|CAPITULO 7|

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El tomara todo menos tu sangre

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El tomara todo menos tu sangre.
Cuida tus labios, por qué en gustos, es insaciable.

×××

Me quede observando el techo de mi cuarto, la lampara que colgaba encima de mi mantenía toda mi atención.

-pero caerás..

No conocía la manera de ser de ese chico, aunque admito que intrigaba su manera de ver la vida.
Ebrio cada día podría ser su lema.

¿con que chicas se había relacionado como para pensar que me cautivaría con el a la primera?
Pobre iluso.

Cerré mis ojos y suspire, se había topado con la pared conmigo.

Ya había pasado unos días desde lo ocurrido en el Karaoke, sentía que me estaba volviendo loca. Era como si todo lo que había sucedido en ese pasillo hubiera sido un engaño de mi mente.
¿o es que algo trama?

El no puede y no volverá a hacer eso. Me repetía una y otra vez..

×××

— ¡Fin de semana!— grito muy feliz Patrick por toda la sala.

— ¡Espera!— intente detenerlo antes de que me alzara de la cintura. Mi tazón de cereal estuvo a punto de derramarse.
— Hoy iremos a una discoteca— continúo poniéndome de nuevo en el suelo— obviamente deben venir con nosotros.
— noo...— me di vuelta hacia Chris que estaba en el sillón con mi computadora, bueno de Jason.
— ¡vamos Alex!— me animo— hemos trabajado toda la semana.
— han bebido dos días de los cinco que llevamos aquí ¿y aun así quieres beber aun mas?.
— me volveré alcohólico, en cualquier lugar puedes encontrar una botella y a buen precio— señalo Jack.
— vamos Alex— ¿enserio Jason?— necesitas mover un poco la cintura. Intento dar una vuelta dando un paso de baile que casi logra que me ahogue con mi cereal.
— prometo estar sobria— me sonrió Chris.
— no hagas promesas que no vas a cumplir— me burle— ya no te reconozco.
— admito que le he tomado amor al soju...
— ¿y que dices?— me pregunto Jason.
— no tengo que ponerme.
— de eso nos ocupamos nosotras— respondieron Lily y Angela al mismo tiempo.
— ¡¿y...?!— todos me vieron con esa chispa de emoción en sus ojos.
—¡esta bien!— respondí poniendo mi tazón de cereal en la mesa.

×××

Tuve una tarde de chicas como nunca. Había visto tanta ropa rosa y de todos los diseños en un solo lugar. Era un paraíso. Las tiendas tenían para todos los gustos y en el momento exacto.

Este día era mío, un día que desee toda la vida.

Termine escogiendo un falda negra la cual se pegaba a mi cuerpo como una segunda piel, y esta blusa ¡uff! Chris gano por mi cuando la encontró.

Cubría mi cuello y mis brazos pero en mis hombros la tela desaparecía, parte de mi pecho quedaba expuestos con ese escote. Mi cintura, nunca la había visto tan delgada.
Solo una pequeña parte de mis piernas se veían entre esa pequeña falta y el inicio de las largas botas. Mi cabello corto pero a la vez ondulado.
Era otra.
Lo podía ver en ese espejo.
Me gire dándole la espalda al gran espejo en mi cuarto.

Nunca Digas NuncaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora