Capítulo Treinta y dos

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Decidió irse sin decir nada, no quería que nadie supiera lo que estaba a punto de hacer, los únicos que sabían su paradero eran Jimin y Jin, quienes lo habían llevado personalmente al avión.

Había tomado la decisión correcta al irse sin decir nada, después de todo no quería lidiar con Jungkook ahora.

Por eso apago su teléfono, no quería saber absolutamente nada en este tiempo fuera, él también necesitaba encargarse de sus propios asuntos, arreglar sus partes rotas y darle su mejor versión al Alfa si es que lo escogía a él.

Había dado su mayor lucha, la dio durante esos quince años, esperaba que sirviera de algo, porque sabía que tenían que significar algo para el Alfa, tenía que ser algo este tiempo juntos.

—Si me amas como yo te amo, la decisión que tomes será clara amor —Susurró para sí mismo observando el hermoso paisaje que le ofrecía el avión.

Habían pasado horas desde que el avión había despegado y sabía que estaba a punto de aterrizar, por lo que su corazón ahora no solo dolía por Jungkook, sino también por su próximo reencuentro con su familia, quería ver a Baekhyun, ver cuánto ha crecido, que tanto ha avanzado, Pero también el solo hecho de pensar en Mina, le revolvía el estómago y lo hacía querer regresar a casa para aferrarse una vez más a Jeon.

Fue por eso por lo que se dio cuenta de que necesitaban espacio, no era sana esa necesidad de querer que Jungkook quitara sus miedos, se supone que debería enfrentarlos a su lado, pero no esperar que el alfa luche solo.

Era obvio que necesitaba quitar un poco esa dependencia que tenía, de una u otro formar tenía que aprender a vivir sin él.

Sin sus besos.

Sin sus caricias.

Sin sus sonrisas.

Sin todo lo que era el Alfa.

Y eso era bueno, porque se supone que ahora que era un omega sin vínculo del destino, era libre, libre de hacer lo que quiera.

No necesita a Jeon para eso, como tampoco lo necesita para ser feliz, para ser valiente, para ser él...

¿Verdad?

Tenía tanto que vivir, tanto que ver, joder tenía dieciocho años, seguramente lo suyo era solo un enamoramiento adolescente que iba a acabar pronto.

Pero entonces ¿Por qué no puede dárselo a alguien más? ¿Por qué le duele saber que quizá Jimin va a disfrutar las mismas cosas que él? Y esto iba más allá de todo lo carnal.

Cuando el avión aterrizó al fin en Suiza tomó todo el valor que tenía, estaba a punto de verlos y ahora no habría nadie que le diera apoyo, estaba solo él y esa era la mejor parte.

Aprendería a depender solo de él.

Sin más bajo del avión y a lo lejos distinguió a Mina, nunca olvidaría aquella mirada, solo que ahora se veía feliz y plena.

Hipócrita.

Fue la única palabra en la que pudo pensar para darle, después de todo ella fue quien destruyó a su familia.

—¡Oh dios! ¡Tae! ¡Estamos aquí! —Gritó la Alfa con una sonrisa— ¡Ven!

Entonces pudo distinguir a Baekhyun igual, su pequeño hermanito ahora estaba más grande y hermoso.

Su lobo aulló feliz, al fin estaba en casa.

¿Casa?

Se sentía así, como si hubiera estado lejos de ellos mucho tiempo.

Dukalli KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora