Capítulo 6

1.4K 109 90
                                    

 —¿Estás bien? —Mark extendió sus manos hacia mí apenas estuve lo suficiente cerca. Esta vez, sin embargo, en lugar de tomar mi mochila, tomó mis manos. Eso, más la camisa blanca arremangada hasta los codos que llevaba, me hizo sonrojar.

Anoche habíamos llegado apenas a tiempo, por lo que solo alcancé a despedirme antes de correr hasta mi dormitorio a toda velocidad.

Escuché mi teléfono sonar un par de veces y esta mañana pude confirmar que tenía varios mensajes de Mark, pero estaba demasiado cansada para hacer otra cosa que no fuera caer rendida en mi cama.

—Estoy bien. Lamento mucho haber llamado así —ahora que era de día, la razón había vuelto a mí y estaba un poco apenada por haberlo sacado de su dormitorio tan tarde y en tan precipitadas circunstancias.

—No hay problema —aún no había soltado mis manos— ¿De verdad estás bien? ¿Qué fue lo que pasó?

Le conté brevemente y pude ver como poco a poco, con cada una de mis palabras, su expresión se volvía cada vez más dura. Toda la ternura que usualmente bailaba en sus ojos desapareció por completo al final de mi relato.

—¿Y el policía nada más se fue? ¿Aun cuando le dijiste que te sentías en peligro? —preguntó. ¿Habían sido sus ojos siempre tan oscuros?

Asentí.

Mark masculló algo que sonaba como una palabrota y se pasó la mano por el cabello, desordenándolo.

—Sé que esto no es de mi incumbencia, pero ¿has pensando en conseguirte otro trabajo?

Le expliqué que no solo lo había pensado, sino intentando también, pero los lugares que quedaban cerca de la Universidad no estaban dispuestos a contratarme a medio tiempo.

—Yo podría ayudarte con eso —dijo y un poco de su habitual dulzura estaba de vuelta en sus ojos. Lo que era un alivio porque esa mirada tan oscura empezaba a darme algo de miedo.

—¿Eres secretamente dueño de un café o algo así? —inquirí medio en broma en lo que empezábamos a caminar.

—No. Pero Chenle sí. Aunque no es un secreto —Mark se encogió de hombros— Sus padres tienen mucho dinero, así que le dieron un par de cafés para administrar, para que se vaya acostumbrando a los negocios.

—¿Un par?

—Lo sé. Así son los millonarios —suspiró— Creo que hoy van a almorzar en la cafetería, podemos preguntar.

—De acuerdo. Gracias.

—Seguro. Me alegra poder ayudar en algo al fin —sonrió.

Fue entonces que me di cuenta que ya habíamos llegado al edificio donde tomaba mi primera clase. Un poco de mala gana me despedí de Mark, sorprendida al darme cuenta que no quería que se marchara.

Sacudí la cabeza, intentando volver a la realidad. Lo que estaba experimentando era un simple apego momentáneo por su rescate de anoche. Me esforcé por ignorar el sentimiento y corrí escaleras arriba.

Me senté en mi lugar de siempre, cerca de la puerta. Como siempre, estaba lista para salir de la clase desde que entraba. Estaba revolviendo mi mochila, tratando de encontrar mis lapiceros, cuando sentí a alguien ocupar el asiento a mi lado.

Eso era inusual. Ya que estar cerca de la puerta también significaba estar al frente de la clase y la mayoría de mis compañeros evitaba ese lugar.

—Hola —dijo una voz medio familiar.

Al voltear, descubrí al chico de ayer, el que se llevó mi cuaderno y yo había olvidado por completo.

—Hola —saludé, intentando disimular el hecho de que no recordaba su nombre. ¿Qué estaba mal conmigo? En serio. ¿Debería empezar a preocuparme?

Puzzle Piece || Mark Lee [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora