se podían sostener solos.
El pánico se apoderó de mi dando pasos hacia atrás y tomar a Jun desprevenido por la espalda y meterlo en la habitación más cercana.
Me quedé viendo con la puerta entre abierta observando como Hayato intentaba levantas a Kai del suelo.
— ¿ige mwoya? (¿Que es esto?)— dijo Hayato viendo el enorme charco de agua en el suelo.
— ¡nugunga nae nongdam-eul humchyeossda! (¡Alguien se ha robado mi broma!)— se rio Hao.
—Los chicos están en el pasillo— susurré.
—¿Y?
— como que ¿Y?. ¡Por poco y nos ven...!— refunfuñe.
Cerré la puerta detrás de mi recargando me sobre ella.
