Se despidieron con un beso en la mejilla que les supo agrio a ambos, pero no hicieron comentario al respecto y se dedicaron a iniciar con su día. Heeseung se dispuso a ordenar la casa. Aunque se tomara días libres, era imposible para él seguir durmiendo una vez que ya había despertado.
Se duchó y vistió con ropa cómoda, ordenando la habitación y llevando ropa sucia al cuarto de lavabo para poder lavarla.
No era algo que hiciera siempre, pues para eso tenían señoras contratadas para hacer la limpieza, pero necesitaba hacer algo para que su día pasara más rápido. Ordenó su despacho y al acabar, se propuso cocinar algo elaborado. Unas pastas caseras con algo de carne y salsa.
La música sonaba por la casa mientras Heeseung tarareaba y se dedicaba a las ollas, siendo interrumpido solo por la vibración de su teléfono en el bolsillo trasero que le hizo dejar la comida de lado unos segundos para contestar.
—iEh, Sunoo!
—Hey... ¿Por qué tan enérgico? ¿Eso que escucho es música? — Sunoo parecía desconcertado por ello, se había asegurado de mirar la hora y se suponía que el alto debería estar en la oficina.
—Oh, sí. Me he tomado el día libre. No tenía nada importante para hoy...
—Beneficios de ser el jefe. Supongo que nuestro almuerzo de hoy no va.
—Ven a comer a casa conmigo, estoy haciendo pasta casera. — Propuso Heeseung con una sonrisa, afirmando el teléfono con una mano mientras con la otra revolvía la pasta en la olla con agua caliente. — Si te preocupa mi querido esposo, él se ha ido a trabajar. — Sunoo sonrió cuando escuchó a Heeseung reír.
—Entonces estaré ahí dentro de poco, mi jefe tiene una reunión en la tarde y me ha dejado salir temprano.
—Nos vemos entonces, cactus.
—Nos vemos, globito.
Heeseung cortó la llamada y siguió con lo suyo, mientras Sunoo se ocupaba de acabar con el trabajo pendiente y así poder salir incluso un poco antes de lo presupuestado.
Tomó un bus que lo dejara cerca del barrio donde su amigo vivía, caminando con sus diseños bajo el brazo las calles restantes hasta estar en el frontis de la gran casa del mayor. Apenas tocó el timbre, bastaron solo unos segundos para que Heeseung abriera el portón eléctrico y él pudiese cruzar el antejardín, el alto lo esperaba en la puerta principal con una sonrisa.
—Había olvidado la mansión en la que vives, Lee Heeseung. — Dijo Sunoo mirándolo con los ojos entrecerrados, dándole un empujón de forma amistosa antes de ingresar a la casa, sintiendo como el aroma de la comida abría su apetito de inmediato.
—No es una mansión. — Se defiende el otro, tomando las cosas de Sunoo para dejarlas en su despacho y que no se estropearan. — ¿Tienes hambre? ¿Quieres comer de inmediato?
—Si tienes todo listo, sí. Huele muy bien... — Dicho esto, Heeseung se apresura en preparar la mesa de la cocina para ambos y servir dos platos con la pasta recién hecha, sentándose frente a Sunoo a disfrutar de su almuerzo juntos improvisado.
Sunoo quizás jamás lo admitiría en voz alta, pero una de las cosas que más le llamaban la atención de Heeseung era su habilidad con la cocina. No es que él no supiera cocinar, pero sin duda no hacía cosas tan elaboradas como su amigo. El menor de ambos incluso muchas veces se había dicho a sí mismo que la vida no repartió equitativamente las cosas buenas en toda la gente.
Para Sunoo era imposible que Heeseung fuese buen esposo, buen amigo, millonario, bueno para la cocina e incluso bastante apuesto, iEra un crimen para la gente sencilla como él! Sunoo se decía a sí mismo que, al menos, él se veía bien con delineador y Heeseung no (Lo había obligado a maquillarse una vez y terminó riendo por el aspecto poco masculino de su amigo).
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𝗰𝗮𝗰𝘁𝘂𝘀 𝗻𝗱' 𝗯𝗮𝗹𝗹𝗼𝗻𝘀 ▪︎ 𝙝𝙚𝙚𝙨𝙪𝙣
FanfictionHeeseung le había sido fiel a Jake durante todo su matrimonio, por ese motivo no comprendía los celos que él tenía hacia su relación con quien había sido su mejor amigo durante mucho tiempo: Kim Sunoo. De un día para otro el matrimonio de Heeseung s...