𝗰𝗮𝗰𝘁𝘂𝘀 𝗻𝗱' 𝗯𝗮𝗹𝗹𝗼𝗻𝘀 ▪︎ 𝙝𝙚𝙚𝙨𝙪𝙣

[23]

Jay alzó una ceja cuando miró a Sunoo.

Nuevamente era como un Sol grande y brillante en la oficina, tanto que estaba comenzando a molestarle a la vista. No es que fuese una persona amargada, es solo que Sunoo resplandecía demasiado cuando las cosas iban bien en su vida.

No había tenido tiempo de secuestrarlo e interrogarlo sobre su estado anímico cambiante, pues había bastado el fin de semana para que cambiara el sentido de sus pensamientos y volviera a ser el chico de siempre. Jay se preguntaba si tendría algo que ver con el hecho de que el hijo de Heeseung estuvo con ellos un par de días, quizás Sunoo había sido contagiado por la magia de los niños... Esa que a él le gustaría experimentar algún día con su Jungwon.

—Si no supiera la relación que llevan entre ustedes, y que Sunoo es novio de mi mejor amigo... Me pondría muy celoso por la mirada que le estás dando justo ahora. — Jay dejó de mirar a Sunoo para concentrar todos sus sentidos en el castaño frente a él.

Jungwon le estaba sonriendo de esa forma que marcaba sus hoyuelos, mirándolo con un atisbo de admiración y amor que Jay podría encontrar conocido.

—Hey, no sabía que ibas a venir hoy. — Sonríe recibiéndolo de inmediato con un beso, Jungwon aprovechando cada segundo para estar más cerca de su novio. — ¿Estás bien?

—Perfectamente, solo quería almorzar contigo, ¿Se puede?

—Por supuesto que sí, termino unas cosas y te alcanzo.

—Bien, iré a saludar a Sunoo... ¿Es idea mía o su aura tiene brillos? —Jay rió por las palabras escogidas del más bajo, viéndolo caminar en dirección a su amigo mientras él volvía a teclear en su computadora, sin cerrar la puerta de su oficina porque estar encerrado le daba claustrofobia y su cerebro no trabajaba bien.

Sunoo seguía tarareando mientras trazaba líneas perfectas sobre una hoja en blanco, tenía toda la tecnología para hacer sus diseños digitales, pero aun así prefería mil veces un papel. A la antigua. Había estado en una nube todo el fin de semana y parecía que su estado de excitación no decaería rápidamente.

iEstaba comprometido! Finalmente, no era un fiasco en el amor. Además, debía admitir que se había divertido mucho con SeungKi esos dos días. Hace mucho no interactuaba con un bebé y debía admitir que el pequeño era demasiado tierno, un Heeseung en miniatura que merecía millones de besos y mimos a todas horas.

—iHey, Sunieee! —pegó un salto en su asiento al escuchar el enérgico llamado, sonriendo ampliamente al ver a Jungwon parado a su lado.

—I Jungwon! Qué gusto verte, ¿Viniste por Jay?

—Así es, pero no pude evitar acercarme a saludarte, ¿Sabías que te ves radiante? Tu felicidad contagia a todo el piso.

Sunoo volvió a brillar de esa manera intensa acompañada de una sonrisa que Jungwon no pudo evitar encontrar adorable. Se sentó a su lado esperando que el más bajo hablara, ansioso por escuchar esa parte de la historia que Io tenía tan entusiasmado y contento.

—Pasé un fin de semana increíble. Estuvimos con SeungKi y es un niño adorable, ¿Sabes? Pensé que iba a odiarme porque no tengo mucho tacto con los niños, pero no fue así y estoy tan aliviado de poder llevarme bien con él... Además, Geonu fue cortés y educado cuando fue a buscarlo, agradeciéndome por darle amor a su pequeño.

—Vaya, suena distinto al Geonu histérico que Heeseung me había descrito las últimas semanas.

—Pensé lo mismo. Espero que él siga de esa forma, Heeseung está completamente enamorado de su hijo.

—Y por lo visto tú también. Me alegra tanto que las cosas marchen bien para ustedes, merecen ser muy felices.

—iSí! Además, luego de que nos casemos pensaremos en tener nuestros propios bebés, ya casi puedo imaginármelos...

—Espera... i¿Casarte?! — el grito de Jungwon alertó hasta Jay, quien se puso de pie de inmediato para acercarse a los dos chicos intentando despejar la atención de ellos.

—¿Qué pasa? ¿Por qué tanto alboroto?

—Sunoo y Heeseung van a casarse. — Jungwon le explica sorprendido, pero no puede evitar sonreír de emoción al igual que Jay, quien estaba más que contento por Sunoo.

—¿Heeseung no te dijo nada...? — ambos mayores miraron con preocupación al menor al notar su estado anímico decaer drásticamente.

Jungwom Io entendió y se apresuró en negar con sus manos.

—No me ha dicho, pero es porque no nos hemos visto en todo el día. — aclaró rápidamente. — Estuve fuera por reuniones y me he venido directamente hasta aquí luego de la última, así que por eso no hemos tenido oportunidad de conversar.

La sonrisa de Sunoo volvió instantáneamente.

—iAh! Era eso... Vamos a casarnos! Me pidió que fuese su esposo este fin de semana, ¿Pueden creerlo? Heeseung me ha elegido a mí para darse una segunda oportunidad.

—No veo por qué no te elegiría, eres el mejor partido que pudo encontrar. — Jay aseguró, y Sunoo rió por las palabras del mayor, sobre todo cuando Jungwon rodó los ojos y terminó por felicitarlo nuevamente.

Sunoo siguió en su nube el resto del día, sonriendo estúpidamente cuando pensaba en su bambi.