Capítulo Treinta y Cinco

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Intentó conciliar un poco el sueño durante el vuelo, su avión había salido aproximadamente a las siete de la noche en Suiza, lo que quiere decir que por el cambio de horario tendrían que estar aterrizando en Corea a las Once de la mañana.

Eso de alguna forma lo estresa un poco, porque tal como le dijo a Jin, solo pudo llegar el mismo día en el que se celebraría la boda, así que en cuanto aterrice el avión su agenda va a estar llena, va a tener que comenzar a mover los hilos de su plan y eso lo llevaba a tener Cero descansos.

No podía descansar ahora, la ceremonia de la boda era a las tres de la tarde, lo que lo dejaba con solo con cinco horas en las que tenía que hablar con cierto ministro remilgoso, encontrar a Namjoon y vestirse apropiadamente para una boda.

Así que decidió que su momento de descanso sería en el avión, aunque no espero despertarse por una pequeña turbulencia que hubo, ya casi llegaban, pero eso no quitaba el hecho de que se sintió frustrado al no poder terminar de dormir como planeaba.

Con un suspiro abrió la persiana de su ventana y pudo observar como el cielo se veía completamente despejado y coloreado de un azul hermoso.

Sentía un deja vu con aquello, aunque ese paisaje podría pasar por el cielo de cualquier país, él no lo confundiría, diría sin dudar que aquel cielo pertenece a Corea.

Las nubes tan claras, la ola de tranquilidad que daba, solo podían pertenecer a un lugar.

Su antiguo hogar.

Poco a poco la nostalgia comenzó a llenar su pecho, estaba regresando a su ciudad natal después de todo, quería hacer muchas cosas y ver a muchas personas, pero sobre todo quería ver a una en especial.

Jeon Jungkook.

Porque ese Alfa aún sigue siendo tan especial para él.

No sabía cómo estaba, tampoco sabía si la relación entre él y Jimin había funcionado, de todas formas, ahora solo podía desearle lo mejor.

Jungkook lo merecía.

Aunque también no podía evitar preguntarse si lo había esperado.

Iba a volver, por lo que tomó la decisión de que lo buscaría y si Jungkook al fin estaba seguro de con quién quería estar, lo quería escuchar de sus labios, de todas formas, no quería verlo para presionarlo, solo era un deseo de su anhelante corazón.

Que Jungkook viera esta versión de él, porque era lo mejor que tenía.

Quería que Jeon viera cuanto ha crecido y ver cuánto ha crecido el Alfa, porque sus deseos eran tan simples que se conformaba con la felicidad del que alguna vez fue su gran amor.

Porque su amor no esperaba ser regresado ahora, estaba en esa etapa donde era tan incondicional que se iba a mantener a pesar de no recibir nada.

Sonrió y pegó su rostro a la ventana, habían llegado por fin.

Su lobo comenzó a aullar, por lo que sin esperar corrió para poder bajarse del Avión, después de ayudar a Jin se encargaría de sus asuntos.

Por eso estaba impaciente, quería resolver todo de una vez para poder transitar libre por Corea.

El miedo se había ido por fin.

—¡Tae! —Gritó Mina aún arriba del avión— ¡¿A dónde vas?!

Con una sonrisa en el rostro volteo a ver a su familia y les sonrió— ¡Los autos que pedimos ya deben de estar aquí! ¡Me voy primero! ¡Los veo en el hotel!

Y sin esperar más corrió al estacionamiento donde sabía que ya debería de estarlo esperando su automóvil rentado.

Bien.

Dukalli KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora