|CAPÍTULO 24|

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¿Podrías besarme?

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¿Podrías besarme?

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Al parecer no podría librarme de estos chicos- de uno en especifico- Aunque solo fuera por un fin de semana.

Así es como terminamos todos- excepto Jason, quien no pudo escapar de ir a a pescar- rumbo a una casa a las afueras de la ciudad. Aún cuando era tarde estos chicos se dispusieron a conducir. Según palabras de Kai era un muy buen lugar para descansar.

Yo solo quería descansar de el.

Nos dividimos en tres autos. Hayato, Kai, Lily y Jack viajaban en el auto de este primero. Xin, Hyun, Patric y Angela viajaban en el auto de este segundo. Y yo.. tenía que compartí auto con Jun- quien conducía- Chris, Hao y el nuevo integrante ‹Gae› - como Jun lo llamaba, aún siendo este la palabra ‹perro›- . Aunque al parecer a este primero lo habían obligado a no utilizar su impecable Audi ya que llamaba mucho la atención.

Dentro del auto había muchas voces al mismo tiempo. La de Chris y y Hao. Que me sorprendía. Al parecer Hao le comprendía- aunque con señas- Me sentía aún más incómoda, por qué ellos hablaban cuando el conductor y yo estábamos en total silencio.

Vi en la pantalla del tablero que Xin estaba llamando. En mi intento por parecer lo ma tranquila toque la pantalla aceptando la llamada.

—Aquí vehículo verde a vehículo rojo- se escuchó— ¿Como van?.

—¿Vehiculo rojo? ¿Acaso estamos en alguna película?— le respondió antes Hayato.

De pronto Jun estiró el brazo y cortó la llamada. Intenté encedender la radio pero el inmediatamente la apagó.

—Dime algo Honi. ¿Por qué no fuiste con tu noviesito a pescar?— agregó haciendo evidente su tono de picardia.

—Por que necesitaba descansar.

—¿De él?.

—De ti.

—Creo que no está funcionando— susurró inclinándose un poco haca mi.

—Contigo nunca nada funciona— refunfuñe.

Una sonrisa rápida cruzo su rostro.

Ho y Chris seguían detrás de nosotros jugando con el pequeño Beagel. Aunque había momentos en los que Chris no entendía lo que quería decir y se reían juntos. Había tenido pocos amigos. Había perdido los último cuando entro a la universidad.

—¿Exactamente a dónde vamos?— le pregunté mucho tiempo después.

—A mi casa.

Me quedé un segundo analizando la dirección de su casa y a la que nos dirigíamos.

—Tu casa está al lado contrario.

—E-s casa de mi padre— su mirada se perdió un segundo. Al parecer no estaba muy convencido de sus palabras— está cerca de Deokyang-Gu.

Nunca Digas NuncaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora