Capítulo Veintiuno

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Despertó con los brazos de Jungkook alrededor de su cuerpo, en otras circunstancias eso lo habría hecho sentir bien, sin embargo, ahora como estaban las cosas, no podía sentirse bien.

El tacto del Alfa sobre su piel se sentía como si mil cuchillos se enterraran en él, por lo que decidió levantarse con mucho cuidado para no despertar a Jungkook.

Habían pasado tres días desde que el celo del Alfa había empezado, así el cuerpo le dolía, aunque el dolor valía la pena porque se sentía bien jodido.

Pero eso no quitaba que lo que pasó durante esos tres días había sido una locura, Jungkook y él habían sido tan descuidados y salvajes, que si no fuera por Jin que los llevo de comer y algunos anticonceptivos, justo ahora estarían en muchos problemas.

Jin... Jimin... ambos eran personas importantes, quizá las únicas personas que tenía.

Y ahí estaba, dispuesto a perder todo por un Alfa.

Con un frío horrible instalándose en su pecho camino hasta su balcón, era el único lugar que lograba calmarlo, porque él quería apaciguar la culpa que sentía al no poder decir la verdad.

Porque era más que claro que no diría nada.

Tener a Jungkook a su lado justificaba todo.

—No me vayas a fallar por favor —Susurró para sí mismo mientras encendía uno de sus cigarrillos.

Era de madrugada y el cielo tenía cierto toque relajante que lograba darle calma. Por eso había escogido este momento para pensar.

El unirse con Jungkook quizá había sido su mejor momento, pudo sentir cada una de las emociones del otro, fueron uno solo, se fusionaron y fusionaron sus Almas.

Entonces ¿Por qué estaba llorando? ¿Por qué sentía que estaba siendo un jodido egoísta por querer a alguien para él? Quizá porque lo era, quizá era el villano de una película romántica como las que solían ver Jin y él.

Pero no le importaba, nada de eso importaba ya, porque había decidido.

Miró el horizonte y trato de controlar el temblor en su cuerpo, no quería ser un jodido hipócrita y llorar en silencio cuando sus acciones no eran buenas, si tenía que ser un hijo de puta lo iba a ser, no se iba a permitir sentir nada, solo el amor que tiene hacia Jungkook.

Sus pensamientos se vieron rotos cuando una llamada entró a su teléfono, al principio se extrañó, porque nadie podía llamarlo a las tres cuarenta y cuatro de la madrugada.

Así que llevó su vista a su teléfono y pudo ver quien era.

Jimin.

Seguramente su celo de él había terminado ya, y aunque sabía que el omega no debe de recordar nada de lo que sucedió, su lobo claro que lo hacía y ahora solo sería como una fuerte amenaza para él, una amistad entre ellos ahora sería imposible.

Por lo que dudo un poco sobre si responder o no.

Aunque al final lo hizo.

—Tae... —La voz de Park se escuchaba temblorosa, como si hubiera estado llorando, pero se prohibió a sí mismo cambiar de opinión, no iba a sentirse culpable— perdón por hacer esto Tae, pero no puedo evitar sentir a tu Alfa como mío...

Sabía que esta mierda tampoco era fácil para Jimin, por eso se estaba disculpando, las disculpas de Jimin siempre eran las más sinceras y reales que alguien pudría escuchar.

Pero nuevamente se convenció en una sola cosa, no iba a retroceder.

Con la mano temblorosa llevó su cigarro a su boca para poder darle una calada antes de responder.

Dukalli KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora