Capítulo 14

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Supongo que la luz del día me dio cierto sentido de seguridad, porque apenas la habitación estuvo completamente iluminada, mis párpados cedieron al cansancio. Por primera vez en años, volví a tener pesadillas. Esta vez, ya no era el cuerpo muerto y frío de mi madre tirado en la sala de nuestra antigua casa. Ahora era Hajoon, observándome fijamente desde la oscuridad con brillantes ojos amarillos.

Estaba tan agotada que sin importar cuantas veces me despertara aterrada, hice mi mejor esfuerzo por volver a dormir. Finalmente, cuando el reloj marcaba las 3 de la tarde, el hambre me obligó a levantarme por fin.

La chica en el espejo del baño lucía como alguien que había dormido intermitentemente por un par de horas en el piso. Además, tenía las mejillas manchadas con lágrimas secas. Hacía años no lloraba en sueños. Suspiré. ¿Cómo es que mis vacaciones perfectas iban tan mal?

Tomé una ducha, me vestí con mis pijamas favoritos y me dejé el cabello suelto para que se secara por su cuenta. Tenía hambre pero estaba demasiado asustada para dejar la seguridad de mi dormitorio. Por una vez en mi vida, ahorrar no era mi prioridad, así que acabé llamando al primer restaurante de pollo frito que encontré en internet. Por suerte, podían traer la comida hasta aquí en 20 minutos.

—¿Por qué demonios tengo tan mala suerte? —me pregunté en voz alta, dejándome caer en la cama.

Los eventos de la noche anterior se repitieron en mi cabeza y nuevamente sentí escalofríos. El hecho de que no había recibido ningún mensaje solo lo hacía peor. Se sentía como la calma antes de la tormenta. Como si apenas pusiera un pie fuera del edificio, Hajoon iba a aparecer de la nada.

Estaba asustada. Mucho.

—Quiero a mamá —susurré. Un par de lágrimas rebeldes se escaparon por la comisura de mis ojos.

Sabía que era un deseo estúpido, infantil y además inútil. Pero realmente necesitaba a alguien que me abrazara fuerte y me dijera que todo iba a estar bien. Estaba cansada y ya no quería estar sola.

El teléfono sonó. Y mi corazón se hizo un puño hasta que vi el nombre en la pantalla.

—Mark —suspiré al contestar la llamada.

—Hey —él sonaba tan feliz como siempre— Espero no estar llamando en mal momento.

Unas cuantas lágrimas más bajaron por mis mejillas. No podría ser mejor momento.

—No, para nada —mi voz sonaba un poco rota. Carraspeé.

—¿Estás bien?

—Sí —estaba mejorando con las mentiras— ¿A qué debo el honor?

—Solo quería cerciorarme que todo estaba bien —lo escuché reír— Estoy bastante seguro que si algo pasara, no vas a llamarme.

Rodé los ojos. Era un poco molesto que tuviera razón y al mismo tiempo resultaba entrañable.

—Todo está bien —aseguré, intentando ignorar el escritorio que estaba bloqueando mi puerta.

—Bien —Mark no parecía muy convencido— También te llamaba para decirte que hay un pequeño cambio de planes —continuó— Los chicos descubrieron que habrá un concurso de karaoke mañana. El primer premio es un celular nuevo, así que nos quedaremos un par de horas más. Pero igual iremos por ti a las 6:30, si no te molesta.

En realidad, habría preferido que estuvieran aquí cuanto antes, pero no podía decir eso en voz alta.

—Claro, no pasa nada. ¿Podremos llegar al cine a tiempo?

Yes —¿cómo es que un simple "yes" hacía que mi corazón diera tantas vueltas?— Está abierto 24/7.

—Genial.

Puzzle Piece || Mark Lee [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora