Dukalli KookV

Capítulo Treinta y Tres

Seis años después.

Caminaba feliz por toda la empresa, su mirada iba firma viendo todo a su alrededor, necesitaba verificar que todo estuviera en orden, después de todo era su trabajo que todo marchará bien.

Por algo era el jefe.

Algo imposible de pensar, porque a su edad es difícil que alguien tenga un puesto tan importante, pero es lo que hay, tuvo que matarse estudiando para poder cumplir sus sueños y aquí estaba reflejado el resultado.

Hace dos años terminó su carrera y justo ahora estaba ejerciendo su profesión en Suiza en una de las sucursales que Mina tenía ahí.

Se sentía tan pleno haciendo lo que le gustaba hacer, por fin había ganado un puesto en la sociedad, uno muy bueno en realidad y eso lo hacía sentir bien.

Estar lejos de Corea podía decir que lo cambió mucho, tanto física como sentimentalmente.

Su cuerpo se volvió más esbelto y sus curvas se pronunciaron más, estaba casi seguro de que su cuerpo era como los de las revistas, incluso mejor, su rostro había adoptado una delicadeza digna de cualquier omega y había crecido un poco de altura.

Por otro lado, sentimentalmente se fortaleció de manera increíble, tanto que ahora con seguridad podía responder quien era y que quería, aunque "Responsabilidad" se volvió su segundo nombre, podría decir que maduro, pero seguía con su misma chispa explosiva, era casi el mismo, solo que ahora estaba siendo su mejor versión.

Los errores que cometió ahora solo eran un recuerdo lejano, uno que en ocasiones lo hace reír por lo descabellado que llegó a ser. Claro, que de lo que estaba consiente era de que debía muchas disculpas a sus amigos y a cierto Alfa.

Pero principalmente a Jimin, lo jodio tanto hasta el punto de hacerlo creer que tenía que ser su rival para tener al Alfa.

Pfff, patrañas, ambos eran demasiados valiosos para pelearse por un Alfa, o al menos eso aprendió con sus nuevos grupos de empoderamiento a los omegas. No es una competencia el amor; se ama a quien se ama y punto.

Quizá en algún futuro cuando vaya de visita a Corea, lo primero que hará será ir a visitarlo para disculparse, después de todo lo merecía.

Lo único que esperaba y le deseaba a su amigo es que fuera feliz de la forma que quisiera.

Tal como él era feliz ahora, le fue difícil salir de toda a aquella marea de sentimientos tóxicos que se creó, pero aquí estaba, siguiendo con su vida y teniendo responsabilidad afectiva.

Con el tiempo logró comprender muchas cosas, como que el amor que sentía por Jeon fue algo que estuvo bien que sintiera, pero que no estuvo bien dañar por él.

Sin embargo, no se culpaba por lo que sucedió, porque era un adolescente insensato que quería vivir su historia de amor.

Malditas películas románticas que todo lo romantizan lo hicieron creer que el amor se trataba de estar con la persona, pero se puede amar de muchas formas, desde el simple hecho de recordar diario a una persona en tus momentos más atareados. Aunque esos sentimientos románticos ahora no le eran necesarios.

Por eso decidió deshacerse de todo lo que lo unía a esa vieja vida, porque así lo necesitaba, solo les mandó un video a todos diciéndoles que se iba a quedar en donde estaba y que les deseaba lo mejor, después de eso tiró su teléfono y perdió comunicación con ellos.

Eso era lo correcto. No necesitaba comunicación con sus amigos de todas formas.

—Señor Kim —Habló su secretaria sacándolo de sus pensamientos— El joven Baekhyun está aquí y dice que no se va a ir hasta que no lo entienda.