| CAPITULO 1 |

68 0 0
                                    

Si me hubieran dicho que encontraría al amor de mi vida a mas de 11,000 kilómetros les habría tachado de locos.
Si me hubieran dicho que era alguien como lo es Jun me hubiera reído... y mucho.

Por que amar a Jun es todo un reto.
              ×××             

Mi vida ha girado alrededor de una cámara desde que la tuve por primera vez en mis manos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Mi vida ha girado alrededor de una cámara desde que la tuve por primera vez en mis manos. No se empieza fácil eso hay que admitirlo, tuve que ser lo suficientemente lista para conseguir mis royos, por que si, soy una chica anticuada, la fotografía digital nunca le va a ganar a la cinta. Aunque la gente piense que si, yo aun soy anticuada.

Pertenezco a una familia muy destacada en la sociedad, así que fui criada dentro de la alta clase. Ballet, música, clases de repostería, cocina, pintura. Todo lo que mi madre considera que se le debe inculcar a una futura dama de sociedad. Para ella la fotografía era una cosa infantil.

Aunque se le olvida algo, yo no quiero pertenecer ni quedarme dentro de esa vida tan vacía.
Estar rodeada de todas esas personas que solo están contigo por que esperan un beneficio propio. No era lo mío.

Estuve a punto de ser obligada a casarme con mi mejor amigo. La única persona que detesta todo lo que nuestros padres quieren que seamos desde niños.
Y un empedernido enamorado al cual quiero mucho. Lo cual no es de la manera en la que se imaginan.
Y aclaro. No estoy enamorada de el ni el de mi.
Solo por que mi madre piensa que es normal hacer el compromiso solo por que soy un año mas pequeña que Harry. Así que si, la mayoría de infancia crecí con el a mi lado, lo que provoco que lo viera mas como mi hermano que como un pareja.
Pero esto no era tan malo en ese entonces.
Empeoro cuando comenzó a pasar el tiempo y rebase los dieciocho años, mi abuela la convenció como pudo, pero lo único que logro fue retrasar lo que en un punto llegue a pensar que era inevitable.
¿Y mi hermana?, ella no podía hacer nada por mi. Ya que el punto final de mi madre era que me convirtiera en lo que ella era ahora. Una mujer casada, y feliz.
Solo éramos nosotras tres, mi hermana Sophia, mi madre Elizabeth y yo.
Mi padre había fallecido hace dos años de fibrosis pulmonar.

Recurrí a las únicas personas que están de mi lado. La única oportunidad de salir del radar de mi madre. Era una mujer de carácter estricto y con una particular manera de ver a los demás que era suficiente razón para darte miedo. Sus faldas estrechas y sus peinados recogidos daban la impresión de ser una mujer que conseguía lo que quería. Y estaba a punto de lograrlo.

Admito que me dolió cortar mi largo cabello en el aeropuerto.
Lo había mantenido largo por gusto de ella y porque con el media el tiempo que no veía a mi padre, razón mas para que mi madre se hiciera cargo sola de mi. 

-Ustedes son las princesas de mi cuento, su cuento...

Me observe en el espejo por un segundo.
Nunca me imagine que fuera así de ondulado.
- ¡Alex!...- oí el ruido detrás de la puerta la voz de Chris.
Mi madre nunca supondría que huiría con Chris, mas bien ante sus ojos éramos intolerables la una ante la otra. Habían cosas buenas que eran mejor que ella nunca supiera.
-¡Ahora salgo!...- respondí. Todos creían que ella y yo éramos enemigas, ya que Chris logro entrar a la universidad gracias a una beca que se gano con mucho esfuerzo. Nos conocíamos desde pequeñas, mi abuela y la suya colaboraban en una fundación para apoyar los barrios bajos. Obviamente mi abuela como donante y la de ella como voluntaria. A mi madre nunca le pareció que ella se viera involucrada en eso pero lo admito, mi abuela es una rebelde. Si la amenazas con dejar algo, ella lo apoyara aun mas.

Nunca Digas NuncaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora